Ryanair como Puigdemont

LOS DE Ryanair han querido negociar en situación ventajosa con la pistola sobre la mesa y les va a salir el tiro por la culata. Están escocidos con la sanción que les ha endosado Consumo por el tejemaneje que se traen con el sobre pago de equipajes. Esas tasas sí que son elevadas, que cuesta más la Samsonite de cabina que el paisano de asiento en muchos trayectos. No saben que en este país somos gente aseada y, aunque sea para un fin de semana largo, llevamos un par de mudas, que no caben en la micro mochila que se establece bajo el asiento. Ellos que van con lo puesto toda la semana. Pues cualquiera los recibe un viernes. El Eddie Wilson este, de cara sonrosadota, se cree que es el colonialista más listo de las islas británicas. O cree que los de la península somos los más tontos del continente. Ha iniciado una estrategia de entrevistas contra Moncloa que recuerda mucho a la de Tudanca que lo hizo desaparecer en el Triángulo de las Bermudas del sanchismo. Seguramente Michael O’Leary, el artífice e inventor de uno de los mejores inventos recientes lo tenga amortizado, al Wilson, con apellido de raqueta, y lo haya mandado a estrellarse contra lo que pille, como hacían los japoneses con los AM6 Zero, cazas de largo alcance, en Pearl Harbor. No ha tenido mejor ocurrencia que proponer lo mismo que exige Puigdemont, que se entreguen las competencias aeroportuarias a las comunidades autónomas. Otro independentista de las islas. Lo siguiente qué va a ser, dar la Hacienda a los gobiernos autonómicos. Y lo ha dicho con esa cara de sonrisa piadosa de quien mantiene una entrañable amistad con Jameson, que no es un tasa aeroportuaria, es sólo más afamado destilado irlandés. Primero se llevan los aviones y ahora quieren charlar. Le recomendamos encarecidamente Quiet man (El hombre tranquilo), cinta ambientada en su Irlanda natal. Wilson, tómate algo, antes de que empiecen los puñetazos. Y deja de tocarnos... los vuelos.