Diario de Castilla y León

"Me he vuelto más patriota, porque desde fuera nos ven mejor de lo que nos vemos nosotros"

GONZALO MONTESEGURO

GONZALO MONTESEGURO

Publicado por
FÉLIX VILLALBA / MILAGROS HERVADA | SORIA
Valladolid

Creado:

Actualizado:

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, no ve polémica en las palabras de su homólogo de Consumo, Alberto Garzón, que calificaba de pobre la calidad de la carne que se produce en España, e insiste en que el Gobierno socialista apuesta por la ganadería. Por eso no ve necesaria la dimisión de Garzón, por unas declaraciones que han tenido, asegura, una mala interpretación. No obstante, sí reconocen que la respuesta del ministro de consumo ha podido producir algún equívoco. Lo que no ve es un desgaste en la coalición PSOE-Unidas Podemos, a pesar de que ambas formaciones no coincidan "al cien por cien". Iceta, defensor de la descentralización, "porque Valladolid es importantísima, pero no lo es menos Salamanca o Soria", indica que en España toca seguir ese proceso pero sin perder de vista la necesidad de cooperar. Cuestiona que éste sea el mejor momento de convocar elecciones en Castilla y León, que tiene mucho de "cálculo partidista", opinó.

Pregunta.- ¿Es la primera vez que viene a Soria? ¿Ha tenido oportunidad de probar los torreznos?

Respuesta.- Sí, es la primera y, claro, han caído varios torreznos. 

P.- ¿Cree que la carne que se produce en España es mala?

R.- Es muy buena. Pero no es que lo crea yo, es que lo creen los consumidores españoles, europeos y del mundo. Si vendes mucho, el material no puede ser malo.

P.- ¿Qué le parece entonces que un ministro ponga en evidencia en la prensa extranjera la calidad de las exportaciones españolas de carne?

R.- Yo he mirado las declaraciones y la repercusión que ha tenido y no sé ver el fondo de la polémica. Tenemos un Gobierno que ha apostado por la ganadería, que lo ha demostrado en la Política Agraria Común, en la Ley de Cadena Alimentaria y que si en algún momento se produce alguna práctica irregular o abusiva, actúa. Entonces, ¿dónde está la polémica? Cuando España es de los principales exportadores de carne, algo bueno deben encontrar los consumidores de nuestro país y los de fuera. 

P.- ¿Entonces ha metido la pata el ministro Alberto Garzón?

R.- A veces con la mejor de las intenciones puedes producir algún equívoco, pero yo creo que hay mucho interés en que se hable de este tema para que no se hable de otros. Si no, no me lo explico. Al principio de la polémica no había reparado en ella e intenté ir a las fuentes y no entendí el lío que se estaba montando por una declaración que no decía que la carne española fuese mala.

P.- Habló literalmente de carne de pobre calidad de animales maltratados. 

R.- Nosotros no queremos granjas con animales maltratados, los primeros perjudicados por la práctica que pueda tener alguna empresa es el sector en su conjunto, que es el más interesado en que garanticemos la mejor de las calidades. Cuando hablamos, a todos nos pasa a veces, parece que generalicemos y la generalización es siempre falsa casi por definición. El sector ganadero en España está funcionando muy bien, el sector agroalimentario es uno de los grandes motores de nuestra economía y juega sus bazas precisamente en la calidad y en el precio. Ynosotros somos los primeros interesados en que la imagen de calidad sea la mejor de las posibles, y si alguien se desvía de una práctica razonable, eso hay que combatirlo en defensa del sector.

P.- Por eso chocan las declaraciones del ministro de Consumo

R.- ¿Existe algún caso de esos? Supongo que sí. ¿Se persigue? Supongo que sí. Un Gobierno habla a través de sus leyes, de las políticas, del BOE y de su práctica y si se detecta algún comportamiento irregular hay que combatirlo.

P.- ¿Debería dimitir el ministro?

R.- No.

P.- ¿Si estuviera usted en la oposición no lo pediría?

R.- Yo que he estado en la oposición mucho tiempo he pedido poquísimas dimisiones. Cuando se piden tantas, pierden valor. Por unas declaraciones que puedan haber tenido una mala interpretación un ministro no dimite, ni aquí ni en ningún lugar del mundo, afortunadamente.

P.- ¿Hasta qué punto está desgastando la coalición de Gobierno esta polémica?

