Diario de Castilla y León

El Procurador pide limitar el acceso al Cares y vetar a niños y perros en picos de afluencia

Un estudio del Parque Nacional analiza la «capacidad de acogida» de esta senda, frecuentada por 200.000 personas al año / Los resultados determinarán las posibles restricciones que adopte el gestor interautonómico

Unos turistas recorren la ruta del Cares. ICAL

Unos turistas recorren la ruta del Cares. ICAL

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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El Procurador del Común propone limitar el acceso de visitantes a la Ruta del Cares , en especial durante las épocas de mayor afluencia, así como prohibir el acceso de niños pequeños y de animales de compañía para velar por la seguridad de esta senda, transitada por 200.000 personas cada año. Así lo plantea Tomás Quintana en una actuación de oficio en la que emplaza a la Consejería de Medio Ambiente a trasladar estas restricciones   al órgano compartido con Asturias y Cantabria para la gestión del Paque Nacional Picos de Europa. También sugiere al departamento de Juan Carlos Suárez-Quiñones que los agentes medioambientales velen por el cumplimiento de las medidas vigentes en cada momento para prevenir accidentes. Y realizar un mantenimiento «regular» de la señalización «para que no existan carencias o deficiencias» en la divulgación de la informacion precisa. 

Los once kilómetros que separan Caín (en Posada de Valdeón, León) y Poncebos (en Cabrales, Asturias), en la parte de Picos de Europa que cuenta con la protección de Parque Nacional, conforman una senda «aparentemente accesible a cualquier persona», pero que «indudablemente entraña un peligro ante el que las Administraciones públicas deben adoptar medidas de control y prevención», sostiene el ‘defensor del pueblo’ en Castilla y León. 

Uno de los elementos que aumenta la peligrosidad es «la excesiva afluencia» de personas , en especial durante el verano, cuando confluyen «varios miles de personas a diario» y se registran «varios centenares de incidencias», en algunos casos con fatal desenlace. 

El Procurador del Común recuerda el goteo de trágicos episodios que acumula la ruta. El más reciente se registró el pasado mes de agosto, cuando una joven se precipitó por un desnivel de 60 metros en el límite entre Cabrales y Posada de Valdeón. Un año antes, otra mujer se despeñó tras apoyarse en una valla, cerca del puente La Jaya de Cabrales, cayendo más de 20 metros al cauce del Cares. Entre los años 2000 y 2018, seis personas habrían perdido la vida, según las informaciones recopiladas por el defensor del pueblo de Castilla y León.

Los datos de la Agencia de Protección Civil revelan, además, que en el último lustro se han realizado 42 rescates de montaña en la ruta (diez en 2019, siete en 2020 y 2021, doce en 2022 y seis en 2023.).  Además, cada año tiene lugar alguna búsqueda o incidentes que requieren atención sanitaria. 

EL PLAN RECTOR

La creación de cupos de visitantes en las zonas más saturadas es una posibilidad que quedó recogida en 2018 en el texto del futuro Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional, que comenzó a elaborarse en 2018 con la previsión de haberse aprobado en 2020. Cinco años después el documento regulador sigue pendiente. «Se encuentra en la fase final de su tramitación» , según explica la Consejería de Medio Ambiente en respuesta al Procurador. Cuando por fin se apruebe, será el primer Plan Rector de Picos de Europa, tras el malogrado texto anterior, de 2002, tumbado por el Tribunal Supremo  en 2005 por la ausencia del régimen económico y de compensaciones. 

La posibilidad de establecer cupos de visitantes se incluyó en ese texto en tramitación pese a no existir una necesidad inmediata, sólo por si fuera necesario acotar el peregrinaje de personas en algún enclave concreto. De hecho, también estipuló llevar a cabo estudios para evaluar la capacidad de acogida para cada zona del Parque Nacional .  «De estos estudios se podrá derivar el establecimiento de cupos que garanticen los objetivos de conservación y protección, adecuando el número de visitantes a dicha capacidad y a la zonificación establecida» , rezaba el texto preliminar expuesto a alegaciones en 2019. 

En su respuesta al Procurador del Común, Medio Ambiente explica que «se ha encargado recientemente un estudio de capacidad de acogida de la propia senda por parte de la entidad gestora a la oficina técnica de Europarc España, cuyos resultados se expondrán en el próximo Patronato y posterior Comisión de Gestión». Una vez esos datos sean analizados, «se determinarán las actuaciones que se considere oportunas para poder compatibilizar la elevada afluencia de visitantes de esta senda con la conservación de los valores naturales y patrimoniales, intentando además contribuir con ello a que las personas que la utilicen en el futuro, realicen el recorrido mejorando la calidad de la visita y la propia seguridad», apostilla la Junta al precisar que, en su caso, esas medidas deberán contar con la «aprobación por parte de la comisión de Gestión del Parque Nacional». 

