Castilla y León necesita 2.000 millones de euros para acabar las obras de la Alta Velocidad
La Comunidad acumula sin finalizar la Variante de Pajares, con parte de su recorrido, y el AVE a Burgos / Airef propone evaluar proyectos como estos, a menudo «infravalorados», para evitar sobrecostes
La infraestructura ferroviaria de Castilla y León es una de sus asignaturas pendientes. Los grandes desembolsos que las administraciones han llevado a cabo para construir una red de Alta Velocidad no han servido todavía para que la Comunidad pueda presumir de contar con todos los proyectos finalizados. Una finalización que, de llegar, pasaría por un nuevo desembolso de 2.103 millones de euros, según las estimaciones que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha publicado en su informe ‘Infraestructuras de transporte’.
Este informe, que recoge las cifras con fecha del año 2018 , señala que todavía son tres los proyectos que permanecen inacabados. El primero de ellos, y cuyo inicio se pierde allá por los primeros años 2000 es la Variante de Pajares , como parte de la linea de Alta Velocidad Venta de Baños-Palencia-León-Asturias. Esta obra faraónica, que pretendía oxigenar a la comunidad en dirección al norte, se ha ido dilatando en el tiempo hasta hacer dudar a muchos de si alguna vez se verá acabada, por no mencionar los ingentes sobrecostes que acumula.
Según el informe de Airef, la Variante esta presupuestada en torno a los 3.666 millones de euros , de los cuales solo restarían algo menos de 150, apenas un 4%. Sin embargo, dos décadas después de que se iniciaran los trabajos, las vías no han conocido todavía el peso de un tren.
En relación con la Variante de Pajares está la propia línea de Alta Velocidad de la que forma parte, en este caso con un coste estimado de algo menos de 1.500 millones de euros. Según los datos que baraja el informe, la inversión pendiente aquí es de algo más de 350 millones , en torno a una cuarta parte del total licitado. Sin embargo, y al igual que en el caso anterior, no hay ni siquiera fechas aproximadas en las que este trayecto vea la luz.
El tercer caso, y que en base a las cifras es el que se encuentra más retrasado de todos, en la línea de Alta velocidad Valladolid-Burgos-Vitoria , que supondría una conexión directa de Castilla y León con el noreste del país. En este caso, el presupuesto que maneja Adif es de 2.890 millones de euros , de los que faltan por llegar más de 1.600 . Esto significa que el proyecto tan solo se ha avanzado, al menos en lo que a financiación se refiere, en un 45%. Si de los anteriores aún no se sabe nada, esta red se convierte en una incógnita absoluta.
A estas líneas que se encuentran en obras hay que sumar también la renovación de la estación de ferrocarril de Valladolid , un proyecto que ya está sobre la mesa pero para el que todavía no se ha destinado ni un solo euro. Evidentemente tampoco se manejan fechas, pero los casi 170 millones presupuestados para esta obra apremian.
Inversión sin beneficio
Más allá de las cifras, lo que el informe de Airef traslada es que, por mucho dinero que se invierta en infraestructuras ferroviarias, las expectativas en lo que a beneficios se refiere no son nada prometedoras. Según indican, esto se debe a que a pesar de que España «ha construido una red de Alta Velocidad más extensa que otros países a un coste no superior», se ha hecho «sin tener en cuenta criterios de movilidad» . Dicho con otras palabras, de poco sirve contar con una red magnífica si no hay demanda de pasajeros o si no sirve para conectar nuevos territorios, especialmente aquellos que cada vez se encuentran más aislados.
En este sentido, la entidad añade que «los beneficios sociales no compensan los costes fijos de la construcción» , de modo que parece algo irresponsable lanzar partidas presupuestarias sin ni siquiera tener claro si va a servir de algo a medio y largo plazo. Asimismo, la nota que acompaña al informa también señala que, a pesar de las mejoras derivadas de la implantación de la Alta Velocidad, también «ha contribuido a un aumento de las disparidad provinciales».
Ante todo esto, la Airef «propone evaluar las actuaciones pendientes en Alta Velocidad , teniendo presentes los costes ya incurridos, así como la demanda esperable». En la misma linea, «plantea establecer un marco normativo y regulatorio que permita incrementar la intensidad de uso de la red de Alta Velocidad, única forma de aumentar la rentabilidad social de las inversiones realizadas, así como priorizar los proyectos pendientes de ejecutar».
Castilla y león aúna el 10% de la inversión nacional
Entre los muchos datos que revela el informe elaborado por Airef, aparece cual ha sido el reparto de las inversiones nacionales en infraestructuras. En este caso, y desde el año 1985, Castilla y León ha recibido el 9,5% de todo el dinero que se ha movilizado en España para este tipo de actuaciones.
Con este dato se coloca en cuarto lugar, solo por detrás de Cataluña, Andalucía y Madrid , y por delante de zonas costeras como Galicia y la Comunidad Valenciana. Aquí cabe destacar que, debido a la extensión y a la posición geográfica de la región, es un terristorio muy demandado a la hora de conectar Madrid con el norte del país.
Asimismo, y debido a esta ingente partida presupuestaria entregada a lo largo de 35 años, la Comunidad se convirtió en 2010 en la región con más dinero por habitante, algo en lo que sin duda interviene también la escasa densidad de población que prima en todo el territorio.
Mas allá de estos datos, que permiten hacerse la idea de cual ha sido la evolución y la posición de Castilla y León en los planes de expansión de las infraestructuras, un punto sobre el que el informe hace especial hincapié es la tendencia de la Administración a infravalorar los costes de los proyectos. Esto, que podría ser algo entendible en obras de este calado e importe, llama profundamente a atención cuando se indica que el coste final ha sido, en muchos caso, de más del doble de lo que se preveía en un primer momento.
A modo de ejemplo, las obras que han tenido lugar en la Alta Velocidad castellano y leonesa, como son las líneas Madrid-Valladolid y Palencia-León, se presupuestaron en torno a los 2.250 millones de euros entre ambas. Sin embargo, una vez concluidas, la factura ascendió a los 4.800 millones, con una diferencia de 1.400 millones en el nexo con la capital y de 250 en el de las provincias del norte.