Alivio extremeño para Mañueco

María Guardiola.
La presidenta de Extremadura, que ya demostró en sus albores presidenciales que es un osada en toda regla y sin contemplaciones, ha decidido convocar elecciones para el 21 de diciembre, justo antes de la lotería, a ver si le sale el gordo de la mayoría absoluta. Casi un 21 de diciembre fue el aciago día en el que a Mañueco se le ocurrió adelatar comicios para mandar a paseo a la recua de Ciudadanos (Cs). Luego fueron los ciudadanos los que los pusieron en su sitio: en la puñetera calle. Un adelanto electoral, aquel que le salió al PP por la culata, pese a ganar las elecciones que había perdido tres años antes, después de siete lustros seguidos ganando sin parar en Castilla y León. Mañueco recuperó la senda de la victoria, pero se llevó un buen susto y no se libró de tener compañía indeseada en la Junta, hasta que la compañía decidió desprenderse de Gallardo y largarse del gobierno. Una excusa como otra cualquiera ante el riesgo de acabar engullidos por el PP de Mañueco como le ocurrió a los de Cs, que pensaban gobernar la ONU el día menos pensado y acabaron incubando en el gallinero del hemiciclo. Hoy muchos de aquellos están a buen recaudo del PP. Sólo quedó uno, el célebre Pertur, que vive atormentado en el palo del gallinero. En el pecado lleva la penitencia y sus paranoicas obsesiones, como la del consejero Vázquez, que le ha demostrado cómo se gestiona y rige la sanidad, sin arrogancia, altanería y egocentrismo, pero con la consiguiente eficacia. A María Guardiola, que así se llama la osada extremeña, le van temblar las canillas a medida que vayan pasando sondeos y trackings electorales, que las encuestas las carga el diablo de GAD3, pero las urnas los ciudadanos. En cualquier caso, le quita a Mañueco, en parte, el peso de la púrpura de ser la primera reválida de Feijóo contra Pedro Sánchez, con VOX soplando en el cogote del gallego. Alivio extremeño para Mañueco.