La oposición a médico de familia se salda con el 20% de plazas sin cubrir
Pese a haber superado la prueba, 139 aspirantes no solicitan plaza ni presentan documentación
Las últimas oposiciones para Medicina de Familia convocadas en Castilla y León dejan un resultado peor del esperado. Tras la realización de los exámenes, el 20% de las 701 plazas ofertadas quedan vacantes tras la convocatoria. Pero no lo hacen porque los resultados de los aspirantes no lo permitan, si no porque pese a haber aprobado, hay 139 personas que no han solicitado plaza ni presentado la documentación correspondiente.
Así lo indica el Boletín Oficial de Castilla y León en su edición de este lunes, donde se especifica claramente esta situación. Además, otras siete personas «han solicitado un número de puestos inferior al que por puntuación les corresponde con lo que no son adjudicatarios de ninguna vacante y pierden el derecho a ser nombrados personal estatutario fijo», y a ellas se suman otra que no ha sido nombrada por no acreditar todos los requisitos y una novena que falleció.
En total, 148 plazas que quedan, por el momento, sin asignar , y que se traduce en que 562 se ocuparán próximamente. Es un buen porcentaje, por tanto, aunque en una especialidad tan deficitaria como la Medicina de Familia lo deseable hubiera sido que todas las plazas ofertadas hubieran sido cubiertas.
Lo llamativo en este caso es, además, que hay casi 140 personas que han preferido no optar a ninguna plaza . Además, y como curiosidad, de esos 148 puestos que aún están libres, 128 se corresponden con médicos de área y solo una veintena con los equipos que operan en centros de salud.
Cabe pensar, por tanto, que la medicina de área no es una disciplina atractiva para una buena parte de los aspirantes . De 401 vacantes publicadas solo 273 han sido cubiertas, mientras que en el personal que trabajará en centros de salud, sobre las 309 convocadas 289 están ya asignadas.
Hay que destacar que los médicos de área no prestan servicio en un punto concreto del sistema sanitario, sino que, como su propio nombre indica, se les asigna un área sanitaria. Y en lugar de contar con una agenda de consultas, suelen ser los responsables de ofrecer atención continuada o de realizar sustituciones en aquellos lugares en los que haya una baja.
Unas funciones que parecen más difíciles de sobrellevar, sobre todo a la vista del dispar reparto de las vacantes tras la última convocatoria.
A este respecto, la Agrupación de Profesionales de Área de Castilla y León emitió ayer un comunicado en el que señalaban que «si la exconsejera de Sanidad, Verónica Casado, pretendía erradicar el personal de área en Castilla y León por los múltiples problemas que generaban para la gestión o la conciliación familiar y laboral del personal que ocupaba las plazas, ahora la Consejería de Sanidad ha ofertado a los médicos de familia que han superado el proceso selectivo de 2019 las plazas vacantes».
En este sentido, añadieron que «esta oferta no resultaría llamativa si no fuera porque las condiciones de trabajo de las plazas ‘de área’ siguen siendo las más temidas de los posibles destinos para los aspirantes, ya que la Consejería de Sanidad los sigue considerando trabajadores por horas, exigiendo disponibilidad permanente del tiempo libre para acudir al puesto de trabajo» y «abonando por igual las horas realizadas de día o de noche, o en días laborables o festivos, y todo ello pudiendo superar las 24 horas seguidas de trabajo, de lunes a domingo».
«Las condiciones de este personal, producto de un modelo de gestión sanitaria exclusivo de Castilla y León» , continúa el comunicado, «no han mejorado desde su creación en 2006, por lo que siguen perpetuando los problemas para atraer médicos y enfermeras. Quince años después, la Consejería ha ofertado estas plazas en concurso oposición entre un maremágnum de declaraciones e intenciones confusas, proyectos interrumpidos, inacabados o pendientes de ejecución, nuevos sistemas de telepresencia o teleasistencia, o servicios avanzados de ambulancias con personal de enfermería. Todo ello imbuido dentro de una reordenación sanitaria que necesita imperativamente disponer de profesionales, pero que es incapaz de resolver las dificultades a medio y largo plazo para que estos deseen venir y quedarse trabajando en Sacyl, y cuya plantilla puede verse modificada en cualquier momento según el devenir del interés político», insisten.
Finalmente, desde la Agrupación reconocen que «las dudas y el enfado de estos profesionales resultan comprensibles, no solo porque ya es conocido el modo de proceder de la Administración sanitaria con los médicos y enfermeras ‘de área’ y teman su aplicación, sino también por la inseguridad de que puedan verse afectados por los cambios que en el futuro se realicen debido a la inestabilidad política y sanitaria existente».