Sanidad no tiene fecha para la tercera dosis en residencias tras más de un mes pidiéndola
La Junta duda ahora si priorizar la segunda dosis para la población en general antes de administrar la tercera a los mayores de los centros geriátricos, después de llevar tiempo exigiénola y justo el mismo día que la aprueba la comisión de salu pública
La dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus, reclamada incansablemente por varios miembros de la Junta de Castilla y León a lo largo de las últimas semanas, ya ha sido aprobada por la Comisión de Salud Pública nacional. Y ahora que hay luz verde para el tercer pinchazo, la Comunidad no tiene fecha para iniciar esta campaña.
Así lo reconocían a este periódico desde la dirección de comunicación de la Consejería que encabeza Verónica Casado, una de las que ha pedido con más ahínco poder dotar a los usuarios de residencias, la población más vulnerable, de mayor inmunidad. Aseguran que, si bien la intención es comenzar lo antes posible, el calendario todavía no está definido a pesar de que esta es una demanda que viene de un mes atrás.
Por lo que parece, todo esto se debe a un error en la organización de la Consejería, puesto que el propio vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, afirmó ayer por la mañana que la intención del ejecutivo autonómico no solo era administrar la tercera dosis en las residencias, si no hacerlo de manera conjunta a la vacuna de la gripe.
Igea en ese momento rehusó dar una fecha exacta a la espera de la decisión definitiva de la Comisión de Salud Pública, pero lo cierto es que no hay tal fecha. Sí la hay en otras comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, que ya ha fijado el día 4 de octubre para dar el pistoletazo de salida a otro capítulo de la campaña.
La única aproximación que se arriesgan a dar desde Sanidad es que el objetivo es acabar primero con la administración de las segundas dosis y, contradiciendo al vicepresidente de la Junta, afirman que es poco probable que Covid y gripe coincidan. Todo apunta a que esta segunda patología precisará de un despliegue logístico propio, una vez que lleguen las dosis correspondientes, previstas para finales de octubre.
A mayores de estos desajustes en el seno de Sanidad, hay que tener en cuenta las complejidades que entraña la administración de las terceras dosis. Al tratarse de una vacuna que no estaba prevista inicialmente, será necesario poner en marcha un protocolo idéntico al de principios de año. Será preciso recabar los consentimientos informados de los residentes que deseen volver a pasar una vez más por la aguja, y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, dirigida por Isabel Blanco, deberá elaborar los listados que después llegarán al departamento de Casado para que reparta los viales; algo que ya en su momento se presentó como una tarea ardua.
Administrar la tercera dosis a la población más vulnerable, entre la que se encuentran los usuarios de residencias, y las personas inmunodeprimidas se ha convertido en una prioridad, y así lo han hecho ver días atrás los mismos miembros de la Junta que ayer fueron incapaces de fijar cuando comenzarán a administrarse.
Pero lo cierto es que esa necesidad que señalan es más que evidente, sobre todo teniendo en cuenta las cifras de contagios, brotes y muertes que han tenido lugar en los centros residenciales a lo largo de la pandemia. Solo por poner un ejemplo, y según los últimos datos publicados por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, de las más de 11.500 personas que ya han perdido la vida a causa del virus, 4.161 eran residentes.
TAMBIÉN A TRABAJADORES
A pesar de que el calendario de la tercera dosis aún no se ha establecido, desde la Consejería de Sanidad pidieron ayer que no solo fuera administrada a los usuarios, si no también a los trabajadores de los centros.
La directora general de Salud Pública, Carmen Pacheco, abogó ayer por adoptar esta medida.
Pacheco consideró que «no es prioritario» ahora debatir si los vacunados con el suero de Janssen (una sola dosis) necesitarán una segunda, después del registro de varios brotes asociados a estos casos. En la actualidad, el 1,4% de los vacunados con esta farmacéutica cuentan con «algún fallo», un porcentaje que se reduce a la mitad en el resto, informa Ical.
Además, subrayó que la cobertura de vacunación en Castilla y León «es de las más altas de España» y ahora «ya es más difícil elevar las cifras porque no se parte de cero». En estos momentos se está inoculando a los cerca de 40.000 habitantes de la Comunidad que habían padecido el Covid-19 en los últimos seis meses y que por el tiempo transcurrido, no habían podido hacerlo. Llamó asimismo la atención en que es el colectivo de entre 20 y 39 años el que va más retrasado, lejos del objetivo «deseable» del 90%.