Diario de Castilla y León

AGRICULTURA

La subida de los fertilizantes amenaza la rentabilidad del campo

Las Opas calculan que los agricultores de Castilla y León tendrán que pagar entre 20 y 50 millones de euros más para abonar sus explotaciones por «vaivenes geoestratégicos»

Un agricultor examina el estado de la tierra en uno de sus cultivos en tiempo de sementera

Un agricultor examina el estado de la tierra en uno de sus cultivos en tiempo de sementeraPXB / CCO

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Valladolid

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Por si todavía eran pocos, un nuevo peligro amenaza la rentabilidad de las explotaciones agrarias, con ella el bolsillo de agricultores y ganaderos, y a su vez, en último término, los precios de los alimentos. El campo prevé un encarecimiento de los abonos químicos de un 45% o más para la próxima campaña por «los vaivenes geoestratégicos de la Comisión Europea, la guerra contra Ucrania y la crisis productiva en la UE». Así lo valoran desde Coag, que estima en 20 millones de euros el sobrecoste que deberán afrontar los agricultores. Calcula, además, que Castilla y León, primera consumidora nacional de fertilizantes, «sufrirá la subida más que ninguna otra región ya que deberá aplicar más de 400.000 toneladas de nutrientes para fertilizar los cultivos de la próxima campaña».

Un perjuicio mayor prevén desde Asaja, que sube esa cantidad hasta los 50 millones de euros. «La semana pasada tuvimos el conocimiento de que la Unión Europea quiere imponer aranceles a las importaciones de abonos nitrogenados de Rusia y Bielorusia. Más o menos la Unión Europea importa de todo el consumo de abonos nitrogenados el 10% de Rusia, y además la Unión Europea no tiene reservas de fertilizantes. Han anunciando también que querían cerrar fábricas que están en la Unión Europea» explica, en respuesta a este periódico, el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo.

«Por lo tanto, es una mala noticia para el sector agrícola de la Unión Europea que tú impongas aranceles a Rusia de elementos de producción cuando no tienes una alternativa: lo que vas a hacer es encarecer tu propia producción», añade. «Sería necesario buscar otros mercados para no comprarle a Rusia porque está invadiendo Ucrania. Hay que tener la solución antes de crear un problema».

En ese contexto «se manejan unas fechas: a partir del 1 de julio del 25 subiría entre 40 y 45 euros tonelada, llegando a partir del 1 de julio del 28 a entre 300 y 400 euros por tonelada. Esto es a añadir al precio actual, es decir, que la tonelada de fertilizante se pondrá en más de 700 euros», lamenta. «El incremento de este año ya es una barbaridad, con los precios que tenemos, pero si se pone al doble les hace imposible de tirar, es inasumible a los precios que tenemos hoy el cereal».

Según explica el responsable de Asaja Castilla y León, el año pasado ya se fertilizó en España «un veintitantos por ciento menos de lo que era costumbre, como consecuencia de que no salen las cuentas». Según los cálculos de Donaciano Dujo, los costes se incrementarán para los agricultores y ganaderos de la Comunidad unos 50 millones de euros: «Si hablamos de unos 40 euros la tonelada, estaríamos hablando de cerca de 20 euros por hectárea de secano y cerca de 60 euros por hectárea de regadío. A mí me sale un coste a mayores en Castilla y León de unos 50 millones de euros».

España importa un 10% del fertilizante de Rusia, pero ¿que va a pasar con lo que se importa de otros sitios o lo que se produce en la Unión Europea? «Lo que nos tememos es que, al final, a río revuelto, ganancia de pescadores, y que todos suban el precio. De esa forma, lo que debería ceñirse a un 10%, al final se generalice», apunta Dujo.

«En este contexto hicimos una denuncia de que esto no puede ser así. Estamos pidiendo aranceles al trigo de Ucrania, no los hay, además lo que se hace es poner aranceles a lo que necesitamos para producir. Eso encarece la producción», añade. Por ello, desde Asaja Castilla yLeón hacen un llamamiento a los países de la Unión Europea, a los gobiernos, a las multinacionales, «para que busquen los fertilizantes en otro sitio y no compren a Rusia caro.

