Diario de Castilla y León

Los regantes responden a Hugo Morán tras culpabilizar de la sequía a los agricultores

Ferduero propone incrementar el almacenamiento de la cuenca del Duero, la menos regulada de España

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, acompañado del Delegado de Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, y con la Presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Cristina Danés, asisten a la puesta en servicio del embalse de Castrovido (Burgos). - ICAL

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, en una visita a la cuenca del Duero. Imagen de archivo

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Redacción
Valladolid

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La Federación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero) respondió en la mañana del jueves al secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y a los grupos ecologistas, que los cultivadores de regadío son “gestores del agua y no demonios”, como contestación a la campaña propiciada por estos sectores en los que culpabilizan de la sequía a los agricultores, así como de las restricciones de agua, según Ical. 

En este sentido, Ferduero propone incrementar el almacenamiento de la cuenca del Duero, la menos regulada de España, “pues para usos consuntivos tan sólo puede almacenar el 31% de su aportación anual”, frente a quienes abogan por “derruir embalses y reducir hectáreas de regadío”.

La organización afeó que se alude a que las reservas actuales son las más bajas desde la grave sequía de 1995, cuando fue precisamente aquel acontecimiento el que “hizo tomar conciencia a las comunidades de regantes de que había que cambiar el chip en la gestión del agua, ser conscientes de que los embalses de la cuenca tienen un carácter anual, que se debía promover dejar las mayores reservas posibles en los años buenos, fomentar la modernización de los regadíos y solicitar incrementos de regulación en las zonas donde fueran necesarios”.

Recordó, en un comunicado, que en este recorrido de 27 años se han producido dos circunstancias que han contribuido a “agravar” la situación. En primer lugar, las regulaciones, que “no se han incrementado, pero sí la superficie de regadío dependiente de ellas, aspecto propiciado por las políticas de promoción pública auspiciadas por las administraciones”. “Ante esto, no nos ha quedado otra que mejorar al máximo la gestión del agua para cubrir las necesidades de las zonas ampliadas, para que todas ellas tengan las mismas posibilidades de desarrollo”, sostuvo Ferduero.

En segundo lugar, el incremento de los caudales ecológicos, empujado por la aprobación de los diferentes planes hidrológicos, que ha supuesto una “importante detracción de recursos de los embalses amortizados por los diferentes usuarios”. A nivel nacional se considera que puede situarse por encima de un 16%, lo que supone una “merma significativa en detrimento de otros usos, como es el caso del regadío”.

Igualmente, subrayaron que el agricultor “no utiliza el agua a su antojo, sino que tiene que cumplir con lo establecido en los planes hidrológicos” y someterse a los acuerdos adoptados por las juntas de explotación y la Comisión de Desembalse, que determinan los caudales que deben circular por todos los tramos de río. El cumplimento es prácticamente del cien por cien en la Demarcación del Duero. Además, se cumplen, añadió el comunicado, los márgenes de seguridad para prevenir avenidas, así como las reservas de finales de campaña que “puedan garantizar la correcta satisfacción de los usos prioritarios, encontrándose por encima de todos el abastecimiento humano”.

Mentalización y educación

Con todas estas premisas, la labor de las comunidades de regantes se ha intensificado en la “mentalización y educación” de los usuarios en dos líneas fundamentales, como son, por un lado, “funcionar” con dotaciones por sistemas de explotación, “adelantándonos en años a lo que ha empezado a hacer la propia CHD desde la sequía de 2017”, en la que cada comunidad tiene su cupo y debe saber administrarlo entre todos sus usuarios; y por otro, “dejar mayor reserva a final de campaña que la aprobada por las diferentes juntas de explotación y la Comisión de Desembalse”.

“La gestión del riego se está mejorando año a año y prueba de ello es que nos encontraríamos en una situación mucho más grave en la actualidad si en el año 2021 no hubiésemos dejado en los embalses una reserva significativamente mayor que la aprobada”, defendió Ferduero.

Indignación

Por todo ello, los regantes manifestaron su “indignación y agravio” por la campaña de “acoso y demonización” promovida por grupos ecologistas y el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, aunque más bien, ironizan los regantes, “roto demográfico”.

A su juicio, los agricultores de regadío “no derrochan agua, sino que la gestionan de manera adecuada persiguiendo poder vivir honradamente de la actividad y proporcionar alimentos seguros y saludables para toda la población, cumpliendo además con todas las normas establecidas por la legislación que nos afecta”.

Además, consideran que en unas zonas de clima semiárido como es Castilla y León y con la “disminución de aportaciones y la inestabilidad climática que se prevé auspiciado por el cambio climático, la regulación es más necesaria que nunca para prevenir avenidas y garantizar la satisfacción de las demandas de los diferentes usos”.

“Hay algo que a nadie se le escapa: al margen del uso de regadío, sin embalses no se podrían satisfacer ni el abastecimiento humano, ni cumplir con los caudales medio ambientales establecidos”, advirtió Ferduero. “Por si esto fuera poco”, prosiguió, en estos momentos España ha contribuido con algunos embalses amortizados para garantizar los caudales que deben llegar a Portugal, en cumplimiento del convenio de Albufeira, “hecho que afectará gravemente a los regantes, que verán ostensiblemente disminuidas las reservas que habían conseguido ahorrar con la correcta gestión de sus riegos”.

España es uno de los países con más regadío modernizado del mundo “pero queda mucho camino por recorrer para poder seguir mejorando la gestión del agua”. De hecho, en la cuenca del Duero hay 51.000 hectáreas aprobadas por las asambleas de las comunidades que están a la espera de que el Consejo de Ministros apruebe la encomienda para proceder a su ejecución, razón por la que los regantes demandan que “no se pare ni un segundo este proceso transformador de nuestros regadíos”. “Es más fácil y cómodo inventar culpables que hacer frente a las propias responsabilidades”, concluyó.

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