Diario de Castilla y León

MÓNICA LALANDA

«Los héroes están en los cómics, aquí queremos sanitarios que se vean valorados por la sociedad»

MÉDICA E ILUSTRADORA. Nació vallisoletana y creció palentina, y nada más acabar la carrera se marchó a Inglaterra donde se formó como Médico de Urgencias. Allí trabajó en Leeds y desarrolló la faceta de comunicación escribiendo y dibujando en el Medical Protection Society. Volvió a España pero «me harté del trato miserable que da el SNS a sus profesionales» y abandonó la medicina para abrazar con más fuerza la comunicación, en concreto, la Medicina Gráfica. Y finalmente ha vuelto a Valladolid, cerrando el círculo. Sus infos de la pandemia se pueden ver en https://monicalalanda.com/. 

TWITTER, SU HÁBITAT. A Lalanda se la puede seguir en @mlalanda y coordinando @GraficaMedicina. “Twitter es una herramienta fantástica, increíble, insuperable pero es como un cuchillo, sirve para abrir un abdomen y quitar un apéndice inflamado pero también para clavarlo por la espalda o seccionarte la yugular. Un día sí y otro no, decido marcharme, dejar atrás el estercolero y un día sí y otro no, decido que es lo mejor del siglo XXI”, analiza.

TWITTER, SU HÁBITAT. A Lalanda se la puede seguir en @mlalanda y coordinando @GraficaMedicina. “Twitter es una herramienta fantástica, increíble, insuperable pero es como un cuchillo, sirve para abrir un abdomen y quitar un apéndice inflamado pero también para clavarlo por la espalda o seccionarte la yugular. Un día sí y otro no, decido marcharme, dejar atrás el estercolero y un día sí y otro no, decido que es lo mejor del siglo XXI”, analiza.

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta .- Y eso que decían que era una simple gripe…

Respuesta. Así es, esta ‘simple gripe’ que causa unos cuadros que nunca habíamos visto y nos está dejando tan sorprendidos. No se puede decir que nos haya pillado desprevenidos, porque China lleva avisando desde diciembre, pero nos ha pillado incrédulos, nos ha encontrado mirando a otra parte. Y ha llegado como un tsunami a una sociedad que no tenía siquiera manguitos para quedar a flote.

P. - ¿Cómo ha sido su confinamiento? ¿Pegada a un ordenador?

R .- ¡Parece que me hayas visto! Pegada al ordenador todo el día. Durante esta pandemia no me he levantado de la silla creando infografías que me parecían necesarias para ayudar a transmitir información. Mi trabajo es ya normalmente teletrabajo, solo que esta vez ha sido mil veces más intenso y no remunerado pero tremendamente satisfactorio. 

P. - Usted ya avisaba de los virus y las gripes. No es de ‘las capitanas a posteriori’.  

R .- ¡No, qué va!, yo he metido la pata a lo grande y le he restado importancia como una mayoría. Puedo decir tranquilamente que me columpié como casi todos los profesionales. Mi rastro además es colorido, no puedo negarlo. Pero me duele que quienes estaban «arriba», quienes realmente pudieron prepararnos para lo que debía haber sido obvio, no lo hicieron. A mí no me saltaron todas las alarmas hasta el 7 de marzo, hasta entonces estuve hipnotizada por la visión que se nos daba. Observé con horror que no se cancelaran todos los eventos multitudinarios de Madrid el 8-M.

P. - Si tuviera que dibujar en una viñeta la situación actual de la sanidad española, ¿cómo lo haría?

R .- Llega el tsunami de la pandemia y los profesionales, desnudos y con tirachinas, son lanzados al campo de batalla a luchar contra el monstruo desconocido. Esa sería mi viñeta, que por cierto ya he hecho. Con 45.000 profesionales infectados, una pila de cuerpos caídos y un profesional desnudo encima lanzando piedras a un enorme virus verde. 

P .- ¿Quiénes o quién ha sido una caricatura en todos estos días?

R .- La única cara visible de la pandemia de forma diaria ha sido Fernando Simón. Es muy de agradecer su trabajo pero desafortunadamente pasó de ser un profesional muy respetado a ser un político más entregado a la causa de defender una gestión que nos ha colocado a la cabeza del mal hacer en el mundo. En mi imaginación Fernando Simón es una caricatura que  tiene detrás del atril una mano que le hace moverse como un muñeco de guiñol y dice lo que le dicen que diga.

P .- En los cómics suelen salir muchos héroes, ¿quiénes son para usted los verdaderos héroes?

R .- En este momento es una palabra que se ha prostituido. Llamar héroe por ejemplo a un médico justifica que trabaje en condiciones peligrosas, le anima a que siga en su papel de kamikaze envuelto en aplausos que miran al cielo preguntando si es un pájaro o es un avión. Los héroes están mejor en los comics, aquí queremos profesionales que no necesiten hacer un esfuerzo que atente contra su vida y que sea valorado por la sociedad a la que sirve pero igual ahora que hace un año. Ni héroes ni villanos; ni héroes ni mártires. 

