Diario de Castilla y León

Un entrenador de baloncesto de Burgos acepta 111 años de cárcel por corrupción y abuso sexual de niños

Reconoce «uno por uno» todos los hechos antes de alcanzar un acuerdo para rebajar la condena en casi tres décadas / Su confesión evita que las víctimas pasen por el juzgado

Audiencia Provincial de Burgos. E.M.

Audiencia Provincial de Burgos. E.M.

Publicado por
Diego Santamaría

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El entrenador de baloncesto burgalés acusado de abuso sexual, corrupción de menores y posesión de pornografía infantil alcanzó ayer un acuerdo con las acusaciones particulares de dos de las víctimas y con la Fiscalía Provincial de Burgos para rebajar su pena de prisión a 111 años y cuatro meses . De entrada, se enfrentaba a una condena global de 141 años por todos los delitos que se le imputaban. 

Durante el juicio, celebrado a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Burgos, A.D.P. (30 años) reconoció «uno por uno» los hechos que acabaron propiciando su detención el 18 de octubre de 2021. Una vez expuestas las pruebas y en base a su testimonio, las partes acordaron rebajar cerca de tres décadas su condena al reducir, de siete a cinco años, los delitos relacionados con la corrupción de menores. No en vano, se mantienen intactas la s indemnizaciones por el daño moral causado, en distinto grado, a las víctimas. En total, 147.000 euros

El resto de penas que el Ministerio Fiscal planteaba en su escrito de acusación tampoco varían. Es decir, la comisión de diversos delitos de abuso sexual tras embaucar a varias de sus víctimas para realizar prácticas sexuales de forma virtual y la posesión, acreditada por la Policía cuando fue detenido, de material pedófilo.

El hecho de que este sujeto reconociese los delitos ha permitido que sus víctimas no tengan que desfilar por los juzgados para relatar su testimonio. Tal y como consta en el escrito de la Fiscalía, A.D.P. inició su actividad delictiva a través de dos perfiles falsos de la red social Instagram en los que se hacía pasar por una joven para intentar captar la atención de los menores y, posteriormente, obtener imágenes suyas. 

Después de obtener mediante engaños  con ánimo de «satisfacer sus instintos libidinosos y atentar contra la indemnidad sexual de los menores», el pedófilo confeso llegó a revelar su verdadera identidad, a través de WhatsApp, a -al menos- una decena de adolescentes. De esta forma, siguió tratando de conseguir imágenes o vídeos. A la hora de analizar el teléfono móvil del entrenador, los investigadores localizaron conversaciones totalmente inapropiadas que datan incluso desde el año 2014. La mayoría, eso sí, se produjeron entre 2020 y 2021. 

Otro hecho relevante que el Ministerio Fiscal no pasaba por alto en su escrito es el pleno conocimiento que el acusado tenía sobre la edad de los menores porque « formaban parte del equipo infantil (13 y 14 años) y cadete (15 y 16 años) » del club en el que ejercía como miembro del cuerpo técnico de entrenadores. 

Gracias a la denuncia de una familia en cuanto tuvo constancia de lo que estaba sucediendo, el grupo de Delitos Informáticos de la Policía Nacional de Burgos inició una investigación, muy compleja en su primera fase, que culminaría con el arresto de este ingeniero informático. En base a la gravedad de los hechos constatados, se decretó su inminente ingreso en prisión sin fianza

No es la primera sentencia de la Audiencia Provincial por esta clase de delitos en lo que va de año. A mediados de enero, un hombre de 46 años, vecino de Aranda de Duero, era condenado a 31 años de prisión por agredir sexualmente a dos menores que eran nietos de su compañera sentimental. Además, se le consideró culpable de maltrato en  el ámbito familiar hacia otra nieta de su pareja. Durante el juicio, se pudo acreditar que el acusado llegó a causar lesiones físicas a una de sus víctimas. 

La comisión de delitos contra la libertad sexual de menores preocupa, y mucho, en los tribunales. Tal y como advertía recientemente la jueza de Menores de Burgos, Blanca Subiñas , a lo largo de las dos últimas décadas se ha detectado un «incremento importantísimo» de las denuncias de esta naturaleza, así como los casos de violencia intrafamiliar. Dicho fenómeno obedece, según expuso, hoy por hoy «se denuncian situaciones que antes se consentían».

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