R.- Yo la coalición la veo bien, tampoco pretendo ser objetivo. Estamos en la primera experiencia de Gobierno de coalición en España y está aguantando muy sólidamente. Recuerdo las predicciones apocalípticas que se hacían al principio: ‘este Gobierno no aguanta un año’. Bueno, pues ya van dos. Lo veo sólido, pero como Gobierno de coalición formado por dos fuerzas políticas distintas que no coinciden al cien por cien en todo. Nos hemos de acostumbrar. Hubo un tiempo en que el gran problema eran las mayorías absolutas, y cuando no las hay, las hay relativas, y entonces los gobiernos suelen ser de coalición y tienen unos comportamientos muy distintos a los gobiernos monocolores. Yo creo que se está haciendo muy bien. Los gobiernos han de ser evaluados por sus resultados. Mides la calidad de un Gobierno en cómo se enfrenta a una crisis o si acierta en las cuestiones de fondo y creo que una de las grandes virtudes de este Gobierno y de este presidente es que ha acertado en el diagnóstico de fondo. ¿Qué necesitábamos? Vacunar, garantizar recuperación económica y que no dejara a nadie atrás y garantizar fondos europeos y eso es lo que estamos haciendo, creo que con bastante éxito. Tenemos elementos cercanos de comparación. Si miramos la crisis económica anterior y ésta, se verá cómo la recuperación de ésta ha sido mucho más rápida y mucho más vigorosa. Que en este momento tengamos el mismo empleo que cuando entramos en la crisis sólo ha sido posible por una política, entre otras cosas, de ERTE, de ayudas a las empresas y de estímulo económico. Todo lo contrario que se hizo en la crisis de 2007. Eso no es sólo responsabilidad del Gobierno, es que toda Europa ha reaccionado de forma distinta, y situar a Europa en el centro de las políticas y tener peso en Europa creo que son de los otros grandes aciertos de este Gobierno que explican muchas cosas.

P.- En la crisis sanitaria, con cogobernanza, se han producido retrasos a la hora de actuar. Un ejemplo reciente es el abaratamiento de los test, mientras en otros países ya han tomado medidas...

R.- Voy a contar mi experiencia en una anécdota. Al poco de ser nombrado ministro de Cultura, tuve que ir a una reunión del G-20 y la ministra de Cultura alemana me pregunta:‘¿Cómo lo estáis haciendo para vacunar tan rápido y a tanta gente?’. Yo me vine arriba. Eso no quita que haya alguna disfunción, pero Alemania también es un país federal, hay reparto de competencias distintas. No entiendo algunas críticas cuando el mérito es de todo el mundo, porque si alguien dijera, es que Pedro Sánchez es el que ha puesto él las vacunas, pero no, hemos tenido una coordinación europea, directrices del Gobierno español aplicadas por las Comunidades Autónomas, que además han participado en la definición de esas pautas comunes. Si un triunfo se lo puede apuntar todo el mundo, es éste, y la propia población. Cuando pensábamos en elementos de restricción, había gente que tenía reparos y decía que con lo indisciplinados que somos los españoles... y se ha cumplido, porque la ciudadanía ha cumplido. ¿Eso quiere decir que se ha acertado en todo, siempre y al primer minuto? Seguro que no, pero cuando te separas de la contingencia del día a día, yo creo que se ha hecho muy, muy bien y eso nos ha dejado mejor preparados para la ola que estamos viviendo ahora. Podemos estar legítimamente orgullosos de cómo se han hecho las cosas, no sólo como Gobierno sino como gobiernos. Una de las cosas que me ha pasado siendo ministro de Cultura es que me he vuelto más patriota, porque es que desde fuera nos ven mejor de lo que nos vemos nosotros a nosotros mismos. La oposición ha de criticar y a eso nos hemos de acostumbrar todos. Los países que funcionan bien son los que tienen un buen Gobierno pero también una buena oposición, en cambio aquí, quizás, en algunos elementos, la oposición se ha instalado tanto en el no por el no que le resta credibilidad. Yo creo que hay que saber deslindar lo que son elementos críticos relevantes de lo que son errores o lapsus.

P.- ¿Qué se juega el PSOE nacional y Pedro Sánchez en las elecciones de Castilla y León?

R.- Los primeros que se juegan algo son los habitantes de Castilla y León, que se juegan tener uno u otro Gobierno. Son elecciones autonómicas y hay gente que quiere utilizarlas como una especie de primarias de las generales y eso subvertir el sentido del estado de las autonomías. ¿Pero por qué hay elecciones? ¿Un poco raro, no?

P.- ¿Qué opina usted?

R.- ¿Era éste el mejor momento para hacer unas elecciones? En la sexta ola de la pandemia, en invierno... ¿Era necesario, o el resultado de un cálculo partidista? Yo creo que la convocatoria de elecciones en Castilla y León ha tenido mucho de eso. 

