Diario de Castilla y León

La ternera que unió Omaña y el Cea

Restaurante Río Cea (Puente Almuhey, León)

Aída y David frente a terneras de raza parda de su explotación con algunas de las piezas de carne que comercializan online y sirven en su restaurante. / E.M.

Aída y David frente a terneras de raza parda de su explotación con algunas de las piezas de carne que comercializan online y sirven en su restaurante. / E.M.

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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En los tiempos gastronómicos que corren, pocas veces se encuentran ejemplos tan contundentes como el que nos proporciona Aída en la comanda del restaurante del hotel Río Cea, que dirige desde hace años en la localidad leonesa de Puente Almuhey.

Si bien en los últimos años en su cocina destacaban las carnes rojas, con el chuletón de buey procedente de Valles del Esla a la cabeza, en los últimos tiempos se ha incorporado la ternera de la raza parda de la montaña. Pero lo ha hecho en el más puro kilómetro cero, aunque haya distancia entre los pastos de Murias de Paredes y la puerta de la montaña.

Desde la carne de sus canales de ternera con todo el despiece desde el filete, la chuleta, el solomillo y el redondo hasta la carne para guisar. Todo ello forma parte de todos los platos del restaurante y, además, junto con David, su marido, han logrado que su explotación ganadera cierre el círculo facilitando el transporte de sus producciones de carne roja y fresca en la venta online con notable éxito.

Por eso, la cocina del Río Cea es una fusión con la comarca de Omaña. Aída mantiene el menú del día a unos 12 euros respondiendo a un servicio a lugareños, trabajadores y senderistas durante todo el año. Se puede comer por 30-35 euros a la carta. Aída dirige ahora la cocina en una nueva etapa de su vida donde deja atrás la abogacía y su trabajo en altas instituciones del Estado.

Ahora diseña platos como el gigantesco cachopo, guiño a los asturianines que acuden a la montaña leonesa, la hamburguesa de carne roja para comensales más jóvenes o el chuletón de carne de buey. Sin olvidar guisos, estofados, ensaladas, un buen lomo de bacalao, puerros de Sahagún, morcilla leonesa y mucha cecina de León repartida en los platos de la carta.

Y por supuesto, nunca falta un mencía, un prieto picudo o un blanco albarín entre Ruedas, Riberas y otras referencias de su carta de vinos. Cuando la pandemia amaine será uno de los lugares que pienso visitar para sentarme a su mesa. Mientras, puedo probar en mi propia casa, la ternera de raza parda de la montaña de León.

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