P .- ¿Y los antihéroes?

R .- Lo que peor llevo estos días son las gafas culo de vaso que da el sesgo político en este país. Esa fidelidad ciega a tus colores similar a ser fan de por vida de un equipo de futbol. O conmigo o contra mí, o de los míos o enemigo. Es una pena que haya tan poca gente que sea capaz de valorar hechos por lo que son, sin ponerse las gafotas. Y los antiheroes totales son quienes también promueven esa visión de la vida, los políticos. Ni gobierno ni oposición están a la altura en este extraño cómic en que vivimos. 

P .- Tomó la iniciativa de organizar una manifestación virtual de profesionales de la Sanidad.

R .- Se movilizaron 48.000 cuentas bajos las etiquetas #NiHeroesNiMartires #BastaYa #MareaBlancaCoronavirus. Además, el análisis que después hicieron también de manera altruista los de Metricool, confirmaron que no participó ni un partido político ni un solo político, como dijo el analista «estabais solos, profesionales y pacientes». El gobierno y las administraciones deberían prestar mucha atención a esta explosión espontánea y libre de profesionales muy hartos.

P. - Su frase favorita es: “Hay que cambiar el mundo antes de que el mundo nos cambie a nosotros”, de Mafalda. ¿Al final nos ha ganado el mundo?

R .- Sí que te has informado bien, sí. Esa frase vive conmigo desde la adolescencia, es como una obsesión. Si las cosas se pueden hacer mejor, no se puede uno acomodar ni callarse. Es la versión de Quino de la magnífica frase de Martin Luther King «nuestras vidas empiezan a acabar el día que nos quedamos callados sobre cosas que importan». Pero yo no creo mucho en acciones conjuntas, creo en personas que de forma individual quieren cambiar cosas, no se dejan llevar, no aceptan «que siempre se hizo así»; personas que dan un paso adelante, un paso valiente y a veces peligroso. Luego esos individuos se encuentran en el camino y crean un grupo que caminan juntos y llega más lejos. Por eso no soy de plurales. Yo sigo pegándome con  quien haga falta todos los días por lo que creo. Sin duda hay días en los que dan ganas de bajarse de ese mundo, eso sí es verdad.

P. - Termine esta frase. En esta crisis, el personal sanitario ha sido…

R .-...valiente, entregado, generoso, y también kamikaze, utilizado y abusado.

P. - Los bulos se han puesto de moda. ¿Es un enemigo de la medicina?

R .- Los bulos se han puesto de moda como tal, pero a mí me da la sensación que se ha creado una especie de mercado alrededor de deshacer los bulos e incluso que hay contra-bulos que son aún mayores que los bulos. Por ejemplo, ‘El Intermedio’ ha considerado un «coronabulo» la manifestación virtual de profesionales y esto requiere una reflexión profunda sobre bulos y periodismo. 

P. - ¿Para quién son sus aplausos de las 8 de la tarde?

R .- Para cualquiera que a día de hoy expone su salud para dar servicio a la sociedad, sin duda a todos los sanitarios pero también a la policía, a las cajeras de los supermercados...etc

P. - Viendo que hasta Rafa Nadal es criticado… ¿llegarán las críticas también para el personal sanitario?

R .- Sin duda alguna, de hecho ya han empezado y a varios niveles. Se ha trabajado en condiciones funestas, en muchos sitios aplicando criterios de hospital de guerra y documentando muy poco. Eso sin contar con lo que ha ocurrido en las residencias de ancianos. No tengo duda ninguna que los profesionales sanitarios serán un facilísimo y siempre baratísimo chivo expiatorio. Tengo la terrible impresión que habrá una lluvia de demandas directas a los profesionales.

P .- ¿Qué vamos a aprender de todo esto?

R .- Es difícil generalizar, ojalá pudiera decir que la gente haya aprendido a valorar el sistema sanitario y a utilizar bien las urgencias, pero en solo tres días vuelven a estar llenas de nimiedades y han vuelto las agresiones verbales. 

P .- Hágame su predicción de futuro sobre el coronavirus.  

R .- Mi propia predicción interesa poco, lo imprescindible sería tener a grandes expertos españoles opinando sobre esto pero los expertos técnicos son lo que menos hemos visto en estas semanas. Una pena la falta de transparencia sobre quien ha estado detrás de las decisiones tan relevantes que se han tomado. Al menos en Castilla y León, la transparencia ha sido uno de los fuertes. 

P. - ¿Cuál será lo primero que haga en la ‘nueva normalidad’?

R .- Echo de menos ojear libros en librerías, tomarme cafés tranquilos con amigos y pasear por donde se pierde la vista sin ver una sola casa.

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