P.- Es cuestión de opiniones, otros se preguntan por el mejor momento de poner una moción de censura en Murcia o Castilla y León... 

R.- También. Yo soy de los partidarios de la estabilidad, siempre, y algunas cosas tampoco las he entendido, se practiquen aquí o allí, lo haga éste o aquel. Un Gobierno tiene que promover al máximo la estabilidad, y sólo si se da una situación de ingobernabilidad grave o de corrupción sistémica, como la que vivimos en el momento de la moción de censura, porque hay situaciones insostenibles. 

P.- ¿Las elecciones en Castilla y León pueden ser al menos un termómetro para la política nacional?

R.- Cuando la gente vota expresa muchas cosas, una apreciación de la situación política general o incluso de la situación particular de cada ciudadano. Es evidente que al PSOE le gustaría volver a ser el primer partido de Castilla y León, como creo que pasará, pero lo veremos muy pronto.

P.- ¿Qué le parece que el movimiento de la España Vaciada haya pasado a ser una opción política?

R.- Me remito a lo que los ciudadanos opinen. Creo que en España tenemos un problema importante de despoblación, con el interior del país que se siente menos atendido. Hay que responder con políticas de reequilibrio territorial y de oportunidades. Una de las misiones que nos ha encomendado el presidente es descentralizar sedes para intentar dar las máximas oportunidades al conjunto del territorio, y vamos a instalar en Soria el Centro Nacional de Fotografía. Una de las obsesiones con el patrimonio histórico y cultural es también dar una oportunidad al territorio de turismo cultural. No es sólo pagar una deuda si no además preparar un futuro en el que podamos sacarle rendimiento a ese gusto por la historia y el descubrimiento de nuestro propio país. Hay muchas cosas que hay que hacer. A mí el eslogan que ha elegido Luis Tudanca de ‘Cambio y esperanza’ me gusta mucho porque creo que es lo que hace falta, y no dejarse vencer por la resignación, que en algunos lugares y momentos uno ve un exceso de resignación.

P.- ¿Qué responsabilidad tienen los partidos tradicionales en el hecho de que la España Vaciada se lance a la política?

R.- Surgen estos movimientos porque hay una demanda insatisfecha y habrá gente que piense que una candidatura localista puede exigir más y obtener más, y en esto está copiando a partidos nacionalistas. Yo creo en los partidos nacionales, en una España que ha de estar vertebrada alrededor de grandes proyectos políticos y eso ha de ser compatible con la reivindicación local. Yo tengo mucha conexión con los alcaldes, del color que sea, y son muy reivindicativos de lo suyo, y haciendo eso cumplen con sus obligaciones. No creo que sea imprescindible tener una reivindicación territorial aparejada a un partido territorial. Uno puede tenerlas integradas en un proyecto más amplio.

P.- ¿La España Vaciada es un ataque más hacia el bipartidismo?

R.- El bipartidismo tiene una mala salud de hierro. Me acuerdo de la nueva política, que envejeció muy rápido. Partidos que se iban a comer el mundo y alguno que está en trance de desaparición. 

P.- ¿Hasta qué punto está dispuesto el Gobierno en el proceso de descentralización y qué vetos pueden surgir?

R.- En la descentralización se debe y se puede avanzar. En Castilla y León, con nueve provincias y una extensión enorme, no se puede pensar de una única manera y centralizada. Valladolid es importantísima, pero no lo es menos Salamanca o Soria. Yo simpatizo con una idea de una política de cercanía. Respecto a los límites, yo soy federalista, y nos definimos porque queremos combinar unión y diversidad, queremos proyectos colectivos pero también cercanía, proximidad y presencia de lo local y lo territorial. Yo creo que en estos momentos en España nos toca seguir descentralizando pero sin perder de vista la necesidad de cooperar, que es lo que todavía no trabajamos lo suficiente. En la pandemia ha funcionado, con algunos errores, pero cuando empezó todo había quien decía que 17 sistemas de salud distintos no podían afrontar una pandemia, y se ha visto que sí, siempre que haya voluntad de cooperación, de poner en común. Cuando era ministro de Política Territorial y Función Pública, en el Consejo Interterritorial de Salud me sorprendió que las divisiones no eran entre partidos, gobiernos de un mismo partido tenían opiniones distintas sobre fenómenos sanitarios concretos. Y pensé, bien, porque eso significa que cada uno intenta representar la visión desde su territorio, no de su partido en contraposición a otro. Las posiciones de los Gobiernos de Madrid y de Castilla y León no eran las mismas. 

P.- ¿Cree que en Castilla y León podría reproducirse un Gobierno de coalición como en el central?

