CASTILLA Y LEÓN
Mercosur ‘amenaza’ el campo de Castilla y León
Agricultores y ganaderos de la Comunidad se oponen al acuerdo entre la UE y el espacio comercial creado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y ponen sus esperanzas en que Francia, Polonia, Austria, Italia y Países Bajos amplíen el frente contrario
El campo se enfrenta a lo que considera una nueva amenaza y con más frentes en Castilla y León que en otras autonomías, por la naturaleza de sus explotaciones agrarias. La Unión Europea ha firmado un acuerdo con los países de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) para suscribir un acuerdo que elimina la mayoría de los aranceles y abre sin cortapisas los intercambios comerciales entre ambos bloques, creando un mercado de más de 700 millones de consumidores. Europa dejará entrar a las cuatro superpotencias agroalimentarias de Sudamérica. ¿Cómo podrán competir con eso los agricultores y ganaderos de la Comunidad?
Ese acuerdo necesitará ser ratificado por los Países Miembro de la Unión Europea. La esperanza de los productores de alimentos no está en el Gobierno de España, que se muestra dispuesto a firmar donde haga falta para que Mercosur entre en el mercado como un elefante en una cacharrería. La esperanza está en Francia, cuyo Gobierno ha elegido proteger a sus agricultores y ganaderos oponiéndose frontalmente al acuerdo.
Y no solo en Francia. También Polonia, Austria y Países Bajos han mostrado su desacuerdo. Últimamente, Italia también se opone al tratado en los términos en los que está planteado. Pero ese frente deberá crecer, ya que la ratificación solo necesita de la aprobación de 15 de los 27 Estados Miembros que representen un 65% de la población del bloque y una mayoría en el Parlamento Europeo. La minoría necesaria para bloquearlo tiene que ser de al menos cuatro Estados Miembros con al menos el 36% de la población de la UE.
Son muchos los productos agrarios en los que Mercosur ampliará la competencia, pero sobre todo son los cereales –de cuya producción Castilla y León es líder nacional–, la remolacha y la carne –de la que también la Comunidad es líder–, los más amenazados. La producción de carne en Argentina es mítica, como la de caña de azúcar en Brasil, que reduciría a la mínima expresión la demanda de remolacha azucarera. Y el problema no está ya en la producción, sino también en las distintas reglas de juego para unos y otros productores: mientras en Europa hay cientos de normas medioambientales y de calidad de obligatorio cumplimiento, por ahora los países de Mercosur producen como mejor les parece, utilizando estándares prohibidos en la UE.
Así las cosas, los agricultores y ganaderos de Castilla yLeón acudirán este lunes, 16 de diciembre, a Madrid, junto a los del resto de España, convocados por dos de las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) mayoritarias. Participarán en una manifestación hasta las puertas del Ministerio de Agricultura, pesca y Alimentación (Mapa), «para expresar su malestar por la falta de respuestas eficaces a los muchos problemas que acumulan los agricultores y ganaderos españoles. Entre los mismos, el reciente acuerdo firmado entre la UE y Mercosur», explicaron en un comunicado.
Este periódico ha consultado a los líderes de las cuatro Opas mayoritarias de la Comunidad para conocer su punto de vista sobre el tratado internacional. Coinciden en señalar que supone una amenaza.
El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, explica que el acuerdo UE-Mercosur, «ha sido firmado por la presidenta de la Comisión Europea, pero tiene que seguir unos plazos y unos pactos, luego lo tiene que ratificar el Parlamento Europeo, lo tiene que ratificar la propia Comisión y los Estados Miembros. Precisamente, como tienen que ratificarlo las organizaciones agrarias a nivel europeo, por supuesto a nivel nacional, ya hemos convocado actos de protesta para que los gobiernos de los distintos países y la Unión Europea se enteren de que el sector agrícola y ganadero está en contra del acuerdo de Mercosur».
El sector está en contra, precisa Dujo, porque los productos alimentarios que pueden llegar a España y al resto de la UE procedentes de Mercosur «no cumplen las condiciones de producción de calidad sanitaria y en materia laboral que nos exige la Unión Europea para producir aquí. Y por lo tanto, como no están en igualdad de condiciones, van a hacer una competencia desleal a la producción de la UE, y de España y de Castilla y León».
Dujo considera «de hipócritas, de malos representantes políticos, de chantajistas y de cambiar un sector por otro, que mientras la Unión Europea, a través de la PAC, a los agricultores y a los ganaderos cada vez nos atornilla más en normas administrativas y en normas agrarias, sin embargo firme acuerdos con Mercosur, con Nueva Zelanda, con Ucrania, con todo cristo, y le permita meter todos los productos de lo que aquí no deja hacer».
