Robótica para un posoperatorio con menos dolor
El Hospital Río Hortega apuesta por la cirugía mínimamente invasiva e incorpora este abordaje a la pared abdominal y al páncreas
Es un supercirujano con manos de acero . Su saber hacer está dando la vuelta al mundo. Y es que el resultado se abre camino en la sanidad, ya que, aparte de reducir el dolor de los pacientes en el posoperatorio, disminuye de forma importante la estancia hospitalaria tras la intervención. «La cirugía mínimamente invasiva no es una técnica quirúrgica en sí, sino una forma de abordar la cavidad abdominal o los espacios de la pared abdominal realizando unas incisiones mínimas –alrededor de un centímetro–, por las que se introduce una cámara y un instrumental adaptado para realizar intervenciones quirúrgicas sin necesidad de abrir la cavidad abdominal», explica David Pacheco , jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.
Un paso al frente ligado a la tecnología y, por ende, a los sistemas robóticos quirúrgicos , en los cuales los brazos robotizados se interponen entre el cirujano y el paciente. «Estos sistemas permiten realizar movimientos dentro de la cavidad abdominal que son difíciles o no pueden realizarse con la laparoscopia convencional. Tienen una visión real envolvente 3D, parecida a los sistemas de realidad virtual que semejan la visión de un abdomen abierto, mejoran la precisión de los movimientos del cirujano y evitan el temblor», subraya para, a renglón seguido, destacar que es el futuro del abordaje quirúrgico.
Por este motivo, hoy pueden realizarse un gran número de intervenciones mediante el abordaje mínimamente invasivo . Las operaciones más frecuentes en el campo de la cirugía digestiva son las extirpaciones de la vesícula biliar –colecistectomías–, pero cada vez se realizan intervenciones más complejas como la cirugía del colon y del recto; la cirugía del estómago y del esófago y cirugías hepáticas, pancreáticas tanto por enfermedades benignas como por cáncer y de la pared abdominal –hernias inguinales y hernias incisionales–, y por supuesto la cirugía de la obesidad.
En el Río Hortega, y con el foco puesto en las operaciones complejas, Pacheco declara que el año pasado se llevó a cabo mediante este abordaje mínimamente invasivo el 100% de la cirugía de la obesidad , el 46% de la cirugía hepática, el 48% de la gástrica, el 75% de la cirugía del esófago y el 73% de la cirugía del colon y del recto. Es más, celebra que en lo que va de año el porcentaje está aumentando y, además, se ha incorporado esta intervención a la pared abdominal y al páncreas.
No obstante, advierte de que ni todas las indicaciones ni todos los pacientes pueden someterse a este tipo de cirugía. De tal forma, dice el jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva, la selección de los enfermos es «el pilar fundamental» para obtener buenos resultados .
A esto se suman las ventajas, como son la reducción del dolor, que se traduce en que se pueden levantar antes de la cama y pueden comenzar a tomar alimentos también de forma precoz. «Esto acelera la recuperación posoperatoria con respecto a aquellos pacientes que se intervienen de forma abierta y, por tanto, disminuye el tiempo de estancia hospitalaria de los enfermos tras ser intervenidos». Este valor añadido se asocia con menores complicaciones posquirúrgicas a corto, a medio y a largo plazo que la cirugía abierta –menos hemorragia y, por ende, menos necesidad de transfusión, menos infecciones de herida, etcétera–.
La incorporación a la vida habitual también se ve mejorada por este tipo de abordaje al producir menor lesión en la estructura muscular de la pared abdominal que la cirugía abierta . «Una recuperación más rápida significa volver a las cosas que le gustan al paciente más rápidamente».
A largo plazo, tal y como expone, se ha demostrado que los pacientes intervenidos con abordaje mínimamente invasivo tienen menos cuadros de obstrucción intestinal secundarios a cicatrices internas , que se producen en el intestino tras una intervención quirúrgica y si estos pacientes necesitan ser intervenidos el abordaje quirúrgico suele ser menos complicado. «Existe una gran evidencia científica que, cuando está bien indicada, obtiene los mismos resultados que la cirugía abierta tanto en enfermedades benignas como en malignas», recalca.
El Hospital Universitario Río Hortega fue pionero en Castilla y León en la realización de intervenciones con abordaje mínimamente invasivo. Ya a finales de los años 80 se realizaban colecistectomías por vía laparoscópica y la reparación de hernias de hiato. Más tarde fue usándose para otras indicaciones como extirpación del bazo, cirugía de la obesidad y en los últimos años cirugía oncológica colorrectal y esofagogastrica y reparación de la pared abdominal.
También el servicio ha sido pionero en la utilización del robot quirúrgico DaVinci para la realización de cirugía de la obesidad, cirugías oncológicas de colon y de recto. De hecho, presume de que es el único centro de Castilla y León que ha realizado una duodenopancreatectomía cefálica robótica, una cirugía «altamente compleja» que se realiza para extirpar tumores de la cabeza del páncreas. Esta apuesta por este tipo de cirugía se confirma con las Jornadas Científicas de Cirugía Laparoscópica que el complejo vallisoletano lleva organizando desde hace nueve años y que este año han contado con más de 560 cirujanos inscritos de España, Hispanoamérica y Portugal.
David Pacheco indica que «el abordaje mínimamente invasivo ha tenido que vencer y convencer, porque siempre ha contado con grandes cirujanos del momento que, por diversos motivos, han sido detractores de la misma». «Si a esto le sumamos la dura, compleja y costosa formación que se requiere para alcanzar unos niveles técnicos adecuados que garanticen la seguridad y los buenos resultados, comprenderemos que los inicios fueron muy difíciles. Además, el uso en aquellos primeros momentos de una tecnología muy rudimentaria y cara, ha hecho que a este tipo de abordaje le haya costado buscarse un sitio en el arsenal de los servicios quirúrgicos», manifiesta.
En esta línea, considera que varios factores como el desarrollo tecnológico de todo el aparataje quirúrgico a un menor coste, una formación cada vez más extendida y con más fácil acceso por parte de los cirujanos y los buenos resultados obtenidos con su uso, han hecho que este abordaje sea la primera indicación en muchas intervenciones como la cirugía de la obesidad, la extirpación de la vesícula biliar, la cirugía de colon y que dentro de poco, ayudados por las plataformas robóticas, será la opción prioritaria en la gran mayoría de procedimientos quirúrgicos.
Pacheco avanza que el Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario Río Hortega tiene como principal objetivo la excelencia en el tratamiento de sus pacientes . Esto pasa por incorporar todas aquellas técnicas que demuestren tener ventajas en el tratamiento de los mismos. «Sin lugar a dudas el abordaje mínimamente invasivo cumple esta premisa». Por tanto dentro del plan de futuro del servicio se encuentra la implementación de este abordaje para todas aquellas intervenciones en las que esté demostrado su beneficio.
En este punto, señala que se apuesta de forma especial y contundente por la cirugía robótica, pensando que en un futuro sustituirá a la laparoscópica en la mayoría de intervenciones complejas por sus mayores ventajas y por el abaratamiento de su tecnología según aumente la demanda de su uso. Además, agrega, la cirugía robótica permitirá a través de simuladores quirúrgicos, intervenir un modelo exacto de la anatomía del paciente en imagen 3D obtenida a través de las pruebas radiológicas preoperatorias realizadas al propio paciente, por lo cual reproducen de manera fiel el campo operatorio real que se van a encontrar el día de la intervención.