El castillo de Disney inspirado en el Alcázar de Segovia

En la gran pantalla o sobre papel, las obras suelen vivir en una constante batalla entre la realidad y la ficción. A veces, la confusión es extrema y supone inevitable pensar que la fantasía se impregne de aspectos de la vida real -por ejemplo, los soñados unicornios son simplemente caballos con cuernos que pueden volar-. Entonces, cualquier detalle queda almacenado en una mente pensante, a la espera de que la imaginación ofrezca el chispazo para dar forma las ideas. Esto mismo le debió ocurrir a Walt Disney mientras escribía Blancanieves y los siete enanitos allá por el año 1937 cuando le faltaba decidir cuáles serían los aposentos de la Reina Grimhilde. Y en el Alcázar Segovia deparó su imaginación .   

Colocar sobre una mesa la postal de la fortaleza segoviana y del castillo de la Reina Malvada transmiten una copia casi exacta . Su similitud rondaba los pensamientos de los segovianos y de cualquiera de sus numerosos turistas, pero sin confirmación solo se trataban de meras suposiciones. 

No ha sido hasta el 100 aniversario de la fundación de The Walt Disney Company cuando se ha revelado que el Alcázar de Segovia sirvió de verdadera inspiración para los dibujantes del largometraje , que fue el primero de animación producido por Walt Disney y el primero incluido en el canon de Clásicos de la industria.

Tantos años después, ya es innegable que la industria de animación consiguió parte de su éxito gracias a Segovia. Sin duda, El Espejo Mágico es el gran elemento del castillo de la malvada Grimhilde, con el que cada día busca la reafirmación del ‘vivo’ objeto para creer ser la mujer más bella del reino, pero hay otras zonas distinguidas de la película que han quedado en la retina de los espectadores, como el Pozo de los Deseos, ubicado en el patio, donde Blancanieves canta I’m Wishing , las mazmorras infestadas de ratas, o el laboratorio donde la villana prepara la ‘manzana envenenada’ para matar a Blancanieves. 

Al margen de la fortaleza medieval, otras 29 localizaciones de Europa, Medio Oriente y África que han inspirado sus películas más famosas . Por ejemplo, el Big Ben de Londres adornó el viaje al País de Nunca Jamás de Peter Pan con los niños Darling, la Catedral de Nôtre Dame de París albergó la sombra de Quasimodo, la fortaleza de Akershus, en Noruega, complementó el encanto de Frozen, mientras otras varias han aparecido en Hércules , Pinocho , El Rey León o Ratatouille .

Pero de España, solamente el alcázar castellano aparece en la prestigiosa lista. Su historia se define por diferentes etapas, como también por varios usos ya que ha llegado a ser fortaleza medieval, palacio de los Reyes de Castilla, castro romano, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar. Y acogió, cómo no, momentos históricos como escenario de la última reunión entre Cristóbal Colón y el rey Fernando el Católico , de la firma de la Concordia de Segovia o de la boda de Felipe II con Ana de Austria . 

Siglos y siglos de historia que se esconden entre una apariencia de castillo de hadas que no solo fue un recurso utilizado para la producción de Blancanieves y los siete enanitos , sino también para Orson Welles debido a que en 1965 lo utilizó rodar escenas de  Campanadas a medianoche . Incluso llegó a aparecer en Los Simpson , concretamente en el capítulo 440 titulado Cuatro grandes mujeres y una manicura . Ya lo dijo Walt Disney, en palabras de Rebecca Cline , directora de los Archivos de la multinacional: “Siempre, mientras viajas, asimila los sonidos y las imágenes del mundo”. Porque la imaginación, simplemente, es una realidad alterada.