Diario de Castilla y León
El presidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazario.

El presidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazario.R.Valtero ICAL

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RONALDO ARRIBÓ a Valladolid confiado en que las autoridades se iban a rendir a su leyenda y lo iban a alicatar de billetes para que la aventura pucelana le saliera a devolver. Lo de menos eran los colores. Se encontró con una ciudad rendida a sus pies. Con un consistorio rendido a sus pies. Con un alcalde rendido a sus pies. Y con algunos informadores arrodillados hasta los sobacos. Y confundió la ilusión con la sumisión. Hasta que abrió la boca y disipó toda duda. Porque a Ronaldo se la bufa todo. Se la bufa el club. Se la bufa la afición. Se la bufa el escudo. Se la bufa el alcalde. Se la bufa todo menos hacer caja. Y hablando de bufones, a todo esto apareció David Espinar, que ejerce de camarlengo, en esa perpetua sede vacante de la presidencia de la sociedad anónima. De palanganero a mamporrero y miento porque me toca. La última vez que dijo una verdad se le cayó un brazo. Y tiene tres. Esta misma semana aseguró que el amo estaba entregado en cuerpo y alma a engrandecer al Valladolid. El amo tardó 24 horas en bajarle las enaguas para que contempláramos que le ha dejado el pompis como la bandera del Japón. Ronaldo quiere vender pronto. Ahora quiere hincarle el diente a la Federación Brasileña de fútbol. Tras su paso las favelas parecerán La Moraleja al lado de la canarinha. Va a vender lo que no compró. Quiere cobrar lo que no pagó. Billetes venezolanos para la travesía del Pisuerga. Carnero, que ya ha saboreado la lealtad y honestidad que destila el ahora tenista, no debería dejar pasar la ocasión para hacerlo hijo putativo de la ciudad y rematar el homenaje con un busto de bronce y ron en los aledaños de la ciudad deportiva que nunca se construyó. Su antecesor, Puente, ya cató la ira y la miseria de Ronaldo cuando perdió el cargo. Fue abrir la boca Ronaldo para ponerlo a parir y a Puente lo hicieron ministro. Ronaldo es más listo de lo que parece. Y Espinete, también. Hasta nunca, fenómeno, hasta nunca.

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