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Por qué la custodia compartida no afecta tan negativamente a los peques
España es uno de los países europeos en los que mayor cantidad de divorcios se producen. Prácticamente dos de cada tres matrimonios acaban llegando a su fin. Ello da pie a que portales especializados como
registren año tras año una elevada cifra de visitas.
Una parte de ellas se debe a la necesidad de informarse sobre
un tipo de derecho
que determina el Código Civil de nuestro país. En efecto, nos referimos a la custodia compartida.
Cuando un matrimonio con uno o más hijos no puede continuar junto, surgen varias posibilidades independientemente de si se llega o no a un acuerdo.
Una de las más populares
es la recientemente sacada a colación, aunque en los últimos años ha ido cayendo en desuso.
Ello sorprende a los psicólogos infantiles, puesto que según la opinión de muchos de los especialistas de dicha rama, se trata del procedimiento que
menos afecta de manera negativa
a los más pequeños de la casa.
Pero, ¿a qué se debe que no les pase tanta factura como otros tipos de acuerdos o decisiones judiciales? En próximas líneas detallaremos los aspectos positivos que dan pie a que a día de hoy siga estando considerado como uno de los mejores métodos para seguir proporcionándoles a los infantes
los cuidados y la atención que necesitan
.
Cordialidad
Tal como puede verse en
, uno de los tipos de divorcios es conocido bajo el nombre de ‘mutuo acuerdo’. Como su propio nombre indica, los dos cónyuges alcanzan un cierto nivel de conformidad con todo lo que se va hablando. Por supuesto, algunas de las decisiones debe adoptarlas posteriormente el juez.
Con tal de alcanzar dicho consenso, es esencial que el padre y la madre mantengan en todo momento una estricta cordialidad. Precisamente en la práctica totalidad de casos que se resuelven con una custodia compartida,
el trato correcto
e incluso medianamente afectuoso siempre sale a relucir.
Ello es de agradecer enormemente por parte de los niños y las niñas. Tanto los que viven en Castilla y León como los que habitan en otras zonas de España lo pasan muy mal al ver
discusiones post-divorcio
, lo cual no sucede en el caso que estamos describiendo.
La cordialidad entre los miembros que anteriormente conformaban el matrimonio
se mantendrá a lo largo de todo el proceso
, por supuesto también al dejar al peque en manos del otro cónyuge cada vez que se cumpla el plazo estipulado por el juez.
Ver cada cierto tiempo a sus padres juntos, aunque sea durante unos minutos para ponerse al día de aspectos relacionados con el colegio o la salud, así como con tal de proporcionar enseres personales del pequeñín, supone
una inyección de moral
.
Gracias a ello las malas notas en el colegio son mucho menos habituales. El niño o la niña tienen
menores dificultades para concentrarse
al desempeñar sus labores lectivas. A su vez, se reduce el absentismo escolar en caso de que se trate de un adolescente.
Múltiples opciones
Cada niño es un mundo y no todos reaccionan de la misma manera ante una situación adversa. En este sentido se agradece que un juez pueda decretar
cuatro tipos distintos
de custodias compartidas.
A la hora de hacerlo no solo valora las propiedades y las pretensiones del padre y de la madre. Por supuesto, también son tenidos en cuenta los sentimientos del pequeñín, quien es escuchado debidamente en la sala para
obrar en consecuencia
.
Una de las alternativas que más valoran los jueces es la del domicilio fijo. Es decir,
son el papá y la mamá quienes van rotando
. Por ende, el peque siempre permanece en la misma vivienda, evitando así la inestabilidad que acarrea lo contrario.
A pesar de ello, son numerosos los infantes que tarde o temprano acaban adaptándose bien al
domicilio rotatorio
. Tras transcurrir el período de tiempo que decrete el juez, el hijo abandona la casa de su padre para ir a la que tiene en propiedad la madre y viceversa.
Sin embargo, hay que abordar un tipo de caso que, si bien no resulta muy habitual, de vez en cuando se da. Nos referimos a la
custodia compartida coexistente
. Si la ruptura se ha producido con cordialidad y sin contratiempos reseñables, por ejemplo aceptando el adiós al matrimonio pero deseando convivir con el individuo en cuestión a modo de amistad, hay la posibilidad de llegar a este acuerdo.
Los psicólogos infantiles afirman que es la mejor custodia compartida teniendo en cuenta la salud mental de los pequeñines. Y es que cada día verán en el mismo domicilio a
ambos progenitores
, con todo lo positivo que ello conlleva.
Indistintamente del tipo de custodia compartida por la que opte el juez, es innegable que
los niños de Castilla y León
la prefieren antes que cualquier otro procedimiento o acuerdo que les impida estar con ambos padres, aunque sea de manera temporal.