Ecologistas denuncia la contaminación del agua en ocho pueblos de Palencia

Ecologistas en Acción denunció la existencia de contaminación por nitratos del agua de abastecimiento en ocho localidades de la provincia de Palencia tras la realización de una campaña de medición en 96 localidades de dicho territorio entre los días 3 y 20 de junio.  El resultado, que como matizan desde Ecologistas en Acción en un comunicado remitido a Ical, es “provisional y no oficial”, arrojó niveles iguales o superiores a 50 miligramos por litro en ocho localidades de la provincia, que “de confirmarse por laboratorios homologados”, provocaría que “no sean aptas para el consumo humano” , de acuerdo con lo indicado por la Organización Mundial de la Salud y por la normativa vigente.

En los municipios afectados, la concentración de nitrato detectada varía entre los 100 mg/litro y los 52 mg/litro , tras las mediciones realizadas en agua de grifos de casas particulares y en fuentes públicas habilitadas para consumo. También arrojaron datos elevados siete fuentes públicas de agua no tratada, alguna de ellas usada por los vecinos de las localidades. Para la organización ecologista, este hecho es especialmente grave, pues con la contaminación de las aguas de abastecimiento “se pone en riesgo la salud de las personas” . Esta contaminación de las aguas tiene su origen, principalmente, en el uso masivo de abonos nitrogenados en la agricultura, especialmente en el regadío, y en la proliferación de macrogranjas intensivas. “Se trata de una contaminación especialmente grave, ya que en las aguas subterráneas puede llegar a ser irreversible”, lamentan desde Ecologistas en Acción. Por todo ello, la organización ecologista ha solicitado a los ayuntamientos implicados y a la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León que adopten las medidas necesarias para corregir la actual situación “a la mayor brevedad posible”. Estas medidas pasan, según Ecologistas en Acción, por “frenar la expansión del regadío”, limitando también el uso de abonos nitrogenados en los regadíos existentes, así como “evitando la implantación de nuevas explotaciones ganaderas intensivas”, informa Ical.