El aumento de la delincuencia obliga a redoblar esfuerzos y efectivos

Crece la delincuencia en Castilla y León. Así lo evidencia el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior, con el que cierra. Un aumento que sufrían todas las provincias, salvo Soria y Salamanca, y que viene marcado en gran medida por el fuerte incremento de los robos en viviendas y en vehículos. Pero es que, además, esta subida de la delincuencia en la Comunidad y en siete de sus nueve provincias, se produce mientras se produce una caída en el conjunto del país.

Castilla y León, por contra, cierra el año en negativo, con más delincuencia y con una mayor criminalidad. Si crecen en el resto, además lo hacen con ostensibles diferencias. Y es que el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior publicado este viernes refleja un incremento del 7,8% en Ávila, el mayor de la región a nivel provincial, frente al 0,2% en Burgos. Entre medias se sitúan Palencia, (6,4%), Segovia (6,1%), Valladolid (4,6%), Zamora (2,8%) y León (1,5%).

Aumentos que también se ven en las poblaciones de más de 20.000 habitantes y que dejan a la vallisoletana de Medina del Campo a la cabeza del país en índices de criminalidad con un aumento 39,1% los delitos, sólo superada por El Prat del Llobregat, que triplica en población a la localidad vallisoletana. Y, si se habla de delitos, los mayores incrementos se agrupan en los homicidios dolosos y asesinatos consumados, seguidos de robos en vehículos y con fuerza en domicilios, que entre ambos acaparan el mayor número de hechos delictivos y de crecimiento en el último año.

Pero es que el informe de criminalidad deja un aumento en todos los delitos, contra la libertad sexual, ciberdelito, estafas, los graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria... Cifras, porcentajes, tasas que todos ellos dejan una conclusión clara, el aumento de delincuencia en Castilla y León, que obliga a actuar y a que desde las administración, en este caso el Gobierno, redoble los esfuerzos y los efectivos, que es justo lo que se viene reclamando de los sindicatos policiales y de la Guardia Civil y desde los pueblos, ese mundo rural que reclama más seguridad.

Las cifras, más allá de su análisis y evaluación tienen que servir para que visualizar el mapa de la delincuencia, donde sube, por qué y en que delitos. Y con él actuar para corregir la situación allí donde se ve que sigue al alza, como es el caso de Castilla y León, y frenarla.