Urbano y Marcelino vuelven a casa
Los restos de los dos concejales asesinados en 1936 en Villadangos del Páramo descansan ya en Valencia de Don Juan (León)
Los restos de los concejales Marcelino Quintano y Urbano González, asesinados en 1936 y enterrados en una fosa común en el cementerio de la localidad leonesa de Villadangos del Páramo, descansan desde este domingo en su lugar de origen, Valencia de Don Juan.
En Villadangos del Páramo, durante el verano y el otoño de 1936, los fascistas llevaron a cabo al menos 18 matanzas, con el resultado de unas 78 personas asesinadas y arrojadas a fosas comunes que se situaron en el cementerio de la localidad, que acogió los cadáveres de los al menos 63 que aparecen como inhumados en el mismo. También se enterraron en Fojedo del Páramo, en el que terminaron enterrados al menos 13 asesinados, y Celadilla del Páramo, donde en una fosa se arrojó al menos a los dos ejecutados que se referencian en las actas de defunción recopiladas, informa Ical.
En febrero del año 2022, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica llevó a cabo las tareas de exhumación de la fosa común del cementerio de Villadangos del Páramo, en la que no pudieron encontrarse todos los restos, ya que en la década de los años 90 habían sido construidos varios panteones sobre el enterramiento, bajo los que se calcula que se encuentren restos de otras 50 personas asesinadas.
Tras ser estudiados en la Universidad de León por la antropóloga Laura González Garrido, los restos de Marcelino Quintano y Urbano González fueron identificados por una prueba de ADN. Por ello, este domingo se celebró un acto en el cementerio de Valencia de Don Juan tras el que fueron inhumados en el lugar elegido por sus familias.