La inmigración frena la despoblación y ha traído vida a la Comunidad

CASTILLA Y LEÓN arranca 2025 con un nuevo récord de población extranjera residente impulsado por la llegada de casi 10.000 nuevos inmigrantes regulares el año pasado, uno más dentro de una tendencia que en los últimos años ha contribuido al crecimiento demográfico de la Comunidad a la par que ha nutrido a los centros de trabajo de una muy demandada mano de obra. El colectivo extranjero en Castilla y León está encabezado por rumanos, búlgaros y marroquíes, con una presencia relevante en sectores estratégicos de la economía autonómica tanto en el ámbito urbano como en el rural. En los últimos años ha sido muy significativa la contribución de la mano de obra de origen extranjero en entornos industrializados como Burgos o Valladolid, pero hay que resaltar su aportación en el medio rural y en las economías provinciales más dependientes del sector primario, la industria transformadora y el sector agroalimentario. La presencia de inmigrantes ha sido clave para cubrir la demanda de empleo en sectores como la automoción, la alimentación y la logística, pero también para contribuir al mantenimiento de servicios básicos en multitud de municipios en áreas como la sanidad, el cuidado de los mayores o el comercio. En un ámbito muy significativo para Castilla y León como es el medio rural en el que la despoblación ha reducido la presencia de trabajadores, la inmigración ha venido a reforzar la actividad en sectores tradicionales como la agricultura y la ganadería. Hoy en día, multitud de explotaciones, empresas agrarias y otros muchos centros de trabajo serían inviables sin la contribución de su personal de origen foráneo. A mayores, cabe resaltar el impacto demográfico de la llegada de esta población procedente de otros países, pero también la inyección de vida nueva que han aportado a pueblos y ciudades. La llegada de población extranjera ha compensado el impacto del envejecimiento y la baja natalidad que han caracterizado a Castilla y León en las últimas décadas, pero esa aportación va más allá del dato numérico ya que hay que destacar el lado humano de un éxodo de personas que han traído niños a nuestros pueblos, que han abierto nuevos negocios, que han dado vida a las calles. Castilla y León es un destino para miles de personas que encuentran oportunidades laborales y una vía para su desarrollo personal y profesional y para ayudar a llenar de vida esta tierra.