Que no suba, en definitiva», y hacen un llamamiento también «a los intermediarios más cercanos, sean almacenistas, sean cooperativas, para que intenten comprar los fertilizantes en otros sitios que no sea el mercado ruso con esos aranceles. Porque si no sube el grano y esto que parecía que había bajado un poco vuelve a subir o se pone al doble, pues es imposible abonar. Si no se abona no se cosecha, y buena gana de tener tanto tractor y tener tantas explotaciones», concluye.

ESTRATEGIAS

Por su parte, Coag alerta de que el precio de los fertilizantes «volverá a dispararse durante la próxima campaña agraria. Gracias a las estrategias geopolíticas diseñadas por los responsables comunitarios, cuyas consecuencias caen a plomo sobre las espaldas de los agricultores y los ganaderos, aunque sean ajenos a los acuerdos». Los expertos de la Opa predicen una subida de 45 euros por tonelada para la próxima cosecha.

Según cálculos de Coag, dicha subida supondrá que los profesionales del campo de Castilla y León tendrán que pagar por el abono de sus cosechas, alrededor de 20 millones de euros más que el pasado año. «No en vano, nuestra región es la principal consumidora de fertilizantes de toda España. Y esta campaña el montante de fertilizantes que absorberá el campo regional será ligeramente superior de las 400.000 toneladas, según los expertos, agrupando a nitrogenados, fosfatados y potásicos e incluyendo complejos», explicó la organización en un comunicado.

También supondrá que, tras las continuas escaladas de costes año tras año, el precio de los fertilizantes habrá trepado hasta un 50% por la guerra de Ucrania, aunque cae hacia la normalización. «Y también supondrá, que la débil rentabilidad del sector agrario se debilite más; y que suban los precios de los alimentos al consumidor y que la adquisición de abonos por parte de los agricultores siga cayendo: hoy el campo español compra 600.000 toneladas menos de fertilizantes que hace cinco años, calcula la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe)», relata la organización.

Según el organismo comunitario que agrupa a las organizaciones representantes de los agricultores y sus cooperativas, el Copa-Cogeca, el incremento de los precios en los abonos que se prevé para la próxima campaña, en una horquilla de entre 40 y 45 euros por tonelada, viene determinado por varias actuaciones de los responsables comunitarios que «bien por acción o por omisión, han desnaturalizado el mercado de fertilizantes. La principal paradoja es que en virtud de las sanciones impuestas a los fertilizantes rusos o bielorrusos desde la UE el precio del abono llega al agricultor disparado. Además, la puesta en marcha del denominado MAFC, o sea, el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, también contribuirá a incrementar el precio de los abonos».

También median otras causas más estructurales, como la imposibilidad de satisfacer la demanda interna por parte de los fabricantes europeos sin recurrir a las importaciones y, por ende, la incapacidad de la industria interior de suministrar abono suficiente tras los cierres de plantas productivas.

Según el Copa-Cogeca, «sin una estrategia clara de diversificación, los agricultores europeos pronto se encontrarán contra la pared». Por tanto, el problema es y será hasta que se solucione, la incapacidad de la Comisión de organizar un mercado interno de fertilizantes con la menor dependencia posible de los agentes externos que lo desfiguran y lo distorsionan.

«La noticia llega cuando los precios de los nutrientes comenzaban a tranquilizarse tras la sacudida que supuso la invasión rusa a Ucrania», lamentan desde Coag Castilla y León. «Tras el ataque ruso, dado que Rusia y Bielorrusia son potencias productoras de abonos, los precios escalaron a cimas jamás exploradas».

HISTÓRICO

El histórico de los precios pagados por los agricultores de Castilla y León que registra cada año la Consejería de Agricultura, comenzó a romper techos: de los 414 millones de euros que los campesinos de nuestra región pagaron por el abono en 2020, se pasó a 524 en 2021; a 641, en 2022, y comenzó a normalizarse el mercado en 2023, cuando el montante cayó hasta los 472 millones».

A la subida aludida se produjo «en lógica proporción» una caída del consumo: 25.000 toneladas menos de nitrogenados entre 2019 y 2023; 24.000 menos de fosfatados y 5.000 menos de potásicos, según los datos de ANFFE recogidos por Coag.

Por su parte, Upa Castilla y León denuncia que en los fertilizantes existe «prácticamente un monopolio» que tira hacia arriba de los precios y demanda que se liberalice el mercado. El responsable de Upa en Castilla y León, Aurelio González, pone de manifiesto que en su organización vienen denunciando «que los productos nuestros no suben de precio, o suben muy poco, en algunos casos, y que los costes continuamente están subiendo, los operadores de mercado inflando precios de forma artificial porque quieren ganar más dinero».

