El chip para detectar patologías articulares
Un equipo del Centro del Cáncer diseña una herramienta que proporciona de manera rápida información cuantitativa y cualitativa de utilidad para el diagnóstico de enfermedades como la artrosis o la artritis reumatoide
Provoca dolor y es muy invalidante. La artrosis llega por envejecimiento, desgaste mecánico de las articulaciones o procesos metabólicos como la obesidad. No es la única patología articular. La artritis reumatoide también forma parte de esta familia y se caracteriza por articulaciones calientes, rojas e hinchadas que con el tiempo pueden deformarse. Ambas enfermedades se diagnostican mediante pruebas de imagen y suponen una de las principales causas de pérdida de calidad de vida, ya que afectan a la movilidad y a la autonomía personal.
Por esta razón, la comunidad científica se afana en buscar alternativas para detectarlas de manera precoz. En esta línea trabaja el equipo del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca de Manuel Fuentes que, junto a otros profesionales nacionales e internacionales, ha diseñado un chip que proporciona de manera rápida información cuantitativa y cualitativa para su diagnóstico.
También de manera conjunta avanzan en la aproximación metodológica que se ha empleado. En esta, según explica, se ha partido de un análisis PWAS para la definición del contenido del array, es decir, de las proteínas más interesantes a estudiar en el plasma del paciente. Más tarde, se seleccionaron los anticuerpos específicos para la determinación de esas proteínas diana; con los cuales se diseñó y desarrolló un array de proteínas ‘a medida’ que ha facilitado la miniaturización (en escala nano) de los inmunoensayos con mínimas cantidades de muestras. «En su conjunto ha permitido en un corto plazo de tiempo analizar exhaustivamente un alto número de muestras con una mínima cantidad, con el fin de alcanzar resultados relevantes desde el punto de vista clínico-biológico».
En su opinión, es un trabajo innovador porque es altamente multidisciplinar, con un carácter internacional, que parte de un análisis PWAS, nanotecnología para la miniaturización de inmunoensayos con la mínima cantidad de muestra y anticuerpos proporcionando rápidamente mucha información (cuantitativa y cualitativa) de utilidad en el diagnóstico del paciente. Asimismo, es una metodología proteómica que se demuestra una vez mas muy reproducible y robusta para su aplicabilidad clínica.
«El diseño y desarrollo de arrays de proteínas, mediante nano-deposición sin contacto, es una estrategia metodológica de amplio empleo en la clínica para el descubrimiento, validación y verificación de biomarcadores; además, rápida y con un coste asumible teniendo en cuenta la repercusión –que puede presentar en incremento de calidad de vida– y el diagnóstico precoz de una de estas patologías. De igual forma, es una estrategia fácilmente trasladable a un point of care, que pudiera ser portátil y útil en cualquier biosensor», sostiene Fuentes.
Este trabajo, a su parecer, presenta varias ventajas tanto en el diseño y desarrollo de la metodología empleada como en la aplicación clínica de los resultados obtenidos. A esto se suma el valor añadido que aportan estas novedosas tecnologías para el diagnóstico y pronóstico de patologías, gracias a que permite realizarlo –con una extraordinaria sensibilidad– sin necesidad de un equipamiento de imagen de alta resolución, que lamentablemente en muchas ocasiones se encuentran saturados debido al alto número de patologías. Y, sin duda, agrega el investigador del Centro del Cáncer, la capacidad para realizar un diagnóstico precoz de estas enfermedades que pueden tener un curso lento porque su inicio no está relacionado directamente con aparición de síntomas. «Esto permitiría incrementar la calidad de vida, dado que se podría intervenir mediante muchas otras estrategias terapéuticas y de hábitos de vida», subraya.
Aparte del equipo salmantino, también aporta su conocimiento el grupo dirigido por Peter Nilsson del Human Protein Atlas, en Suecia, y el grupo liderado por el reumatólogo Francisco Blanco en el Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) en A Coruña. Empezaron a colaborar hace 10 años. Desde entonces han ido avanzando en esta investigación, que arrancó poniendo a punto la metodología, seleccionando dianas, incrementando el número de pacientes… hasta llegar al momento actual, que incluye un análisis bioinformático para diseñar un array con un contenido concreto para estas enfermedades articulares.
Preguntado por la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, Fuentes indica que, a nivel regional, la apuesta por el IBSAL y el Centro de Investigación del Cáncer y las cuatro universidades debería ser algo que las administraciones públicas siempre tuvieran presente, así como el apoyo a los jóvenes investigadores. No obstante, dice que Castilla y León es una comunidad autónoma que sí que muestra un apoyo importante desde las instituciones para promover la innovación y el desarrollo.
En este punto, Manuel Fuentes lamenta que los fondos siguen siendo escasos y el camino para conseguirlos cada vez es más difícil y competitivo. «La administración y la burocracia hacen que cada vez sea más agotador solicitar más financiación. Sin duda, el cuello de botella de la innovación es la financiación, estamos lejos de los niveles que se alcanzan en Europa, aunque también sería interesante promover más planes de transferencia de conocimiento con el fin de mejorar el modelo productivo actual».
Para este investigador, en cualquier crisis son muy pocos los beneficiarios. Es verdad, manifiesta, que los jóvenes con espíritu innovador y que inician una carrera investigadora en plena recesión económica ven truncado no solo su arranque, sino también su mantenimiento y consolidación. «La poca estabilidad laboral y la discontinuidad de las ayudas que se promocionan dificultan enormemente la puesta en marcha de su carrera . Por eso es importante el impulso de las actividades I+D+i en todos los campos y a todos los niveles, porque es la semilla para promover el crecimiento innovador de los más jóvenes», zanja.