R.- No lo sé. Yo estoy muy contento de cómo funciona el Gobierno en España. Lo tienen que decidir los castellanos y leoneses, en función de los resultados, de los programas electorales y compromisos que se han establecido, y sea el Gobierno que sea contará con mi respeto. Las negociaciones entre los partidos siempre tienen sus dificultades, pero dando por acabada, al menos provisionalmente, la época de las mayorías absolutas, vamos a ir a mayorías relativas y a la necesidad de coaliciones de Gobierno.

P.- ¿Cómo van a ser las actividades culturales y deportivas tras la experiencia y los cambios provocados por la pandemia?

R.- Yo estoy convencido de que vamos a vivir un renacimiento de la cultura. En la presentación de una publicación habían invitado a un historiador, José Enrique Ruiz Doménec, y explicó que después de las grandes pestes siempre ha habido un proceso de recuperación de energías de la sociedad, como si se buscara recuperar el tiempo perdido. Yo creo que eso se va a producir, pero la pandemia todavía no se ha acabado, con tasas de contagios muy grandes. Aún hay gente que tiene miedo de ir a una sala de cine. Nuestra función es poner las condiciones para que ese miedo se pierda porque haya protocolos de salud que se cumplan, y se han cumplido. Debo decir, por los datos de los que disponemos, que la cultura es segura. Por lo tanto, yo invito a la gente a volver a las salas de cine, a los teatros, conciertos, a volver a disfrutar de la vida. Yo quiero que volvamos todos, y que sigamos aprovechando algunas cosas que ha provocado la pandemia, que leemos más. Necesitábamos salir y utilizábamos las puertas y ventanas de los libros. La música fue para muchos un refugio. Nuestros creadores tienen más ganas que nunca. 

P.- Para disfrutar del yacimiento de Numancia, se prometió un centro de interpretación. ¿En qué punto se encuentra?

R.- Se eligió un sitio que no es de titularidad pública o que está en disputa y entonces eso está un poco parado. No quisiera interferir en un proceso electoral, pero yo me ofrezco a la Junta de Castilla y León, sea el Gobierno que sea, para dar un empuje a eso. En la historia de España hay muchos hechos relevantes, pero el de Numancia es especialmente simbólico y nosotros tendríamos que darle un tratamiento adecuado. Tanto el museo como el yacimiento son de titularidad del Estado pero de gestión autonómica y lo que puedo decir es que vamos a comprometernos a colaborar con la Junta en que exista ese centro de interpretación, en el lugar que se dijo o quizá habrá que buscar otro, y darle un mayor empuje al museo de Numancia en Soria, que merece la pena. Yo me he vuelto un apasionado de los castillos, del patrimonio, de nuestra historia, de lo que podemos celebrar... Hemos de hacer que venga gente a más sitios y que disfrute de la historia, del conocimiento que explica lo que somos, y nos interesa sabe de dónde venimos.

P.- ¿Qué tal va el bono joven cultural?

R.- Ha entrado en vigor el presupuesto el 1 de enero y antes de acabar este mes vamos a acabar el decreto que lo regule y luego a licitar los mecanismos por los cuales los jóvenes puedan acceder a él. Calculamos que en el mes de junio estará disponible para los que cumplan 18 este año cuenten con 400 euros para gastar en un año en consumo cultural, en actividades, productos, subscripciones... Vamos a intentar hacerlo muy bien para abrir al máximo el abanico. Lo que me gustaría es que muchos lo utilizaran para cosas a las que no están acostumbrados.

P.- ¿Con toros o sin toros?

R.- Sin toros, sin moda, sin gastronomía...

P.- Tordesillas ha renunciado ya definitivamente a lancear al toro tras agotar la vía judicial... 

R.- Con las tradiciones hay que ser cuidadosos y respetuosos pero también evolucionan. La mentalidad del conjunto de la sociedad sobre los derechos y el bienestar de los animales es hoy muy distinta que hace 50 años y hay que ser conscientes de eso. Pero al mismo tiempo debo decir que la tauromaquia está definida como un bien cultural por nuestra legislación. El Ministerio de Cultura otorga un Premio Nacional de Tauromaquia, y va a seguir haciéndolo, mientras las leyes así lo establezcan. Entiendo perfectamente que en Tordesillas hayan pensado en esa evolución, seguro que hay quien considera que no es suficiente, que se ha quedado corta, y algunos creen que desnaturaliza absolutamente lo que era la tradición de allí. Pero también hemos de saber convivir con los cambios de mentalidad, y eso también es cultura, porque cultura sobre todo es convivencia, mirada amplia, generosidad. 

tracking