Diario de Castilla y León

La burgalesa con un Oscar en docencia

Bárbara de Aymerich, profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Facultad de Educación de la UBU, ha visto reconocida su labor educadora, científica y divulgadora con el prestigioso Global Teacher Award

Bárbara de Aymerich con sus alumnos en las instalaciones de la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiriencia en la localidad de Espinosa de los Monteros. / E. M.

Bárbara de Aymerich con sus alumnos en las instalaciones de la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiriencia en la localidad de Espinosa de los Monteros. / E. M.

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Estibaliz Lera

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Un regalo sorprendente». Así define Bárbara de Aymerich, profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos (UBU), el premio Global Teacher Award, que concede AKS Education Awards. El Oscar de la docencia llegó y reconoció su labor educadora, científica y divulgadora. Y es que esta burgalesa que nació un jueves en el seno de una familia de tradición militar se enamoró de la ciencia desde pequeña. «La naturaleza siempre me ha fascinado, rebuscar, indagar, coleccionar y preguntar. La química era una de mis pasiones, pero no la única», relata.

Durante su etapa en el colegio tuvo «unos profesores increíbles» que le ayudaron a «enfocar su camino». Un camino, tal y como expone, en el que no podía faltar la química, puesto que explica gran cantidad de los fenómenos que nos rodean, que nos envuelven. «Somos un batido de compuestos sometidos a multitud de reacciones. Nuestros sentidos, nuestros sentimientos y nuestras acciones están escritas en un lenguaje hermosísimo, cuyas palabras son las moléculas». Además, agrega De Aymerich, siempre ha tenido un lado druídico y alquimista. Le fascina la historia de la ciencia. 

Esta burgalesa se matriculó en Químicas y, más tarde, realizó el curso puente para licenciarse en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Terminó ambas carreras y se doctoró en Edafología y Química Agrícola. Durante esta etapa gozó de varias becas de inicio a la investigación y de contratos con vinculación a la empresa Sufisa. También participó en proyectos de investigación agraria sobre el uso de diferentes residuos como mejoradores de la calidad y salud de los suelos agrícolas.

Combinó sus estudios con la investigación, ayudando a impartir prácticas en asignaturas de su área. Se sentía plena. Por este motivo, se matriculó en el antiguo CAP, Curso de Aptitud Pedagógica, para intentar paliar sus carencias didácticas. Realizó las prácticas en el colegio La Visitación, donde continuó ejerciendo como responsable del Aula de Atención a la Diversidad durante los seis años siguientes. Eso sí, no abandonó la investigación en la Universidad de Burgos. 

Su vida dio un vuelco y decidió empezar una nueva aventura junto con su marido y su hija en la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros, en la que ahora reside y centra su actividad docente. Nunca ha dejado de formarse. Obtuvo el título propio de la UBU de Experta Universitaria en Educación STEAM con Programación y Robótica Educativa. También logró superar el programa bianual en Historia del Arte y multitud de cursos, seminarios y congresos, que le ayudan a no quedarse «obsoleta» y estar al tanto de las novedades y avances tanto en ciencia como en didáctica. 

En la actualidad Bárbara de Aymerich está centrada en la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiriencia, en la docencia en Didáctica de las Ciencias Experimentales y en la Universidad de la Experiencia de la UBU.

Su tiempo trascurre con la divulgación científica en el ámbito regional y nacional, así como en su labor de embajadora de la red Scientix de educación STEAM en Europa. 

Admite que se siente orgullosa de todas las iniciativas que llevan su sello, si bien tiene un lugar especial en su corazón para Espiciencia, su «proyecto de vida». En este punto, detalla que está centrado en la innovación educativa en el medio rural; una comunidad de aprendizaje científico y tecnológico, en la que acercan las materias STEAM a niños y niñas de toda la comarca de las Merindades. No solo se centran en los pequeños, sino que van más allá y llevan ese mensaje a las familias, con la meta de «incrementar su capital científico, de romper las barreras de accesibilidad de las personas de los pueblos a la ciencia y la tecnología, de fomentar las vocaciones científicas y de impulsar el desarrollo de la zona sin perder de vista en él, que la ciencia y la tecnología lleguen a los pueblos, pero respetando la esencia natural que les envuelve».

