Rutas por el hogar de Félix Rodríguez de la Fuente
Poza de la Sal (Burgos) pone en valor el paisaje natural de uno de los municipios más conocidos de la geografía burgalesa e invita a conocer el senderismo de su entorno
Poza de la Sal (Burgos), el pueblo natal de Félix Rodríguez de la Fuente, es uno de los más conocidos de la geografía burgalesa, tanto por la historia de sus salinas, su vinculación al naturalista y los paisajes que ofrece su entorno. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de la localidad consideran que todavía es un tanto desconocida para los burgaleses, y desde la Oficina de Turismo municipal quieren fomentar más el turismo en los meses de invierno y primavera. Por ello, ofertan durante todo el año una serie de rutas de senderismo que permiten disfrutar del paisaje natural de la zona.
Este pueblo burgalés situado en la comarca de La Bureba, a tan solo 43 kilómetros de la capital se caracteriza por su histórica tradición salina, dado que en su mejor época llegaba a producir 100.000 kilos de sal al día. Una producción que con el tiempo fue mermando, pero que continúa en el recuerdo de todos los vecinos pozanos. Las salinas son uno de los mayores orgullos de los vecinos de Poza, aunque no el único. Así lo demuestras sus diferentes propuestas turísticas, con la que buscan atraer más visitas a lo largo del año.
Pese a que el pueblo recibe, “a groso modo”, tal y como matiza el gerente de la Oficina de Turismo, Pedro Padrones, unos 40.000 visitantes al año, todavía creen que la mayoría de los burgaleses “no conocen Poza”. “Tendremos, más o menos, unos 5.000 o 6.000 burgaleses cada año en Poza”, señala Padrones. Una cifra que se aleja de los 175.000 habitantes que hay en Burgos. “Es algo que sorprende”, indica el gerente de Turismo.
Por todo ello, desde el Ayuntamiento buscan atraer un mayor turismo al pueblo, especialmente en los meses de invierno y primavera, porque consideran que en estas épocas del año el pueblo está “precioso”. “La gente muchas veces se desplaza a los pueblos en verano, y son más bonitos y tienen más encanto en estos otros meses”, apunta Padrones.
“Este pueblo es una gozada a todos los niveles”, afirma Padrones, que hace referencia así a los tres cielos de los que hablaba Félix Rodríguez de la Fuente: su pueblo (Poza), las salinas y el Páramo de Masa. “En este pueblo puedes hablar de geología, de minería, de sal, de historia, de música y de naturaleza”, continúa.
Una de las propuestas de la Oficina de Turismo para conocer mejor el entorno natural de Poza es a través de las rutas de senderismo. Recorridos a pie o en bicicleta, de dos, seis y hasta quince kilómetros, que permiten a sus visitantes conocer más el pueblo, su casco antiguo, las famosas salinas o incluso descubrir el encanto de pueblos cercanos, informa Ical.
Rutas para todos los gustos
Una de las rutas más conocidas por la imagen que ofrece es la Ruta de los Almendros en Flor, un recorrido de unos tres kilómetros que discurre por las faldas de este pueblo burgalés y permite contemplar los cerca de 3.000 almendros que puede llegar a haber en Poza en su mejor momento. Según explica Padrones, desde la Oficina de Turismo tienen una ruta marcada para poder pasear por el zona y contemplar los almendros en flor, sin embargos aquellos que lo deseen también pueden realizar libremente más kilómetros. La ruta se puede hacer de forma individual o acompañados por un técnico de turismo, que explicará a los visitantes las curiosidades de estos almendros y de su floración.
“La Ruta de los Almendros es una forma de despertar la sensibilidad de los burgaleses y atraer ese turismo de naturaleza, familias. Por su sencillez y cercanía”, afirma el gerente de la Oficina de Turismo. Este año, los almendros han florecido antes de lo esperado, por lo que la promoción de la ruta se ha tenido que adelantar también unos días. “Cuando vemos que los almendros están floreciendo, empezamos la campaña de difusión”, explica Padrones.
La ruta atrae también mucha gente de fuera de la provincia burgalesa, y especialmente reciben muchas visitas desde el País Vasco, atraídos por ese turismo de naturaleza. La idea de promocionar el paisaje de los almendros en flor como una ruta marcada nació hace unos cinco años, y desde entonces, cada año ha ido cosechando más adeptos. “Cada año nos viene un poco más de gente que el anterior”, celebra Padrones.
Otras rutas que oferta Poza no están tan condicionadas por la climatología y pueden realizarse durante todo el año, como es la Ruta del Diapiro, de seis kilómetros, permite a aquellos que la recorren presenciar las vistas del diapiro, del Castillo de Poza, el Altotero, el Castellar y las salinas. Según recuerda Padrones, son muchos los visitantes que llegan hasta la villa atraídos por el diapiro, ya que es uno de los fenómenos geológicos más llamativos de la provincia. “Geológicamente es una maravilla. Parece un cráter casi perfecto”, señala el gerente de Turismo, que reconoce que esta es una de sus rutas favoritas, especialmente por las vistas que ofrece.
A esta se suma otra ruta que permite a sus visitantes conocer uno de los pueblos cercanos, Castil de Lences, a cinco kilómetros de Poza de la Sal. Un pueblo que “sorprende” y “transmite paz” a aquellos que lo visitan, y llegó a conquistar hace ya varios años a los reyes de España, por aquel entonces Príncipes de Asturias, que se hospedaron en el monasterio de las clarisas, situado en este municipio.
Para los más atrevidos, Poza de la Sal oferta también la conocida como ‘Infierno Pozano’, que está marcada para realizarse con bicicleta de montaña y que en el mes de julio celebra una carrera que atrae a amantes de la BTT a competir en este entorno natural. Se trata de un recorrido de 45 kilómetros en bicicleta, que desde la Oficina de Turismo señalan que se puede realizar en dos días, e incluso con algunos tramos a pie.