UN HOMBRE | UNA PARTITURA
«La música está hecha para todos. Donde hay un ser humano, hay música»
Diego Magdaleno
Pianista que vive, compone y escribe desde el lugar donde nació, en el seno de una familia con árbol genealógico del que cuelgan instrumentos, corcheas y sonidos de Medina de Rioseco. Una infancia musical marcada por su padre y su tío, además de Miguel Frechilla y Félix Antonio que, entre otros, inspiraron su vocación. Es Premio Nacional de Música y cuenta con una trayectoria repleta de conciertos y reconocimientos. Mas de 300 estrenos de música española para piano. Ha rescatado numerosas partituras de autores españoles olvidados. Su calado intelectual y su formación y dedicación permanente a la música contemporánea le ha granjeado el ser considerado una referencia dentro del patrimonio musical español. Pero el rasgo que más le caracteriza es su afabilidad, siempre pegada a su tierra. Profesor, compositor y prolijo escritor. Todo un lujo disfrutar de sus conciertos de piano y contar con un grande de la música al que podemos ver paseando entre nosotros.
Pregunta.- Pianista y músico. ¿Desde cuándo?
Respuesta .- Desde siempre. Según mi madre, con un año lo que me gustaba era jugar con objetos que produjeran sonidos, creo que la vocación está con el sonido. El músico la tiene igual que Rodin, que con un pedazo de arcilla creyó que se le abría el cielo. El sonido es donde uno se agarra para no soltarse nunca.
P.- ¿Ejerce de riosecano?
R.- Sí. Nací en Rioseco, justo al lado de Santa María, y vivo aquí. Para mí es una necesidad porque todas las calles de Rioseco tienen un significado y están unidas a personas, a acontecimientos… es vivir de otra manera, vivir con el pasado delante de ti.
P.- Lo que usted hace, ¿llega al común?
R.- El tipo de música que yo hago llega poco. En general, la música contemporánea que es a lo que más me dedico, desgraciadamente está poco difundida. En eso estoy y estamos muchas personas en España, afortunadamente cada vez más.
P.- ¿Qué inspira más a Diego Magdaleno?
R.- Realmente lo que más me interesa siempre es lo que estoy haciendo en ese momento. La partitura que tengo en el atril. Quizá porque si quieres saber lo que amas, mira lo que estás haciendo. Si tuviera que decir un compositor que todos los días de mi vida toco, estudio y escucho, diría Johann Sebastián Bach.
P.- Miguel Delibes también ha sido una fuente de inspiración para usted.
R.- Sí, es una figura que me ha acompañado siempre. El primer texto que publiqué en mi vida, en la revista del colegio San Buenaventura en Rioseco, fue sobre unos cuentos de Delibes. En un paseo con Frechilla, nos encontramos con él y a partir de ahí le vi muchas veces. Con motivo del centenario de su nacimiento he hecho un programa que estoy tocando por muchos sitios, con música dedicada a él y con partituras de Joaquín Díaz, porque a Delibes le gustaba mucho lo popular. La primera vez que lo hice, Germán Delibes me dijo que una de las piezas que había tocado, la cantaba mucho su madre.
P.- ¿Sería un mundo diferente si en los colegios y las universidades se le diera más valor a la música?
R.- Es cierto que, desde el punto de vista general y objetivo, si cogemos a una persona con una cierta cultura, seguramente sepa quién es Kafka pero no sepa quién es Alban Berg. La música no forma parte de la cultura general de muchas personas y sí deberían tenerla porque corresponde a esas otras facetas. Un escritor siempre cita a un gran pintor, a un escultor, a un arquitecto… pero cuando cita a un músico no lo hace con músicos de altura.
P.- ¿Y Medina de Rioseco le ha inspirado?
R.- Sin duda. Yo no vivo en Rioseco como en una residencia sin más, A mí lo que me gusta es vivir Rioseco. Es un paisaje familiar y al mismo tiempo es inagotable. Yo subo todos los días y veo Santa María, San Francisco y lo veo como algo familiar y como si fuera la primera vez, porque lo necesito en la música.
P.- ¿Hay que entender de música para disfrutar de un concierto de piano?
R.- Lo que es necesario es escuchar. En el momento que uno se sienta delante de una orquesta lo que escucha es una masa, después va oyendo secciones, instrumentos, matices dentro de los instrumentos y lo mismo sucede con otras facetas. Cualquier reducción de la música la tenemos que ver. La música está hecha para todos, todos tenemos música para nosotros. Donde hay un ser humano, hay música.
P.- ¿Qué partitura tiene sobre el teclado?
R.- Ahora tengo el proyecto de Delibes y un programa que se llama ‘Diálogos con Kurtág’, compositor húngaro fascinante, en el que interpretamos música suya y de compositores españoles de distintas épocas, estableciendo un diálogo entre ellos. Nos hace escuchar la música desde dentro de desde fuera.