Diario de Castilla y León

Madrid Fusión acoge una cata de variedades de uva de Castilla y León recuperadas de la extinción

Agricultura ha celebrado este martes 'La historia de Cenicienta y sus amigas' en un encuentro sobre el rescate del "gran patrimonio genético" de la Comunidad

Un momento de la cata de uvas recuperadas de la extinción en CyL por el ITACyL. - E.M.

Un momento de la cata de uvas recuperadas de la extinción en CyL por el ITACyL. - E.M.

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Redacción
Valladolid

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La Consejería de Agricultura, a través de Tierra de Sabor ha celebrado este martes en 'Madrid Fusión Wine Edition' una cata sobre las variedades de uva de Castilla y León recuperadas de la extinción bajo el título 'La historia de Cenicienta y sus amigas', dirigida por Pedro Ballesteros, el primer Master of Wine de España.

En este encuentro se ha informado sobre el "gran patrimonio genético" de Castilla y León, que se está recuperando con un gran apoyo público en la investigación y se han explicado las oportunidades y ventajas que ello conlleva, y cómo se puede apostar por el futuro de varias zonas de la Comunidad, sobre todo La Raya y León, como referencias de vinos finos y únicos.

El viceconsejero de Desarrollo Rural y director general del Itacyl, Jorge Llorente, ha asegurado que recuperar una variedad significa mirar lo que se tiene "cerca" que han cultivado "generaciones anteriores, y ahora es el momento de ponerlo en valor para construir adecuadamente el futuro".

Al respecto, LLorente ha explicado que el ITACyL realiza un "recuperación de variedades de uvas perdidas, casi desaparecidas", variedad que se han ido estudiando, "se han ido registrando y han ido evolucionando" y hoy algunas están en botellas e incluso en pliegos y reglamentos de denominaciones de origen.

Se han presentado siete variedades, lo que para Jorge Llorente es "una satisfacción" porque un instituto público, como el ITACyL, "realice actuaciones que cristalicen en las empresas y tengan un producto único y diferencial que les va a situar en los mercados de futuro".

Los vinos catados pertenecen a las variedades: Negro Saurí (DO Tierra de León), Estaladiña (DO Bierzo), Albillo Mayor (DO Ribera del Duero), Rufete Serrano blanco (DOP Sierra Salamanca), Cenicienta (DO Rueda), Bruñal (DO Arribes), Puesta en Cruz (DO Arribes).

Por su parte, Pedro Ballesteros ha explicado que los viñedos de Castilla y León se basan "en la calidad y la diversidad" y aunque ha reconocido que "quedan aún muchos años de lucha por delante, de investigación y de introducción en los mercados" se trata de "una gran apuesta por la reintroducción de la historia y la tradición".

Y así, ha destacado una variedad, La Cenicienta, una joya de Javier Sanz, viticultor de la DO Rueda quien ha asegurado que no es "un héroe" sino "un trabajador de la viña por herencia familiar" y ha explicado que esta variedad "proviene de una única cepa que quedaba" en sus viñedos de La Seca, prefiloxérico.

De aquella cepa "olvidada", después de multiplicarla, se obtuvo "un histórico desde 2015, adaptada totalmente a la zona" aunque el "problema" "es que se queda corta en producción".

Para Jorge Monzón, enólogo de Dominio del Águila, "un albillo de guarda puede ser muy pretencioso, pero los vinos blancos necesitan tiempo y no hay recetas, sino mucho respeto a la variedad, selección. El albillo real es más de mesa y el albillo mayor hay que vinificarlo aparte con unas connotaciones diferentes que requieren paciencia para desarrollar un resultado excelente".

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