Castilla y León crece un 2,7%, dos décimas más que España y pese al lastre agrícola
El consejero Carriedo destaca que es un incremento «neto» del PIB tras dos años recuperando lo perdido en pandemia / Venta exterior, industria, servicios y construcción tiran del carro, mientras la inflación ralentiza el gasto en hogares
El PIB de Castilla y León creció un 2,7% durante el año pasado, dos décimas más que la media nacional y el quíntuple que la economía europea . El empuje de la industria, del sector servicios y de la construcción sostuvieron ese incremento, que hubiera sido mayor de no ser por el lastre del campo . Las inversiones y la venta exterior también auparon la economía autonómica en 2023, un año en el que el alza de los precios contuvo el consumo de los hogares , según el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, que este lunes desgranó los factores determinantes del balance anual durante la rueda de prensa trimestral para dar a conocer las cifras de la contabilidad regional.
El incremento de 2023 es inferior al registrado durante los dos años anteriores pero el consejero destacó que esta vez se trata ya de un crecimiento «neto», después de sendos ejercicios recuperando lo perdido en la pandemia, con subidas del PIB del 6% en 2021 y del 3,3% en 2022, que permitieron compensar el batacazo del -,7,2% anotado en 2020.
«Lo más relevante es que el crecimiento es mucho mayor de lo que esperábamos», aseveró Fernández Carriedo al recordar que hace un año los anteriores presupuestos autonómicos se elaboraron considerando una previsión de crecimiento del 1,6%, nueve décimas por debajo de lo finalmente registrado. Entonces, la inflación y los tipos de interés andaban desbocados y hacían presagiar una peor evolución de la registrada por el impacto en el gasto de las familias y en la venta de viviendas. «La industria se ha comportado mejor de lo que se esperaba», apostilló. Además, ni la escalada de precios en el gasto familiar ni los tipos hipotecarios en la venta de viviendas han tenido un impacto tan «radical» como se podía prever en inicio.
El año 2023 acabó repuntando en el último trimestre al crecer un 2,5% entre octubre y diciembre en Castilla y León: ese dato trimestral marcó un punto de inflexión ante el periodo inmediatamente anterior, revirtiendo la tendencia de desaceleración registrada desde enero: arrancó el año con un crecimiento del 4,6% en el primer trimestre, continuó con un 2% en el segundo y un 1,8% en el tercero.
El titular económico de la Junta se centró en el balance anual para celebrar ese incremento del 2,7%. «¿El motivo?», se preguntó antes de desglosar los «cinco factores» que durante el año pasado empujaron al alza la economía y los dos «efectos retardadores» que impidieron que ese despegue resultara aún más notable.
Desde la perspectiva de la oferta, el crecimiento más destacado del año lo firma el sector industrial, con un 3,8% (y frente al retroceso de dos puntos de 2022). En este punto, Carriedo se encargó de recordar que Castilla y León fue la segunda autonomía que mayor subida se anotó en el Índice de Producción Industrial de España el año pasado. Entre las ramas industriales, las ramas manufactureras crecieron un 1,5% en contraste con el descenso del 0,3% en el año anterior, por su parte el suministro de energía eléctrica registró un importante aumento en 2023 frente al decrecimiento del año precedente.
También creció el sector de los servicios (un 3,5%, la mitad que el año previo). En 2023, lo hizo con especial fuerza en el subapartado del comercio, transporte y hostelería, con un 5,3% más, así como de la información y las comunicaciones (9%) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (10,8%).
La construcción también contribuyó al crecimiento económico de la Comunidad al subir un 3% el año pasado , idéntico porcentaje que durante el ejercicio anterior.
El año cerró con un crecimiento «menor del que hubiera podido ser», matizó el consejero, si el campo hubiera sido benévolo. Y es que el sector primario arrastró el despegue económico en Castilla y León con una notable caída, del 8,7%, por el impacto de «la sequía» y de los «altos costes» que soportan los productores agroganaderos.
Llueve así sobre mojado en el campo, porque este desplome anual de casi nueve puntos se suma al -12,7% registrado en 2022. El descenso de 2023 es algo más contenido debido fundamentalmente al menor descenso de la producción agraria de esta campaña frente a la anterior, mientras que la producción ganadera anotó una mayor contracción que en el año 2022.
Desde el punto de vista de la demanda , fue la inversión y la venta en el exterior los dos elementos que permitieron ese crecimiento del 2,7% del PIB en 2023.
En cuanto a la inversión, la formación bruta de capital registró un crecimiento del 3,2%, algo inferior al de 2022 (3,2%) debido al menor aumento de la inversión en construcción (del 3,4% al 2,9%). En bienes de equipo, la inversión creció un 3,5% (-1,3% en el año anterior).
En otras seis décimas contribuyó el mercado exterior a elevar la economía, cuando un año anterior había aportado una décima de punto porcentual, indicó el titular de Economía al recordar que esta autonomía es la que más aumentó las exportaciones. En 2023, crecieron un 2,9% mientras las importaciones lo hicieron un 1,7%, resultando así ese saldo del 0,6%. En comparación con el ejercicio previo, el ascenso es menor tanto en las ventas hacia otros países (alcanzaron un 3,3% en 2022) como en las compras desde el exterior (un 2,8% el año anterior).
El consejero de Economía apuntó a la desaceleración del gasto, en particular de los hogares, para aseverar que es el factor que ha «impedido un mayor crecimiento de la demanda interna». El consumo final se quedó en un 1,8% en 2023, frente al 3,2% de 2022. En particular, el gasto de las familias «siguió creciendo pero lo hizo menos que el conjunto de la economía»: subió sólo 1,4%, la mitad que un año antes. Y el de las administraciones lo hizo un 2,7%, cuando doce meses atrás lo había hecho un 3,2%.
"Esperanza" en la cosecha
En cuanto a la previsión para este 2024, Carriedo recordó que los nuevos presupuestos han sido elaborados contando con un aumento del PIB del 1,7%, un punto por debajo del anotado en 2023, pero «sigue siendo un crecimiento relevante». «Todavía es pronto para saberlo», agregó Fernández Carriedo al fiar su «esperanza en la próxima cosecha». «La evolución de la cosecha depende de lo que pase en primavera», recordó al considerar que «sería difícil un tercer año de bajada consecutiva».
En cuanto al empleo, en 2023 se registró un crecimiento de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo del 0,3% (3,3% en 2022). El empleo creció en la construcción y la industria y descendió en los servicios y el sector primario.