Diario de Castilla y León

Pleno de las Cortes de Castilla y León

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Regresan con el mismo ímpetu que siempre los soporíferos plenos de las Cortes de Castilla y Desconocemos. Y lo hacen con el mismo tedio que se despidieron de no haber sido por el travieso micrófono que cazó a los cuatro de Palacagüina del PSOE poniendo a escurrir al jefe de lo orgánico, Carlos Martínez, y al más jefe de lo ministerial, Óscar Puente. Vuelven todos impolutos. Es probable que al único que le pase factura el asunto es al micrófono. Si serán tediosos los plenarios estos que en el anterior, el de política general, no sargento ni brigada, general, el recién estrenado parlamentario por Zamora, Carlos Fernández, aprovechó buen parte de la mañana para dar un repaso al solfeo. Allí a la vista de todos, que la tribuna estaba más nutrida de lo habitual para escuchar el sermón de Mañueco. Y lo hizo hasta ser advertido que le estaba viendo todo Cristo como ojeaba pentagramas mientras subrayaba con un Faber Castell verde fosforito como un descosido. Se tenía que haber arrancado con el O sole mío. Hubiera sido un buen preludio a la pillada del micro, donde alguno cantó hasta la Traviata y se quedó tan ancho y desahogado, que de premio interviene hoy en el pleno. Nos han engañado. El congreso del PSOE lo ganó Tudanca. El de Soria es una alucinación orgánica con ecos periodísticos. Acaban de inventar el PSOE distópico. Y en estas, con el asunto a punto de sosegarse, llegan los cachondos de Soria Ya, pero cachondos de risa, no de las que miraba en Twitter Igea, y dicen que se ofrecen para echar una mano a Carlos Martínez para darle una mano de pintura a la Mesa de las Cortes. Los de Soria Ya saben que se la juegan contra el alcalde en las próximas autonómicas, que es el único capaz de anular la fuerza de los sorianistas y devolver al redil los votos huidos. Y han decidido, al menos, disfrutar metiéndole el dedo en el ojo. Pero ellos dicen que fue Mañueco, los muy pillines. Pero cachondos, cachondos, los de Soria Ya.

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