Las cosas del mundo rural y la política

Andan los agricultores de toda España revueltos con protestas por las carreteras y ciudades del país. Son gente de campo, porque viven de él, aunque algunos hayan dejado su casa cercana a las tierras para trasladarse a vivir a una cabecera de comarca o a una ciudad, debido a que allí tienen más servicios y mejores y puedan vivir más cómodos. Los problemas de los agricultores son económicos, de supervivencia, pero el mundo rural tiene otros que acentúan el éxodo que se prolonga desde hace décadas y que ha creado una España que ahora distinguen mediante el adjetivo de ‘vaciada’. El de los servicios es uno de esos obstáculos para permanecer en los pueblos. En el siglo XXI, por ejemplo, no tener cobertura en el móvil y no poder conectarse a internet es estar condenado a la desaparición. ¿Qué joven va a querer ir a un lugar donde no puede usar su móvil y utilizar los cada vez más numerosos servicios que se reciben a través de la banda ancha? En Castilla y León hay zonas donde pasa eso. Cada vez menos, es cierto, porque hay un compromiso de las administraciones para eliminar esa brecha. Pero quedan pueblos sin cobertura, como Matanza, que pertenece al municipio soriano de San Esteban de Gormaz. En esa zona, sin embargo, surgió un proyecto tecnológicamente muy avanzado para digitalizar las viñas que allí tiene la bodega La Loba. Un gran invento que necesita 5G, pero allí no hay cobertura. Así que con ayuda del Gobierno y la colaboración de las empresas Nokia, Quobis y Cellnex, se instaló una antena y se preparó el sistema de digitalización de las viñas. Se anunció a principios de 2021 y el asunto se interpretó como la solución a la falta de cobertura de la zona. A día de hoy, sin embargo, la antena que se instaló no sirve para nada. Las viñas sí se ‘hicieron’ inteligentes, pero gracias al satélite. Para la antena no se encuentra operador. Y lo que parecía para todos ahora se niega desde el Gobierno, que dice que era solo para ese proyecto de viticultura, aunque en alguna página web de los participantes en el programa ampliaban los posibles usuarios e incluso se hablaba de un polígono 4.0 en la zona. Pero no es eso lo peor, ya que la Diputación de Soria se ofreció, oferta que a día de hoy mantiene, a poner dinero para conseguir un operador, con apoyo de la Junta, y aquí llegan los problemas de la política que a veces utiliza a las gentes del campo para lo que quieren los políticos y otras se olvidan. El acuerdo con el Gobierno central no ha sido posible hasta la fecha. Son las cosas del mundo rural y la política, que traen consecuencias, como la ‘revuelta’ de la España vaciada o agricultores cortando carreteras con sus tractores.