Diario de Castilla y León

CaixaBank prevé que la economía de Castilla y León crezca el 1,2% frente al 1,4% nacional

El informe, elaborado el departamento de estudios de la entidad, recoge que prolongará la senda expansiva en 2024 pero a "un ritmo desacelerado"

Factoría de Renault de Villamuriel de Cerrato, Palencia, en una imagen de archivo - E. M.

La Factoría de Renault de Villamuriel de Cerrato (Palencia) tras las obras de transformación de la planta para fabricar el modelo Austral. ICAL

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Redacción
Valladolid

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Las previsiones de CaixaBank Research apuntan a que Castilla y León tendrá un crecimiento del PIB del 1,2 por ciento frente al 1,4 por ciento nacional, según informaron este lunes fuentes de la entidad financiera, haciendo alusión al informe que ha elaborado su departamento de estudios sobre la Comunidad, que también recoge que prolongará la senda expansiva en 2024 pero a “un ritmo desacelerado”. Asimismo, según Ical, contempla que la industria mantendrá la tónica positiva, pero la construcción y, sobre todo, los servicios amortiguarán su crecimiento. “Como en otras regiones industriales, el principal riesgo del escenario procede de los posibles efectos de las tensiones geopolíticas, a través del encarecimiento de las materias primas o el bloqueo de rutas comerciales”, señalaron.

El comportamiento del mercado laboral castellano y leonés está siendo “algo más débil” que en el conjunto del país. En diciembre de 2023, la afiliación creció un 2,2 por ciento interanual (2,7 por ciento en España), gracias, sobre todo, a actividades sanitarias y de educación, y un 4 por ciento respecto a los niveles de 2019. Por su parte, la tasa de paro se situó en el 4T 2023 en el 9,5 por ciento, cifra que mejora el cierre de 2019 (11,2 por ciento) y la media del país (11,8 por ciento).

El consumo se mantiene algo aletargado en la región, a la vista de la evolución de las ventas minoristas en volumen. Tras el fuerte retroceso de 2022, condicionadas por el entorno inflacionista, el repunte anotado en enero-noviembre de 2023 fue menos intenso que a nivel nacional (+4,7 por ciento interanual contra el +7,7 por ciento), de modo que era una de las regiones más alejadas de los niveles de 2019 (–4,7 por ciento contra +3,0 por ciento en España).

La producción industrial, que en 2022 anotó el peor registro de todas las regiones, muy afectada por el impacto de los cuellos de botella en los mercados internacionales y los elevados costes energéticos, experimentó un intenso rebote en los once primeros meses de 2023 (+3,7 por ciento contra –0,6 por ciento), apoyada en las ramas de automoción, química y suministro eléctrico. En todo caso, el IPI castellano y leonés sigue alejado de los niveles de 2019 (-4,3 por ciento contra -1,2 por ciento).

Tras el estancamiento del año anterior, las exportaciones de bienes rebotaron con fuerza en 2023, anotando, hasta noviembre, un crecimiento del 15,2 por ciento interanual, el mejor registro de todas las regiones y que contrasta con el retroceso en el promedio del país (-0,7 por ciento): destacó el dinamismo de las exportaciones de automóvil, semimanufacturas (sobre todo neumáticos y cámaras) y alimentos (preparados alimenticios, frutas y legumbres). De este modo, las ventas al exterior de la región superaban en un 15,4 por ciento los niveles de enero-noviembre de 2019, lejos, en todo caso, de las cifras de España (+32,1 por ciento).

Según estas estimaciones, el PIB de Castilla y León creció en 2023 un 1,9 por ciento, por debajo de la economía española (2,4 por ciento), y recuperó el nivel prepandemia un año después que el conjunto del país. A la prolongada contracción del sector agrario se añadió el impacto de la inflación y la subida de tipos en el gasto de las familias; por el lado positivo, la normalización de las cadenas de suministro contribuyó a dinamizar el sector industrial, sobre todo la automoción.

Situación macroeconómica

Según las estimaciones, el PIB de Castilla y León creció en 2023 un 1,9 por ciento, por debajo de la economía española (2,4 por ciento), y recuperó el nivel prepandemia un año después que el conjunto del país. A la prolongada contracción del sector agrario se añadió el impacto de la inflación y la subida de tipos en el gasto de las familias; por el lado positivo, la normalización de las cadenas de suministro contribuyó a dinamizar el sector industrial, sobre todo la automoción.

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