«Aquí ha habido unos precios muy bajos de los cereales este año, resulta que hace un mes o algo más empezó una ligera subida, y en cuanto han visto una tendencia de subida de precios del cereal, ya nos están haciendo las cuentas los vendedores de abonos para que esa subida del precio del trigo y cereales comérsela con el precio de los abonos», explica González.

«Esto es demencial, y hoy siguen sin salir las cuentas, y con esta subida, peor todavía. Lo que van a conseguir es que los agricultores nos hagamos más cuentas y no sembremos tanto, y dejemos además, por lo menos, aplicaciones de abono», añade.

González asegura que ellos saben que «en la conciencia del agricultor llega este tiempo de primavera, ves el campo bien, tienes esperanza y quieres echar abono para que produzca lo máximo posible. En eso se basan, de eso es de lo que abusan, de la profesionalidad del agricultor, y nos parece un sinsentido».

El responsable de Upa lo considera «una subida de precio sin venir a cuento», y demanda que las autoridades «tengan también en cuenta cómo es posible que se pueda traer el trigo de Ucrania y otros productos agrícolas y sin embargo en el tema de los abonos minerales prácticamente hay un monopolio de una empresa y no se puedan traer tan fácilmente esos abonos de fuera, esa es la gran pregunta».

Por ello, desde Upa demandan «que se liberalice el mercado de los fertilizantes, igual que se ha liberalizado todo lo demás. Que se castigue el monopolio y que pongan facilidades a la importación de abonos. De eso se trata, de bajar los precios del mercado. Si no, solo lleva a un camino: que en las tierras de secano se van a abandonar los cultivos», vaticina.

PAGANO, EL CAMPO

Fue el propio Copa-Cogeca –órgano que agrupa la voz unida de los agricultores y las cooperativas agrícolas europeas– el que dio la voz de alarma el mismo día en que la Comisión Europea dio a conocer su propuesta para imponer sanciones a los fertilizantes rusos y bielorrusos. La medida «afectará gravemente a la producción y la competitividad agrícolas. Sin una estrategia de diversificación clara, los agricultores europeos pronto se encontrarán contra la pared», avanzaron desde la organización.

Según la entidad, durante años, Europa ha luchado contra una producción de fertilizantes insuficiente para satisfacer la demanda, lo que hace que las importaciones sean inevitables. «Esta situación no ha hecho más que empeorar tras el cierre de varias plantas de fertilizantes en los Estados miembros de la UE», explica. «La implementación del Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) por parte de la UE también aumentará aún más los costos tanto para la producción nacional como para los proveedores de terceros países que ingresan al mercado de la UE».

«Si bien entendemos la legitimidad de las razones geopolíticas que impulsaron a la Comisión a actuar, el sector agrícola debe afrontar las consecuencias económicas de estas decisiones», lamenta el Copa-Cogeca. «Actualmente, los agricultores europeos no tienen garantías de que la escasez de fertilizantes se compensará con una mayor producción nacional a un precio competitivo, un argumento clave planteado por los partidarios de las sanciones propuestas.

Estas medidas harían subir los precios de los fertilizantes en al menos 40/45 euros por tonelada para la próxima temporada agrícola. Esto ejercería una presión financiera adicional sobre las operaciones agrícolas que ya se enfrentan a un clima económico muy desafiante. Las consecuencias para la producción agrícola, la competitividad y los ingresos de los agricultores podrían ser catastróficas».

Desde el Copa-Cogeca ven urgente el establecimiento de medidas de mitigación como la eliminación de los derechos antidumping sobre las importaciones de urea, nitrato de amonio y mezclas de UAN originarias de EEUU y Trinidad y Tobago; suspender los derechos convencionales a las importaciones de urea, UAN, DAP, MAP y NPK (códigos 3102 10, 3102 80, 3105 30, 3105 40 y 3105 20 de la nomenclatura arancelaria), y conceder exenciones en virtud de la Directiva sobre nitratos para permitir el uso de efluentes ganaderos transformados (Renure – Nitrógeno recuperado de ManURE y determinados digestatos) más allá del límite actual de 170 kilogramos de nitrógeno por hectárea.

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