Los jóvenes de Castilla y León no se van de casa hasta los 30 años
La tasa de emancipación de los jóvenes de la Comunidad se sitúa en el 15,3%, casi 85 de cada 100 no residen fuera del núcleo familiar hasta iniciada la treintena / Por primera vez en España edad media de emancipación supera ese listón y se sitúa en los 30,3
Casi el 85% de los jóvenes de Castilla y León no se va de casa hasta haber cumplido los 30 años , según el último Observatorio de la Emancipación publicado por el Consejo de la Juventud de España (CJE), referido al segundo semestre de 2022. La tasa de emancipación de los jóvenes de entre 16 y 29 años se sitúa en el 15,3% en la Comunidad (en la siguiente franja de edad, de los 30 a los 34 años, la tasa se dispara ya hasta rozar el 65%). Es ligeramente superior al 14,9% registrado en el primer semestre del año y en el ejercicio 2021, pero no ha recuperado aún las cifras prepandemia, el 16,2% que se registró en 2019 . Las cifras están en consonancia con el conjunto nacional, con la edad media de emancipación más alta de las últimas dos décadas, situada en los 30,3 años. Según los datos del CJE, mientras que en España la emancipación fue del 15,9% en el periodo en estudio, en la Unión Europea la tasa media de emancipación fue del 31,9%, el doble que en el país. «Para las personas jóvenes españolas independizarse es prácticamente una quimera, siendo siempre más difícil para una persona joven española hacerlo que para una europea», destaca el documento.
En cuanto a la Comunidad Autónoma en concreto, el informe señala que la emancipación residencial de la población joven de Castilla y León empezó a recuperarse de manera muy suave en 2022 , pero sin a alcanzar las cotas anteriores a 2020. En el segundo semestre de 2022 el 15,3% de todas personas jóvenes de la Comunidad estaba residiendo fuera del hogar familiar.
Como en el conjunto de España, el año 2022 se cerró con un ligero aumento del empleo y una reducción considerable de la temporalidad entre la población joven de Castilla y León. Eso sí, Castilla y León fue la tercera comunidad autónoma con menos personas jóvenes trabajando a tiempo completo. Prácticamente la mitad de las personas jóvenes ocupadas a tiempo parcial lo hacía de manera involuntaria. Por otra parte, el riesgo de pobreza y exclusión social entre la población joven castellana y leonesa pasó del 25,8% de 2021 al 26,2% de 2022 . Creció, sobre todo, entre quienes estaban trabajando.
Y es que «las personas jóvenes en España no pueden emanciparse hasta que dejan de ser jóvenes», lamenta el CJE. Se trata de «un síntoma muy preocupante que demuestra que los problemas estructurales de la juventud siguen muy presentes y condicionan la vida adulta». Durante el segundo semestre de 2022 el porcentaje de población joven que se emancipaba residencialmente se estancó y las subidas en los precios del alquiler y la vivienda «hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeudarse», destaca.
Mientras que en España la emancipación fue del 15,9%, en la Unión Europea la tasa media de emancipación fue del 31,9 %, el doble que en nuestro país. «Para las personas jóvenes españolas independizarse es prácticamente una quimera, siendo siempre más difícil para una persona joven española hacerlo que para una europea», señala la misma fuente.
El CJE señala algunas razones que que los jóvenes no puedan emanciparse en España. La primera de ellas, que tener empleo no es suficiente para poder acceder a una vivienda . Pese a que el salario medio de una persona joven subió un 4,6%, estableciéndose en los 13.079,19 euros netos al año (o 1.089,93 euros netos al mes), el precio de las viviendas en alquiler lo hizo un 7,55 %. Así, el alquiler medio de una vivienda se establecía en 912 euros. Una persona joven tendría que dedicar el 83,7 % de su sueldo. Eso, sumado a los 141 euros de media que cuestan de media los suministros y servicios de una vivienda (como los recibos de agua, luz, gas, etc.), supondrían 1.053 euros al mes, el 96,6% de su sueldo. Es decir, sólo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio, algo completamente inasumible.