Precisamente el pasado jueves, 21 de diciembre, se celebró una reunión del Patronato del Parque Nacional de Picos de Euopa donde se presentaron esos estudios de capacidad de acogida , elaborados en el marco del Plan Director de la Red de Paques Nacionales, para los lagos de Covadonga y la ruta del Cares.

«Estos estudios elaborados por especialistas de la Federación de Parques Europarc permitirán en un futuro ser la base de la regulación de estos emblemáticos lugares, una vez de consensue con las entidades locales y otros actores interesados», explicó la Junta en un comunicado.

La Consejería de Medio Ambiente no ha detallado a este periódico si se plantea aceptar las medidas planteadas por el Procurador del Común. 

Picos de Europa es el Parque Nacional más antiguo de España y el tercero más frecuentado del país, después del Teide y Guadarrama. La mayor presión la soportan los lagos de Covadonga, con 800.000 turistas al año, seguidos del acceso cántabro de Fuente Dé, con 684.000. La entrada por la vertiente leonesa acumula 265.000 accesos con una fuerte concentración en la ruta del Cares, su punto más carismático. 

Completar los 22 kilómetros de ida y vuelta de esta senda requiere más de cinco o seis horas . Técnicamente no es una caminata muy exigente, pero entraña importantes riesgos por la estrechez de algunos tramos, la alternancia de superficies resbaladizas y precipicios verticales, la posible caída de piedras, la falta de cobertura y la irrupción de niebla, lluvia, nieve o hielo. Su idiosincrasia requiere cierta preparación y evitar imprudencias como tomarse un selfie en el lugar inadecuado, salirse del itinerario o no extremar las precauciones en compañía de niños y perros. 

Otras opciones para mejorar la seguridad serían extender los vallados por los lugares en los que los cortes verticales de la montaña hacen más peligrosa la ruta, actualizar el régimen sancionador o intensificar las medidas de control e inspección. La Junta responde que extender los vallados «ha sido objeto de  análisis técnico en varias ocasiones»   pero se descartó porque «tendría un efecto contraproducente, distorsionaría totalmente la propia naturaleza de la senda, haciéndole perder significativamente su valor ambiental y contribuyendo además a generar una falsa sensación de seguridad que probablemente generaría más accidentes». 

«En relación con el número de visitantes que recibe la senda al año (unos 200.000) el porcentaje de accidentes no se considera elevad o. Además, la dificultad de instalación de un vallado debido a la orografía y el constante mantenimiento del mismo que generaría, sería difícilmente asumible, ya que la caída de piedras en la zona es muy frecuente, tal y como sucedió con el desprendimiento acaecido en la zona, en la que posteriormente se tuvo que instalar la pasarela de Los Martínez en el año 2015 para rehabilitar la propia senda», apostilla la Junta.

CULTURA CORRIGE SU INFO 

En la misma tramitación de oficio, Quintana se interesó por la información divulgada por la Consejería de Cultura y Turismo para advertir de los peligros inherentes a la ruta, una actuación que llevó al departamento dirigido por Gonzalo Santonja a ampliar la información contenida en la página web turística oficial de Castilla y León. 

Consciente de que «una de las medidas de prevención» debe ser «alertar y concienciar de esa peligrosidad», Quintana comprobó que en el momento en el que inició la actuación de oficio, el portal turístico «no hacía alusión» a medidas de precaución, recomendaciones o advertencias, limitándose a enlazar la web del Ministerio para la Transición Ecológica, donde sí se incluían este tipo de indicaciones.

Esa falta de información contrastaba con el portal turístico del Principado de Asturias, donde consta información detallada sobre las medidas de seguridad, prohibiciones como la de llevar perros sueltos o con correas extensibles o recomendaciones sobre la entrada de niños, cuyo acceso no está prohibido «pero es recomendable que sean mayores de 12 años o bien llevarlos siempre de la mano, con el niño por la parte interior del camino». 

A raíz de la actuación del Procurador, la Consejería de Cultura recogió el guante incorporando a su página web las restricciones vigentes y textos complementarios para que la información «sea más visible para quienes consulten la información de esta ruta». 

A la vista de «las mejoras introducidas en la información facilitada a través del Portal de Turismo de Castilla y León, cabe hacer hincapié en la necesidad de mantener una información adecuada que permita hacer visibles las características de la Ruta del Cares, la dificultades que puede presentar el acceso y utilización de la misma, y las restricciones que puedan estar vigentes en cada momento», valora la resolución del Procurador del Común. 

Por último, y consciente de la importancia de la senda para el desarrollo económico de los habitantes de este enclave, Quintana reclama la «debida supervisión de las actividades relacionadas con el turismo» de modo que «se garantice la calidad de los servicios y, en definitiva, el atractivo de la zona para procurar su desarrollo y las debidas condiciones de vida para sus habitantes». La Consejería de Cultura y Turismo ya ha avanzado que también acepta esta recomendación, remitiendo la resolución al Servicio Territorial de León «para adoptar las medidas de inspección turística que procedan».

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