Los padres solicitan que se permitan controles sorpresa en los comedores tras la aparición de gusanos en la sopa del hospital de León
La Federación de Ampas manifiesta la «inquietud» de los padres al conocer que Serunion, la empresa que suministró la comida con gusanos en el Hospital de León, gestionará los menús escolares de 41 colegios de Valladolid
La federación de Ampas de Valladolid , Fapava, está inmersa en la creación de una comisión que se encargue de vigilar la calidad de los menús que se sirven en los comedores de los colegios públicos , después del revuelo levantado entre las familias al conocer que Serunion, la empresa encargada de gestionar la cafetería del hospital de León en la que se ha servido sopa con gusanos esta semana, es la que gestionará la comida en 41 centros educativos de Valladolid.
La decisión de crear un grupo de trabajo específico con el objetivo de exigir que los alimentos que se ponen sobre los platos de los niños son adecuados responde a la «inquietud» que varias asociaciones de padres y madres han trasladado a la federación en las últimas horas, desde que este medio dio a conocer que Serunion se había convertido en la adjudicataria de uno de los lotes en los que se divide la provincia –por valor de 6,23 millones de euros–, y del único referido a Ávila –por 4,5 millones–.
Aunque en la actualidad el servicio lo están prestando las anteriores adjudicatarias de manera prorrogada, estos nuevos contratos ya están resueltos en favor de Serunion, a la espera de que la Consejería de Educación lo haga efectivo. Abarca 29 comedores abulenses y 41 vallisoletanos, con una media de 2.400 comensales diarios en el primer caso y de 4.000 en el segundo.
En aras de supervisar la calidad de los comedores escolares, y con intención de organizarse con el resto de federaciones de Castilla y León para que se haga extensivo a toda la Comunidad, la primera medida que plantea Fapava es que el departamento que dirige Rocío Lucas autorice a los padres para que ellos mismos puedan hacer visitas sorpresa a la hora de las comidas a fin de comprobar de primera mano qué están comiendo sus hijos.
«Es una de las prácticas que ya se hacían antes de la pandemia y que queremos recuperar, pero sin avisar de qué día vamos a ir », explicó la presidenta de la federación de Ampas, Alejandra Martínez, antes de aclarar que, aunque era frecuente que las familias acordaran con la concesionaria algún día de visita, lo que quieren ahora es que esas visitas no se concierten previamente, sino que los padres puedan presentarse sin aviso, para garantizar que realmente van a probar la misma comida que les dan a sus vástagos.
«Las familias queremos que se asegure un control de la comida que se sirve en los centros a nivel de seguridad alimentaria, de calidad y de cantidad. Y queremos ser partícipes de ese control de manera periódica a través de algún representante de las familias de cada centro», añadió Fapava como medida a llevar a cabo en paralelo a otras de inspección que pueda llevar a cabo la Junta como administración.
«Desde las Ampas queremos que se nos permita colaborar en el control que se realiza a estas empresas adjudicataria teniendo acceso a los comedores para comprobar la calidad del menú », añadieron en la misma línea, después de que las familias de varios colegios hayan ‘llamado a su puerta’ en busca de una acción consensuada. «Hay un sentir general de preocupación y una inquietud por la calidad que vaya a tener el servicio; estamos muy preocupados buscando formas de asegurar que la licitación mantiene calidad y seguridad alimentaria».
A juicio de la federación vallisoletana, la preocupación aumenta porque la reciente aparición de gusanos en un plato de sopa servido en la cafetería del Hospital de León se suma a otros los episodios similares registrados hace ocho años, cuando también se denunció la presencia de larvas en la sopa que se sirvió a los niños de seis colegios de Castilla y León, en concreto de Segovia y León. La protagonista también era Serunion.
Pero la inquietud se hace extensiva a cualquier comedor escolar, independientemente de la concesionaria que preste el servicio puesto que, al poner la lupa en el precio que han ofertado en los procedimientos de contratación, la cifra es tan baja, valora Fapava, que «parece difícil asegurar la calidad del servicio».
«Mientras en la concesión se prime el precio del menú a la baja sobre otros criterios evaluables, parece muy complicado poder garantizar un servicio de mínima calidad, sobe todo si tenemos en cuenta que los precios de los alimentos han subido», valoraron desde la federación de Ampas.
En el caso de Valladolid, la gestión del primer lote correrá a cargo de la burgalesa Igmo, que ha ofertado un precio de 3,81 euros por menú , la misma cuantía que le ha llevado a Serunion a alzarse con el contrato del segundo lote. Porque, aunque en los pliegos elaborados por la Consejería de Educación hay más criterios a tener en cuenta a la hora de seleccionar a la empresa, como por ejemplo que se adquieran las materias primas a productores de proximidad, el precio es el que más puntúa.
Baste hacer un repaso por los contratos que la Consejería de Educación, a través de las direcciones provinciales, ya ha resuelto, más allá de lo ya mencionado en Valladolid. En el caso de Ávila, el precio ofertado por Serunion se cifra en 4,01 euros y en Soria, Igmo lo ha previsto en 4,02 euros. El resto aún están en proceso de evaluación.
Aunque hay que aclarar que no se trata de la tarifa que pagarán los usuarios. En este sentido, la consejera de Educación, Rocío Lucas, ha garantizado que este curso las familias van a continuar abonando lo mismo que en años pasados , si bien la aplicación web de comedores escolares de la Junta de Castilla y León aplica, al menos en la provincia de Valladolid, una subida que ronda los treinta céntimos por día y niño a partir del mes de enero.
Lo que tampoco ha aclarado la Consejería de Educación es cuándo se va a producir el cambio de concesionaria, lo que también provoca el malestar de las familias. « En vez de hacer el cambio en verano la resolución llega a destiempo y se va a hacer efectiva con el curso empezado , cuando ya tenía que estar todo preparado cuando arrancó», sostuvo Alejandra Martínez, quien consideró que está habiendo una «falta de información por parte de la Junta hacia los progenitores y hacia el propio personal de los comedores, que no sabe cuándo cambiará de uniforme».