Espiciencia nació en 2010, fruto de la necesidad de esta burgalesa de continuar con la docencia y la investigación sin dejar a un lado su entorno, su familia. Comenzó con seis alumnos en la mesa metálica de una cocina abandonada de un antiguo colegio y hoy, cuatro profesores atienden la curiosidad y la necesidad de ciencia de más de un centenar de estudiantes de toda la comarca, con aulas mejoradas y cedidas por el Ayuntamiento. «Trabajamos por proyectos que surgen de las inquietudes de nuestros chicos y nos surtimos de recursos locales y de las nuevas tecnologías», asegura. 

Participan en gran cantidad de ferias, concursos, actividades del ámbito STEAM –Feria de Ciencia y Tecnología de Castilla y León, Ciencia en Acción, Diverciencia, Science on Stage, Open Science, Somos Científicos, Finde Científico, Skype a Scientist, Expocytar, International STEM Awards, STEM Discovery Week…– para favorecer la internacionalización de sus alumnos, así como el ambiente de concordia y amor por la ciencia que se vive en estos certámenes.

«Nos encanta la divulgación como mecanismo de lucha contra la desinformación, fomento del pensamiento crítico y mejora de nuestras actitudes en oratoria y comunicación». Por ello, tienen un programa de radio semanal Naciendo Ciencia, que ya va por su cuarta temporada y forma parte de la plataforma SCENIO de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco. De igual forma, colaboran con la UBU en su programa de televisión CIEN&CIA y con RNE5 en el programa Raíz de 5 con Santi García Cremades.

Otro proyecto en el que está inmersa es en la gestión de la innovación educativa de la empresa Ráspano Ecoturismo, así como en la dirección de su Bosque Escuela de Verano, un campamento para la temporada estival. «Plena integración en la naturaleza, estamos literalmente en el bosque, un robledal inmenso, para conseguir un conocimiento STEAM del entorno y potenciar los valores que la educación ambiental y el desarrollo sostenible aportan a nuestros alumnos», declara la profesora burgalesa. 

Cuenta que la Universidad de Burgos es «parte esencial» de su vida. «Pertenecer a la institución que me ha visto crecer personal y académicamente es un honor para mí. Mi labor allí es intentar que los maestros amen la ciencia y así se lo trasmitan a sus futuros alumnos», relata muy emocionada. Junto a sus compañeros del Área de Didáctica de las Ciencias Experimentales, aplican las metodologías más novedosas, pero siempre basándose en la evidencia científica. 

A nivel internacional tiene dos «flancos abiertos»: la pertenencia a la Red Iberoamericana de Clubes de Ciencia ARCITECO, en la que participan de sus actividades de formación y aprendizaje de las ciencias y su participación como embajadora de Scientix, una red de educación científica y tecnológica que reúne a docentes de toda Europa y de fuera de ella para compartir, crear y recibir recursos para la enseñanza de las materias STEAM. 

Forma parte del proyecto Innovactoras que parte de la Universidad de Navarra con el objetivo de intentar dar visibilidad a mujeres de todo el mundo en el ámbito STEAM. Una iniciativa que, según cuenta con orgullo, ha recibido el premio WSIS 2020 de la ONU en cooperación internacional por colaborar para abordar retos globales con las tecnologías de la información y la comunicación. 

En su opinión, Castilla y León es puntera en investigación agroalimentaria, estudio de la evolución humana, paleoquímica, automoción, energías sostenibles, nuevos materiales, metodologías de análisis químico, nanotecnología, robótica, investigación biomédica… «Veo necesaria la inversión aún mayor en potenciar el contacto empresa-universidad-centros de formación profesional y en la necesidad de incidir en que la dotación de los centros escolares de medios para la enseñanza y aprendizaje de las materias STEAM es vital para sentar la base de los futuros investigadores e innovadores», sentencia Bárbara de Aymerich. 

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