Diario de Castilla y León

El consumo de electricidad no se recupera en la nueva normalidad

Solo los hogares registran un ligero repunte respecto al año pasado, en una tónica general experimentada a lo largo del año, que en el mes de marzo se disparó un 8,44%

Imagenes de contadores digitales de electricidad en unas viviendas de Valladolid.

Imagenes de contadores digitales de electricidad en unas viviendas de Valladolid.

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Redacción
Valladolid

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La curva del consumo de electricidad no acaba de recuperarse en Castilla y León . Pese a haber transcurrido tres meses desde el fin del estado de alarma, la vuelta a la nueva normalidad no ha permitido dar la vuelta a las cifras que siguen siendo negativas, con fuerte impacto en el sector industrial y en servicios. Sólo los hogares han registrado un ligero repunte respecto al año pasado, en una tónica general experimentada a lo largo del año, que en el mes de marzo, en pleno confinamiento, llegó a dispararse un 8,44 por ciento con respecto a los datos de hace un año.

La última información del EREN consultada por Ical arroja un descenso del 2,77% en agosto , que apacigua las bruscas caídas de abril (21,45%), mayo (17,14 por ciento) y junio (10,7%). En julio, la curva comenzó a aplanarse, con un 2,01 por ciento menos, por el resentimiento de los servicios (-2,14%) y el industrial (-4,93), donde el impacto del COVID-19 deja huella en toda la serie y prueba el descenso de la actividad económica iniciado en marzo.

Impacto en la industia

En concreto, la industria arrancó el año con niveles de consumo similares a los de 2019 , con una contracción del 0,11%, que en febrero se tradujo en un repunte del 3,67%. Si bien, el golpe del coronavirus produjo retrocesos del 13,21 y del 29,57% en marzo y abril, que continuaron en mayo, con un 22,95%, y en junio, pese a la entrada en la nueva normalidad, con un -14,22%. Julio fue normalizando las cifras, aún así con un 4,93%, dato que en agosto cayó un 7,46.

De forma paralela, el consumo de energía en el sector servicios prueba el impacto económico de las medidas tomadas para combatir el virus. Las cifras negativas de marzo, abril y mayo, del -11,46 y -27,9%, en los dos primeros casos, y del -23,8%, en el último, continuaron en junio, con un -13,64 menos con respecto al mismo mes de 2019. Julio anotó mejores datos, -2,14%, mientras que agosto logró recuperar prácticamente los de hace un año, con una ligera pérdida del 0,43%.

El consumo en los hogares ha sido el único que ha mantenido el tipo, incluso ha crecido. Refleja los cambios de hábitos de la población, desde pasar mayor tiempo en casa, hasta el teletrabajo. Por ejemplo, en agosto y julio, meses vacacionales por excelencia, los consumos subieron en un 4,77 y un 3,14%. En junio fue del 1,54, mientras que se dispararon en marzo (8,44) y mayo (5,4), algo que no ocurrió en abril, con un ligero incremento del 0,52%. 

Si se analizan los datos de provincias con marcado carácter industrial, como Burgos y Valladolid, se observa hasta qué punto se ralentizó la economía en pleno confinamiento. En Burgos, el consumo medio cayó una media del 22, 78% o en abril, y en mayo, un 21,15%. En el de Valladolid, un 28,7 y un 19,6%, en cada caso. En marzo, estas provincias vieron descender sus cifras un 6,5 y un 13,72%. Es cierto, que junio supuso cierta recuperación, pero aún así con datos negativos del 10,49 y del 13,23%. Sólo Valladolid fue capaz de superar los consumos de hace un año en julio, con un 1,64% más, datos que en Burgos bajaron al -4,21%.

Evolución mensual

Si se analiza la evolución mensual, los consumos marcan una curva al alza en los tres últimos meses, con un claro cambio en julio, cuando se registró una subida del 19,55% sobre junio, provocado por aumentos en el sector servicios un 27,51% más, y la industria, un 17,93, pero también por los hogares, un 12,9%, pese a tratarse de un mes vacacional.

En agosto, los hogares se comportaron prácticamente como en julio, con un 0,61% más sobre el dato de 2019, lo que muestra el impacto del COVID-19 en los movimientos a otros lugares de muchos hogares. Eso sí, en el octavo mes del año, sí se notó caída en sector servicios (4,32%), y la industria (14,11%), sobre julio.

Abril sobre marzo marcó la mayor contracción, período que coincidió con el inicio del estado de alarma y la paralización de toda la actividad, excepto los servicios esenciales. Fue del 19,65 por ciento, por la industria (-23,48%) y los servicios (-23,81%), pero también por el comportamiento en los hogares, cuyos miembros, pese a estar encerrados, consumieron un 9,89 por ciento menos que en marzo, un mes, eso sí, que experimentó una subida del 10,15% sobre febrero. Lo cierto, es que influyó el tiempo primaveral de las últimas semanas de marzo, pero pese a no poder salir de casa la población consumió mucho menos que en abril, cuando se relajaron las medidas de confinamiento.

Evolución provincial

En la evolución interanual por provincias, todas contrajeron de manera significativa sus datos en los momentos clave de la pandemia, abril, mayo y junio. Por encima de la media autonómica del -21,45 de abril se encontraron Ávila (-21,66), Burgos (-22,78), León (18,38), Palencia (-20,71) Salamanca (-12,48), Segovia (-27,33), Soria (-19,13) y Zamora (-12,71). En el caso de mayo, con una caída del consumo autonómico del 17,14 por ciento, los mayores descensos se dieron en Soria (-22,87), Segovia (-22,11) y Burgos (21,15), junto a Valladolid (-19,96) y Ávila (18,92), todos por encima de la media. Mientras, el impacto fue menor en Zamora (-10,84), León (-11,73), Salamanca (-11,05) y Palencia (-13,51).

En junio, las cifras fueron similares. La bajada de la Comunidad fue del 10,74 por ciento, similar a la que se registró en Ávila (10,49) y Palencia (-10,71). La más baja se dio en León (-4,45 por ciento), dato que contrasta con los de Segovia (-21,42) y Soria (-20,35). Valladolid también estuvo por encima de la media (13,23 por ciento), mientras que el impacto fue menor en Burgos (-9,62), Salamanca (-6,68) y Zamora (-7,39 por ciento).

 

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