Diario de Castilla y León

Santiago Posteguillo: «Si Galeno hubiera sido hoy presidente de la OMS el virus se habría quedado en Wuhan»

Consagrado como novelista histórico por obras como ‘Yo, Julia’ (Premio Planeta 2018) o  ‘Y Julia retó a los dioses’, se embarca ahora en  ‘El corazón del imperio’, una producción documental para  Movistar  que estos días se rueda en el Museo de las Villas Romanas de Almenara

Santiago Posteguillo. -MIGUEL ÁNGEL SANTOS (PHOTOGENIC)

Santiago Posteguillo. -MIGUEL ÁNGEL SANTOS (PHOTOGENIC)

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ANA DE LA FUENTE | VALLADOLID
Valladolid

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El éxito de sus obras sobre la Antigua Roma precede a Santiago Posteguillo (Valencia, 1967). Con Yo, Julia conquistó el Premio Planeta en 2018. Su último libro Y Julia retó a los dioses ha sido uno de los libros más leídos durante el confinamiento. Ahora se embarca en un nuevo proyecto, El corazón del Imperio,  una nueva producción de Movistar que verá la luz en 2021. Tras tres semanas de rodaje en Bulgaria, el equipo rueda actualmente en el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras. Santiago Posteguillo guiará al espectador por la antigua Roma, asesorado y acompañado por historiadoras expertas en el papel de la mujer en Roma. Marco Antonio, Julio César o César Augusto ceden el papel protagonista a emperatrices, esclavas y gladiadoras que no se conformaron con dar a luz a emperadores, sino que decidieron quién ocupaba cada cargo. 

Pregunta.–  Para un profesor de literatura inglesa, ¿qué tiene Roma y las mujeres de aquella época que tanto le atraen?  Han llegado incluso a llamarle el emperador de la novela histórica...

Respuesta.– Sí. Algunos se han venido un poquito arriba (risas). La Antigua Roma tiene elementos dramáticos muy poderosos con pasiones, legiones, traiciones o luchas de poder muy dinámicos y espectaculares. Además, el mundo romano es nuestro pasado y nuestro pasado nos ayuda a enfrentarnos a nuestro presente. La igualdad que tanto ansiamos ahora  también se construye mirando el pasado y recuperando personajes femeninos injustamente olvidados.  El paso de la República al Imperio Romano no es sólo la historia de Julio César y de Augusto sino también la de Cleopatra, Fulvia o Lydia. Sin ellas  no podría entenderse  el cambio.  Pero las sociedades patriarcales han ocultado, omitido o trastocado esa parte de la historia en la que las mujeres intervenían de forma muy activa.     

P.–  Mary Beard, Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales y toda una experta en la antigüedad clásica defiende, en este sentido, que las mujeres romanas tenían más independencia que las mujeres  del mundo griego o de Oriente Próximo y más derechos que las mujeres  de Gran Bretaña no obtuvieron hasta la década de 1870.  

R.– Una mujer romana patricia podía divorciarse incluso por elección propia y si enviudaba y se volvía a casar podía retener el control del dinero que tuviera del primer matrimonio. En Inglaterra no pudieron heredar hasta finales del siglo XIX ni se las permitía trabajar.  Su única forma de asegurarse una cierta tranquilidad era casarse con alguien adinerado. También podían abortar, un derecho que pierden y que no recuperan hasta bien entrado el siglo XX. 

P.–  Julia Domna es la protagonista de sus dos últimos libros. Es el eje central de una historia en un mundo liderado por hombres. Según reza el título se enfrentó a los dioses pero también  a una pandemia, a luchas internas y conspiraciones. Incluso a un cáncer de mama. Sorprende que en aquella época se supiera ya diagnosticar el cáncer. 

R.–  En efecto. El cáncer estaba ya tipificado por Hipócrates y luego existieron médicos como Galeno  con una capacidad muy bien desarrollada para detectar algunos cánceres, como el de pecho.  Está bien conocer la historia porque así nos podemos indignar aún más cuando todavía vemos que desde el poder político no se han permitido según qué avances. Dicen que hay que invertir en Sanidad, Educación e Investigación pero al final son sólo palabras. A esto hay que añadir la destrucción constante de los contenidos de Humanidades. Y cuanta menos historia sabemos, menos capacidad tenemos para decidir sobre el presente y sobre nuestro futuro. 

P.–  Galeno también se enfrenta a una terrible pandemia de viruela y es capaz de frenarla. Parece algo premonitorio.

R.– Te aseguro que cuando escribí este libro en 2019, era impensable imaginar lo que está ocurriendo ahora, pero todo esto reafirma mi sensación de que cuando hablamos de Roma siempre estamos hablando de cosas que están relacionadas con el presente.  Hay que ver las decisiones tan inteligentes que toma Galeno para acabar con la pandemia.  Si se comparan con las que se han podido tomar hoy en día, podemos deducir que sería muy bonito que los que gobiernan leyeran mucha historia. Si Galeno hubiera sido hoy día el director de la OMS y Julia Domna la presidenta de la ONU, el virus se habría quedado en Wuhan.   

P.– Su novela habla de envidias, de odio, de xenofobia, del deseo de enriquecerse... Son aspecto extrapolables también al siglo XXI.

R.–   Las novelas no hacen más que hablar de la naturaleza humana, y la naturaleza humana no ha cambiado en dos mil años.Amamos, odiamos, somos leales o desleales de la misma forma. Hemos evolucionado en tecnología pero los rencores y las pasiones son iguales. Y la lucha por el poder siempre está presente y sigue siendo inadecuada. No es tan sangrienta como entonces, pero más allá de eso, poca evolución ha habido. 

P.–  Y hoy... ¿Quién sería Julia?

R.– Mi fe la tengo puesta en la candidata a vicepresidente de Estados Unidos. Tiene preparación e  inteligencia. Yo creo que Joe Biden ha sido muy agudo a la hora de seleccionar a una mujer como ella. Además, es el candidato con mayor edad así que, si sale elegido, la vicepresidenta podría acabar siendo la primera presidenta de los EEUU. Pero también sabemos que Trump no está dispuesto a aceptar los resultados salga lo que salga.   

P.– Aunque para algunos sectores de la sociedad parece que ambición y mujer no casan muy bien... 

R.– No han casado bien nunca. Cuando se habla de Julio César y se dice que era ambicioso parece que está bien. Lo mismo ocurre en el siglo XXI. Decir que un hombre es ambicioso tiene connotaciones positivas  pero cuando se adscribe a una mujer se transforman en negativas o cuestionables.    

P.–  El pasado viernes se inauguró la Feria del Libro de Valladolid. Una edición extraña y compleja por las circunstancias actuales. En su pregón, el escritor Gustavo Martín Garzo hizo referencia a la importancia y a la necesidad de los libros y de la cultura en nuestras vidas. ¿Qué papel juegan los libros en la suya?

R.–  Primordial. Y con los tiempos que corren que haya una feria del libro es una buenísima noticia. Los libros son una representación del conocimiento.  Ya lo decía Séneca: La sabiduría es la única libertad. Y eso es lo que necesitamos. Porque normalmente el que gobierna, da igual la condición, color u origen, tiene la tendencia a intentar disminuir el conocimiento de sus gobernados porque así son más manipulables. Y yo contra eso me rebelo.  Me hierve la sangre cuando en mitad del confinamiento se hace un decreto de actividades esenciales y se cierran las librerías pero se mantienen los estancos abiertos.   A la libertad real se llega por la lectura.

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