En cuanto a los sectores más afectados en Castilla y León, serán «la carne, principalmente el vacuno. Afectaría también al azúcar, a la remolacha; afectaría a los cereales. Por eso, desde Asaja, pedimos el otro día en el Consejo Agrario a la consejera que se pronuncie en contra. Hemos dicho al ministro que se pronuncie en contra, cosa que no está haciendo, y hemos convocado conjuntamente con Coag una manifestación para el próximo lunes 16 de diciembre».
Precisamente el secretario general de Coag Castilla y León, Lorenzo Rivera, opina de forma muy similar sobre las consecuencias que tendría una ratificación del tratado UE-Mercosur en los términos actuales. «El día 5 y 6 de diciembre de este año, en Montevideo, en la cumbre que hubo de Mercosur, la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, llegó al acuerdo para que se siguiera adelante con los pasos preceptivos que tengan que llevar hasta que se firme definitivamente el acuerdo. La parte de agricultura no se ha movido con respecto a la propuesta que había en 2019», explica.
«Ahora hay que votarlo también, en cuanto pasen seis meses, en el Consejo. También se puede conseguir una minoría de bloqueo, ya sabemos que Francia es la que ha sido más beligerante en este aspecto. Desde luego, en el capítulo agrícola que es el que está más desequilibrado y afecta a muchos sectores sensibles, sobre todo la carne de vacuno, la de ave, el azúcar, el etanol, el arroz, etcétera, aparte de las normas de producción de Mercosur, que son totalmente más laxas que las que nosotros tenemos aquí, donde todo está prohibido: fitosanitarios, la utilización de hormonas para el engorde de ganado, etcétera, todo eso allí sí que está permitido. Eso nos dejaría en clara diferencia con respecto a ellos para poder producir y los costes de producción para ellos serían muchos menores», lamenta.
Sectores
Sobre los sectores más afectados, en cereales y oleaginosas, en lo referente a los cereales «no hay acuerdos específicos, porque es un sector muy globalizado, solo cuatro grandes multinacionales comercializadoras tienen el control de todo el comercio mundial, del comercio de granos y de maíz. El maíz que es el segundo producto más importado de Mercosur, después de la soja; Brasil es el mayor exportador de maíz a España y tan sólo detrás de Ucrania».
«En cuanto al mercado de cereales y oleaginosas, muy importante para Castilla y León, está entrando, a nivel global, lo que necesite Europa. Porque somos deficitarios en España, pero entra sin ningún tipo de control ni exigencias. Las cláusulas espejo se deberían aprovechar a utilizar ahora para que lo que entre aquí sea con las mismas condiciones de trabajo que nosotros tenemos aquí», remarca Lorenzo Rivera.
En oleaginosas, igual que en cereales, la UE es deficitaria, y los grandes importadores, principalmente de soja, «somos importadores y sobre todo viene de Argentina y de Brasil. Las tortas de soja o el maíz son las principales que se están utilizando. Sin embargo, trigo no se importa prácticamente nada, ni cebada. El arroz hay una cuota en el acuerdo de unas 60.000 toneladas que se iría liberando año tras año y necesitamos, solo para el consumo de arroz en la Unión Europea, tres millones y medio de toneladas».
Por tanto, «en el arroz no habría ningún problema. Sí en el azúcar, que son 180.000 toneladas, con una cuota específica para Brasil y otras 10.000 toneladas para Paraguay. Es el sexto producto más importado de Mercosur aquí en Europa y Brasil el mayor exportador del mundo de etanol y el segundo mayor productor de etanol, tanto de maíz como de caña», añade Rivera. «Nos afectaría, por supuesto, a Castilla y León y Andalucía, pero fundamentalmente a Castilla y León, donde más cultivo de remolacha hay, esta entrada de azúcar en el mercado europeo, porque además de ser deficitarios en España, llegaría más cantidad, porque ahora está viniendo azúcar de Francia, pero vendría más de otro lado».
En la otra cara de la moneda, en el olivar «en principio, sería el más beneficiado». Y en el sector del vino «es el segundo producto más exportado de España a Mercosur y con la bajada del consumo, en principio, esas exportaciones vendrían bien al sector», apunta.
Sin embargo, «hay que tener en cuenta que Argentina también es un gran productor mundial de vino. Y Brasil, que está creciendo, y Chile como principal competidora de vinos a granel». Por otro lado, «hay que tener ciertas prácticas enológicas, sobre todo, la protección de las DO, que allí no existen, las denominaciones de origen, y sobre todo, que están utilizando virutas de roble para el envejecimiento del vino, en vez de en barricas, que es lo obligatorio aquí, en las bodegas, donde forman parte de las denominaciones de origen».
En frutas y hortalizas «se verían afectados, sobre todo, los cítricos y el melón. Un dato importante, Brasil, por ejemplo, exporta a la Unión Europea 161.000 toneladas al año de melón, el 21% del total de las importaciones. España produce melón, sobre todo en la temporada de producción de aquí, porque ahora hay melones en invierno que aquí no se producen. Bueno, que vengan de donde sea, pero en la época de producción de aquí se solaparía. El zumo de naranja y otros zumos se liberalizarían y se aprovecharían ellos de esta cuestión, porque son grandes productores de limones, pomelos, etcétera», continúa el responsable de Coag en Castilla y León.
