Diario de Castilla y León

LEÓN

El conservante natural creado por abejas

La Universidad de León realiza una investigación centrada en la utilización del propóleo para mejorar la calidad y sostenibilidad en productos cárnicos como el el chorizo, el salchichón o el lomo

La profesora asociada de la Facultad de Veterinaria e investigadora de la Universidad de León (ULE), Eugenia Rendueles.

La profesora asociada de la Facultad de Veterinaria e investigadora de la Universidad de León (ULE), Eugenia Rendueles.ule

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María Bausela

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El conservante natural creado por abejas se pone al servicio de la industria cárnica. El propóleo es uno de los principales elementos producidos por estos pequeños insectos por su uso como antiséptico y antiviral a la hora de sellar y proteger el interior de la colmena. Este material se produce de una mezcla que realizan mediante la obtención de resinas de diferentes plantas variando su composición en función de la flora de la zona. Debido a sus características es común su uso en múltiples sectores como el sanitario para proteger contra las bacterias entre otros aspectos.

Desde León buscan expandir su aplicación al sector cárnico, estudiando si sería posible su utilización como ingrediente natural para mejorar la calidad y sostenibilidad de multitud de productos cárnicos.

El proyecto consiste en, por un lado, caracterizar propóleos de la reserva de la biosfera Alto Bernesga producidos por los apicultores de la zona para ver cuáles son sus cualidades, y, por otro, una vez que cuenten con los detalles de su composición y su actividad biológica ver si se podría emplear como conservante natural de la carne.

«Queremos investigar la posibilidad de utilizar el propóleo como un ingrediente que puedan utilizar en los productos cárnicos por sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes para permitir mejor o una mayor seguridad alimentaria de los alimentos que elaboran. Y, además, de esa forma también darle a los apicultores una opción de vender este producto», explica la profesora asociada de la Facultad de Veterinaria e investigadora de la Universidad de León (ULE), Eugenia Rendueles.

Así, quieren propiciar que se dé una revalorización de un producto tan sostenible como es el propóleo, «ya que la apicultura está considerada como una actividad totalmente sostenible y respetuosa con el medioambiente», además de proponer al sector cárnico una posibilidad para poder realizar «una reducción o sustitución» de los ingredientes o aditivos artificiales que se usan hasta ahora, como es el caso de los nitritos, intentando conseguir con ello «productos más saludables».

La iniciativa surge de la gran conexión que existe entre el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la ULE y el sector cárnico de la provincia, pero también a nivel nacional, con el que trabajan muy estrechamente. «Debido a esa cercanía con el sector siempre hemos estado muy cerca de esta producción agroalimentaria que es tan importante económicamente en León».

Fruto de esta larga colaboración, nace el convenio establecido junto con la Fundación de la Biosfera Alto Bernesga para la realización del proyecto europeo RES-MAB, en el que se integra la investigación.

Este está centrado en la transformación de las Reservas de la Biosfera del área mediterránea en espacios resilientes frente al cambio climático, integrando de forma conjunta los recursos de agua, energía, alimentación y los ecosistemas.

Además, en este marco la ULE y la Fundación Reserva de la Biosfera Alto Bernesga han firmado una colaboración con una vigencia inicial de cuatro años con el objetivo de promover la transferencia de conocimiento científico centrándose en el desarrollo sostenible y la innovación agroalimentaria.

Gracias a la caracterización de los propóleos cedidos por los apicultores en base a sus características y su composición en compuestos bioactivos y la colaboración de empresas cárnicas del territorio van a poder «incorporar en dosis y condiciones conocidas y determinadas el propóleo a los productos respetando sus procesos de elaboración y sus recetas originales, y ver cómo se comportan, qué efecto tienen sobre alimentos como el chorizo, el salchichón, el lomo y otros productos cárnicos».

Durante la investigación, que se llevará a cabo durante 18 meses, observarán cómo evolucionan estos productos con la incorporación de este conservante natural «sin modificar sus carac-terísticas iniciales».

En caso de obtener resultados positivos una de las principales ventajas que supondría para las empresas cárnicas remarca que sería «diferenciar su producto».

«Cada vez hay más evidencias de la importancia que tiene la alimentación sobre la salud de las personas, por ello utilizar un producto natural, como el propóleo, supondría un valor añadido de sus alimentos al reducir o eliminar el uso de otras sustancias artificiales que son necesarias para conseguir un producto seguro, pero que, a dosis altas, pueden resultar perjudiciales para la salud del consumidor», incide.

Por su parte, de cara a las ventajas para los consumidores supondría contar con «opciones más saludables» a la hora de decidir qué productos quieren incorporar a su dieta. Además, en caso de que el estudio sea un éxito «se abriría un amplio escenario de investigación» con la posibilidad de aplicarlo también en otros mercados para «continuar dándole valor a los propóleos no solo de la provincia, sino del resto de España, cómo se están haciendo ya en otros ámbitos».

A nivel personal, Rendueles remarca la «satisfacción» que supone para ella revalorizar las actividades agroganaderas, como la apicultura y la ganadería de vacuno. «Me gustaría que la investigación sirviera de impulso para este territorio poniendo en valor y dándole la importancia que tienen estos sectores que dan trabajo a muchas personas y que mantienen actividades que son sostenibles, que respetan el medioambiente y son tan importantes en León».

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