VALLADOLID
IA al servicio de la salud mental
Profesores de la UVa lideran un proyecto para desarrollar un sistema de evaluación que permita detectar de forma temprana las alteraciones en la salud mental de las personas con discapacidad intelectual

Los profesores de la Facultad de Educación y Trabajo Social de la UVa Clara González Sanguino y Jairo Rodríguez Medina.
Profesores de la Universidad de Valladolid (UVa), lidera un proyecto para desarrollar un sistema de evaluación basado en inteligencia artificial que permita detectar de forma temprana las alteraciones en la salud mental de las personas con discapacidad intelectual. En colaboración con Plena Inclusión Castilla y León el grupo de investigación reconocido ‘Psicología, Salud y Neuroeducación’, ha puesto en marcha esta iniciativa bajo el título ‘Salud Mental en Personas con Discapacidad Intelectual. Evaluación, Diagnóstico y Prevención mediante un Sistema de Evaluación Digital (MENTALSED)’ que está liderada por los docentes de la Facultad de Educación y Trabajo Social de la UVa Clara González Sanguino y Jairo Rodríguez Medina.
Junto con el equipo de investigación, formado por expertos en psicología, pedagogía, sociología e informática, ambos profesores trabajan en el proyecto con el que buscan «monitorizar e identificar señales tempranas de alerta para la activación rápida de programas de intervención adaptados a las necesidades de cada individuo, basados en evidencia científica», explica Rodríguez Medina.
«Este proyecto se enfoca en las personas con discapacidad intelectual, ya que presentan un riesgo mayor de desarrollar problemas de salud mental, y su evaluación suele ser compleja debido a dificultades comunicativas y cognitivas. La evaluación y el diagnóstico precisos son cruciales para crear estrategias de intervención adecuadas».
«La evaluación de la salud mental de estas personas en muchas ocasiones queda eclipsada por el propio diagnóstico de discapacidad intelectual, olvidando que también pueden tener problemas como la ansiedad o depresión, estrés postraumático o incluso sufrir deterioro cognitivo o problemas psicóticos. Estudios previos han mostrado que la presencia de problemas de salud mental en este colectivo es incluso más alta que en la población general, pero a menudo pasan desapercibidos», añade la profesora González Sanguino.
«Tener un sistema de evaluación de esta salud informatizado puede ayudar a los profesionales a detectar de forma temprana estos problemas, y, por tanto, prestar una mejor atención. Además, también podría ser un vehículo de comunicación entre los distintos recursos atencionales a los que estas personas suelen acudir, y donde en muchas ocasiones existe cierta desconexión».
Para conseguir crear este sistema van a combinar estrategias tradicionales, como la observación sistemática de la conducta y cuestionarios de autoinforme o medidas psicométricas que suelen completarse en formato papel y lápiz, con otros sistemas más novedosos como la variabilidad de la frecuencia cardiaca, facilitando que la recogida de datos se realice desde un sistema digital y se puedan tomar datos varias veces al día, lo que se conoce como evaluación ecológica momentánea.
Además, «al realizar esta toma de datos de forma digital, podrían analizarse mediante algoritmos y poder aplicar inteligencia artificial que facilite la interpretación de los datos y sirva para realizar predicciones más ajustadas».
«La iniciativa surge de la necesidad de abordar los problemas de salud mental en personas con discapacidad intelectual, que a menudo no se diagnostican ni se tratan adecuadamente. Diversos estudios indican que estas personas tienen una probabilidad significativamente mayor de desarrollar este tipo de problemas debido a factores como la estigmatización social, la discriminación o la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados. Por ello, el proyecto se centra en la mejora de la salud mental de este colectivo debido a su mayor vulnerabilidad, los desafíos en la evaluación y el diagnóstico, y la importancia de la inclusión social en su bienestar», asegura Rodríguez.
MENTALSED se está desarrollando en cinco fases. La primera fase se centra en la revisión de la literatura científica, y en el análisis de las necesidades de los profesionales y este colectivo en relación con la salud mental. Posteriormente, en la fase de diseño del sistema de evaluación, se creará el sistema digital que integrará datos procedentes de la observación sistemática del comportamiento, instrumentos psicométricos tradicionales y datos biométricos.
La tercera fase se dedicará a la implementación de la herramienta digital. La cuarta se centrará en la obtención de evidencias de su fiabilidad, validez y usabilidad y, finalmente, la quinta fase abarcará la difusión de los resultados.
En este momento, el proyecto se encuentra en la fase inicial de revisión de la literatura y análisis de necesidades de los profesionales. Para ello cuentan con el citado equipo de investigación, que «tiene una amplia experiencia en el campo de la discapacidad intelectual y la salud mental». El grupo actualmente está inmerso en la revisión de la literatura científica y en la realización de estudios para conocer en profundidad las necesidades de los profesionales y este colectivo en relación con la evaluación de la salud mental.
Tras finalizar estas fases, los siguientes pasos se centrarán en la aplicación práctica y la evaluación del impacto del sistema de evaluación digital, implementándolo en entornos reales donde los profesionales podrán utilizarlo para evaluar la salud mental de las personas con esta discapacidad. Esto permitirá la recopilación de datos a gran escala y la monitorización del funcionamiento del sistema en diferentes contextos y posteriormente, se llevará a cabo una evaluación exhaustiva del impacto del sistema en la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.
Así esta iniciativa conllevará varios beneficios para las personas con discapacidad intelectual, principalmente «que haya una mejor detección, y por consiguiente atención, de su salud mental. Facilitar la labor atencional de los profesionales tiene que ser una prioridad para que se tome conciencia de la salud mental de estas personas, y, por tanto, se evalúe y se atienda mejor», concluye la profesora de la UVa.