BURGOS
La plataforma ‘verde’ más inclusiva nacida en Burgos
Una doctora de la UBU busca ofrecer orientaciones y estrategias pedagógicas para transmitir conocimientos sostenibles a personas con síndrome de Down / La herramienta está adaptada a las necesidades del colectivo
Empoderamiento, inclusión y apoyo son las palabras que mejor definen el proyecto de la doctora de la Universidad de Burgos (UBU) Cristina Arranz Barcenilla. Ha creado una plataforma en la que ofrece orientaciones y estrategias pedagógicas para transmitir conocimientos sostenibles a personas con síndrome de Down.
En concreto, detalla que han investigado el efecto que tiene esta herramienta en la formación sostenible de personas con una copia extra del cromosoma 21 y cómo los recursos digitales pueden adaptarse para respetar su estilo de aprendizaje, ayudar a formarse como ciudadanos activos y mejorar su futura incorporación al mercado laboral.
El deterioro ambiental y la reducción de los recursos naturales acentuados por los efectos del cambio climático requieren una atención inmediata. En este sentido, asegura que es necesario un cambio. Para ello, Arranz Barcenilla considera fundamental concienciar y formar en valores, en derechos y deberes y capacitar para generar una participación activa responsable destinada al equilibrio económico, social y el cuidado medioambiental de toda la población y en todas las escalas sociales.
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Una de las vías para fomentar ese cambio es la educación. «Es importante incorporar este tipo de planteamiento al proceso educativo e integrarlo en las programaciones curriculares transversalmente para conformar un currículum con una visión global de las necesidades actuales y las posibles actuaciones colectivas e individuales».
SUSKIDS –así se llama el proyecto– aúna esa inquietud por el cuidado del medio ambiente y el interés por impulsar la participación activa de las personas con síndrome de Down. En esta línea, incide en que tiene como enfoque principal la contextualización de la educación y formación de este colectivo en relación al desarrollo sostenible en el ámbito de la construcción. Su objetivo es fortalecer el currículo, mejorar las competencias y ampliar sus oportunidades laborales, alineando los objetivos educativos con el nivel 1 y 2 del Marco Europeo de Cualificaciones.
De igual manera, añade la doctora de la UBU, quiere servir de apoyo a los profesionales y familias de las personas con una copia extra del cromosoma 21, facilitándoles material didáctico y guías metodológicas específicas, a la vez que brindan una herramienta de trabajo adaptada a sus características y necesidades en materia de sostenibilidad ambiental.
Esta investigación recurre a la utilización de las TIC, ya que cuenta «con gran potencial para mejorar la calidad educativa; favorece la integración y accesibilidad de los recursos digitales a un colectivo vulnerable, y por el escaso número de trabajos relacionados, más limitados aún por el grupo en el que se centra», apostilla.
En cuanto a las ventajas, explica que tiene como objetivo promocionar el valor social de la sostenibilidad por medio de la educación y la formación de personas con síndrome de Down. «Se ha creado un entorno virtual adaptado a las características generales de este colectivo. La utilización de esta herramienta posibilita la adecuación de los contenidos seleccionados y, a su vez, el acercamiento y desarrollo de habilidades tecnológicas, actualmente imprescindibles al ser empleadas en contextos cada vez más diversos», sostiene Cristina Arranz Barcenilla, quien expone que SUSKIDS se creó inicialmente para alumnado de entre 14 y 21 años con síndrome de Down, pero puede ser utilizada por cualquier grupo interesado en el reciclaje y la construcción sostenible.
¿Cómo surgió? Relata que nació por la urgencia de una sociedad sostenible en todos sus campos, destacando la importancia de la educación para promover valores y competencias en el ámbito medioambiental que apuesten por el compromiso de actuar de forma proactiva sobre los modelos de desarrollo. Además, agrega que tiene como meta garantizar una educación de calidad que facilite una formación adecuada según las necesidades de todas las personas.
En este contexto, la doctora de la Universidad de Burgos afirma que la sociedad inclusiva tiene un protagonismo cada vez mayor, puesto que conlleva el reconocimiento de las necesidades de todos aquellos colectivos que puedan presentar alguna diferencia, como es el caso de las personas con síndrome de Down, y la difusión de los recursos necesarios para darles respuesta.
Otro valor añadido, tal y como manifiesta, es que los avances tecnológicos están facilitando nuevas formas de aprender a través del uso de distintos recursos insertados en sistemas de aprendizaje virtual, creando entornos variados y flexibles para adaptarse a diferentes colectivos.
La investigación ha proporcionado, a su juicio, información valiosa sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, a través de un entorno virtual de aprendizaje de conocimientos del cuidado del medio ambiente y construcción sostenible. «Su diseño tecnológico ha logrado una plataforma virtual adaptada, con una interfaz intuitiva y accesible que, junto al desarrollo de la estructura, presentación y organización de contenidos, la elección de la temática de trabajo suscita gran interés ante la imperiosa necesidad de cuidar el entorno».
En este sentido, asegura que los contenidos se presentan en textos sencillos y claros y se sirven de imágenes y vídeos que facilitan la comprensión y acercan al usuario a una realidad cercana y cotidiana, pudiendo incluso identificarse con las situaciones representadas. «Los resultados del trabajo de investigación ponen de manifiesto que SUSKIDS puede ser un recurso didáctico óptimo y eficaz para la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades, que conduzcan a formar ciudadanos responsables, involucrados y conscientes de la necesidad del cuidado medioambiental. De la mano de una navegación sencilla se refuerza el trabajo autónomo de los usuarios y se promueve la mejora de competencias digitales», señala Cristina Arranz Barcenilla.
De igual forma, este estudio tiene «un impacto significativo» en la transferencia de conocimiento a la sociedad. Prueba de ello es que las personas que recibieron esta formación y realizaron las prácticas laborales fueron contratadas para trabajar en el ámbito de la sostenibilidad, desempeñando funciones en el laboratorio de materiales de la UBU. «Este hecho no solo subraya el compromiso con la inclusión y la diversidad, sino que también constituye un ejemplo concreto de cómo los resultados de la investigación se traducen en acciones que contribuyen a la integración laboral y social de personas con síndrome de Down», concluye.