Otra de las razones es que una de cada cinco personas de menos de 30 años con un puesto de trabajo se encontraba en pobreza o riesgo de exclusión social en el periodo del estudio. «Este fenómeno, el de personas jóvenes que siguen siendo pobres, aunque trabajen, debería ser una de las prioridades de la clase política, ya que la imposibilidad de acceder a unas condiciones que permitan poder vivir de forma digna e independiente causa no solo problemas materiales en la juventud, sino que también afecta a su salud mental», destaca la entidad.
Por otro lado, tener estudios superiores tampoco garantizaba, en ningún caso, poder emanciparse. Tan sólo el 22,9% de las personas jóvenes que habían completado enseñanzas de formación profesional de nivel superior o estudios universitarios se habían podido emancipar. La tasa de emancipación era similar entre quienes tenían estudios superiores y entre quienes no los tenían.
El mercado de alquiler en España es otro de los factores que determinan la baja emancipación. Un alquiler que continuó encareciéndose durante la segunda mitad de 2022 . Ante la imposibilidad de alquilar en solitario, una de cada tres personas jóvenes que viven de alquiler se ven obligadas a hacerlo en una vivienda compartida. El alquiler medio de una habitación era a finales de 2022 de 282,19 euros, el 25,9% del salario medio joven . Esta cifra está peligrosamente cerca de la recomendación a la que llegan la mayoría de los estudios, que establecen que el precio de la vivienda habitual no debería suponer más del 30% del salario de una persona .
Por otro lado, ha habido un incremento del precio medio de compra de la vivienda. Así, la opción de pagar una hipoteca tampoco era mucho mejor para las personas jóvenes. Lo primero, porque la entrada media de una vivienda se establecía a finales de 2022 en 49.852,20 euros, el equivalente a 3,8 años completos de sueldo de alguien que tuviera menos de 30 años. Por otra parte, para aquellas personas jóvenes trabajadoras que consiguieran acceder a una hipoteca , el importe medio de la primera mensualidad era de 661,33 euros, el 60,7% del salario medio de una persona asalariada de menos de 30 años.
La escasez de empleo sigue siendo otra de las trabas para la emancipación. Según el estudio del CJE, la tasa de paro de las personas jóvenes seguía siendo en 2022 mucho mayor que la de la población general: del 22,2% frente al 12,9%. Las personas jóvenes tenían a finales de 2022 una tasa de paro similar a la que se registró en 2008 con el estallido de la crisis económica y financiera. Tras la reforma laboral, se puede afirmar que la temporalidad, un problema tradicionalmente endémico de la población joven, se ha reducido importantemente, pasando de un 55,4% de temporalidad a finales de 2021 a un 38,9% en el último trimestre de 2022.
Se ha disparado la contratación fija discontinua . Aquellas personas jóvenes que tenían un contrato indefinido pero que solo trabajaban, por la naturaleza de su empleo, determinados meses del año. En solo un año España ha pasado de tener 23.569 contratos fijos discontinuos firmados por personas jóvenes a 233.828 , casi diez veces más. Además, se triplicaron los contratos indefinidos a tiempo parcial, cuando casi la mitad de las personas jóvenes bajo esta modalidad decían que preferirían tener un empleo a tiempo completo, pero no lo habían encontrado.
«El Consejo de la Juventud de España sigue alertando de la falta de acción en política de vivienda en España y las consecuencias negativas que eso ha provocado en la población general y, especialmente, entre la juventud, que sigue viendo como año tras año disminuye el porcentaje de emancipación por una pérdida de poder adquisitivo, situación que se solapa con la subida ininterrumpida de los precios de alquiler y compra de vivienda» aseguró en la mañana de este viernes Andrea González Henry , presidenta del Consejo de la Juventud de España, durante la presentación del Observatorio.
Por su parte Juan Antonio Báez, vicepresidente y responsable de socioeconómica y comunicación del CJE, aseguró que las políticas de juventud «en muchos casos se convierten en una huida hacia adelante que no entran a solucionar de manera estructural los problemas principales que preocupan a la juventud, como son la vivienda y el empleo».