Diario de Castilla y León

LEÓN

Trampas para el insecto que mata al vino

Investigadores de la ULE firman un sistema para frenar al ‘taladro’ de la vid / Recurren a un control sostenible para evitar que las bodegas tengan que cortar la madera infectada

Pedro Casquero, Sara Mayo, Alicia Lorenzana, Piedad Campelo, Samuel Álvarez, Álvaro Rodríguez, Mercedes Maldonado, Alejandra Porteous, Guzmán Carro, Sara del Ser y Laura Zanfaño. E. M.

Pedro Casquero, Sara Mayo, Alicia Lorenzana, Piedad Campelo, Samuel Álvarez, Álvaro Rodríguez, Mercedes Maldonado, Alejandra Porteous, Guzmán Carro, Sara del Ser y Laura Zanfaño. E. M.

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es un perforador que daña la madera y, por ende, repercute en uno de los artículos estrella de cualquier buena mesa que se precie. El vino es un producto único. De hecho, para algunas regiones es el talismán que pilota su economía. En Castilla y León atraviesa fronteras para convertirse en el mejor embajador del saber hacer. Un saber hacer que puede empañarse si Xylotrechus arvicola hace acto de presencia.

¿Por qué? Es un insecto parecido a la avispa que taladra la madera de las vides y se ha convertido en una de las plagas más destructivas del cultivo. Los daños son causados por sus larvas que viven en el interior de las cepas, excavando galerías en la madera del tronco y los brazos durante uno o dos años, favoreciendo así la propagación de enfermedades de madera de vid, tan graves como la ‘ yesca ’. Las cepas taladradas tienen sarmientos poco productivos, brazos y troncos frágiles, que se rompen con facilidad lo que provoca la muerte precoz de la planta.

Para frenar el paso a este enemigo, investigadores del grupo de Ingeniería y Agricultura Sostenible de la Universidad de León ( ULE ) han desarrollado un sistema basado en el control sostenible del insecto adulto o los huevos antes de su eclosión, puesto que el control de las larvas una vez que taladran la madera y se introducen en el interior ya no es posible. El objetivo, según indica Pedro Antonio Casquero, director del equipo, es encaminar a los viticultores y agricultores hacia una producción donde no tenga cabida el uso de pesticidas con efectos nocivos sobre el medio ambiente y el consumidor.

En el proyecto se han muestreado más de 60.000 cepas gracias a la colaboración de bodegas y viticultores particulares, y se han localizado cepas afectadas en viñedos de variedades locales y variedades complementarias. Entre las más afectadas están los viñedos de las variedades Cabernet Sauvignon (87%), Tempranillo (76%). Mencía (30%), Prieto Picudo (22%) y Albarin (21%).

En estos muestreos, además de caracterizar los daños, se han detectado distintas especies de Trichoderma. «Este género de hongos beneficiosos se caracteriza por ser de rápido crecimiento y proteger a la planta frente al ataque de plagas y enfermedades. Estos hongos han sido evaluados mediante ensayos frente a huevos, larvas y adultos de X. arvicola, confirmando su eficacia en el control biológico de este insecto en el viñedo» , explica. A esto se suma otro «gran avance», que es el aislamiento e identificación, por primera vez, de los compuestos volátiles emitidos por las distintas variedades de vid, en función de su afección por este insecto.

En este sentido, Casquero asegura que la meta no es acabar con el insecto sino realizar un control sostenible. Para ello emplean varias estrategias. En primer lugar, llevan a cabo la aplicación de atrayentes basados en feromonas y compuestos volátiles que han aislado en las distintas variedades de vid, que ofrecen la posibilidad de optimizar la captura en trampas de insectos adultos evitando la puesta de huevos sobre la madera de la cepa. Una segunda estrategia es la aplicación de hongos beneficiosos a las cepas, como Trichoderma, que produce sustancias que controlan adultos y huevos del ‘taladro’. El broche lo pone la realización de prácticas culturales en el viñedo, como la eliminación de parte de la madera afectada por el ‘taladro’ durante la poda.

En su opinión, este proyecto es innovador porque emplea procedimientos basados en la naturaleza, que atraen a los insectos a las trampas de manera natural. «Empleamos hongos buenos que viven en simbiosis con la vid, y les ayudan a protegerse de plagas y enfermedades», apunta el director del grupo de la ULE para, más tarde, añadir que acompañan este planteamiento verde con varias tecnologías que se resumen en: la fracción volátil emitida por la madera se evalúa por análisis químico mediante cromatografía de gases.

En este punto, precisa que la evaluación de la acción de los compuestos volátiles sobre adultos del ‘taladro’ se hace por electroantenografía, que es una técnica electrofisiológica para la interacción de los receptores olfativos de los insectos con una sustancia química volátil.

«La triple interacción vid con hongo beneficioso con ‘taladro’ se basa en que el hongo beneficioso induce resistencia genética en la vid y parasita al ‘taladro’, produciendo sustancias que degradan huevos y adultos provocando su muerte».

Respecto a las ventajas del sistema propuesto, presume de que se emplean estrategias basadas en la naturaleza. «La influencia negativa de los pesticidas en la salud del trabajador agrícola, del consumidor y en el medio ambiente ha dado lugar al desarrollo de una normativa que antepone la defensa de la salud humana y la protección medioambiental a las necesidades de la producción agrícola. La política agraria europea propone la promoción de una agricultura sostenible y orientada al mercado; el fortalecimiento de la seguridad e inocuidad alimentaria, y la potenciación del desarrollo rural con una notable preocupación por la conservación del medio ambiente. La aparición de residuos fitosanitarios en alimentos y ciertos incidentes medioambientales que han tenido lugar en los últimos años han fomentado la sensibilidad de los consumidores», comenta, mientras subraya que este control sostenible busca la intervención mínima de los viticultores.

En estos trabajos hay bodegas implicadas como Pago de Carraovejas (DO Ribera del Duero), Bodegas Gordonzello (DO León) y Cuatro Mil Cepas (DO Toro). De cara a los próximos años, Pedro Antonio Casquero avanza que los siguientes pasos van a ser el desarrollo de patentes y nuevos retos como analizar el efecto del control del ‘taladro’ sobre la vigilancia de enfermedades de vid. Además, quieren que los agricultores transmitan sus necesidades o dudas de cara a plantear nuevos proyectos. Proyectos que, como este, surgen observando cómo trabaja la naturaleza, escuchando a los profesionales y, sobre todo, siendo capaces de trabajar en equipo para compartir ideas e ilusiones. 

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