Sobre otros cultivos, «Brasil y Argentina se beneficiarían en el acuerdo, a su vez, de Mercosur, porque liberalizarían las frutas y hortalizas, la Unión Europea de, por ejemplo, manzanas, peras y nectarinas, y que sí que se podrían exportar desde la Unión Europea a Mercosur».
Salvaguardia
Algunas medidas incluidas en el acuerdo suenan bien, como las denominadas ‘medidas de salvaguardia’, pero los agricultores y ganaderos desconfían de ellas por el resultado que han dado en otros acuerdos comerciales. «En cuanto a aplicar medidas de salvaguardia en el caso de que se vean perjuicios en empresas nacionales por las importaciones, en caso de venir masivamente estos productos, está claro que esta cláusula no ha sido contemplada nunca, ni ha sido eficaz, porque nada más hay que recordar acuerdos como el del norte de África con Marruecos. La entrada de tomates se ha intentado denunciar para que se ponga en marcha la cláusula de salvaguardia y nunca se ha puesto en marcha por parte de la Unión Europea. Luego te dejan abandonado y una vez que está firmado el acuerdo difícilmente vamos a poder parar eso», advierte Ribera.
En 2023, las exportaciones de España a Mercosur fueron de 420 millones de euros, pero las importaciones, de 4.094. «Tenemos un déficit de 3.674 millones. Y la Unión Europea exportó a Mercosur productos agroalimentarios por valor de 3.356 millones de euros, pero importó de Mercosur 23.734 millones», explica Ribera. «Luego hay un saldo negativo para la UE de 20.378 millones de euros. Ese desequilibrio, no solo económico, en el comercio que hay en Mercosur, va a aumentar, sobre todo en España», lamenta. «Quien más se va a beneficiar de esto, evidentemente va a ser Alemania y otros países del centro y norte de Europa, donde se van a cambiar los coches, productos farmacéuticos, fitosanitarios, etcétera, otros bienes de servicios que aquí se pueden vender a estos países, pero España en este aspecto tiene poco que rascar».
Rivera recuerda que Coag Castilla yLeón acudirá este lunes a Madrid a protestar: «Creo que es un cambio de cromos en el que otra vez la agricultura se pone en la balanza, pero con un desequilibrio total, en beneficio de la industria del automóvil y de otras industrias, y no hay ni cláusulas espejo por ningún lado en el acuerdo, ni el ministro ha cumplido con su palabra de defender esas cláusulas espejo en los acuerdos comerciales», concluye.
El secretario general de UPA Castilla y León, Aurelio González, apunta que el acuerdo Mercosur «tal como está planteado, que viene negociándose desde hace 25 años, si no se cambian algunas cosas, si no se matizan, puede ser perjudicial para Castilla y León en algunos sectores. Nosotros lo que decimos es que a lo mejor hay comunidades con aceite de oliva que se van a beneficiar, otras son productoras de vino de bajos costes, de bajos precios, que también se pueden beneficiar, pero desde luego en Castilla y León tenemos más complicado para obtener beneficios de este acuerdo de Mercosur».
«En cambio, sí podemos vernos perjudicados por el vacuno de carne, si se hacen mal las cosas», admite González. «Si se hacen bien, 99.000 toneladas de carne repartidas para toda Europa, cuando en Europa producimos más de 7 millones de toneladas de carne, a lo mejor tampoco influye mucho. Tampoco influye mucho en España, pero si no se hacen bien, puede influir mucho en la comunidad de Castilla y León. Y lo mismo con el resto de sectores. Creemos que los cereales y el maíz, sobre todo, pueden sufrir, pero también es bueno o positivo en cuanto a que puede bajar el precio de la soja, que es el principal componente de los piensos».
Con lo cual, apunta el responsable autonómico de UPA, «hay que ver la letra pequeña, pero lo primero es decir que ahora hay que estar pendientes de, primero, si el Parlamento Europeo le da el visto bueno, habrá que empezar a ver cómo afecta a cada uno de los Países Miembro, cómo es ese reparto, qué le corresponde a cada uno, y ahí estaremos atentos», remarca. «Ahora, de momento, lo que hay es un compromiso de la presidenta de la Unión Europea, la firma de un acuerdo por parte de la presidenta, la señora Von der Leyen, y nada más. Ya veremos en qué queda todo».
«Nosotros ya lo dijimos claramente en la última movilización que hicimos a las puertas de la Vilafranquina, de la harinera, convocada por Asaja, Coag y UPA. En Castilla y León hay total colaboración, total acuerdo, y seguiremos con ese plan de movilizaciones para intentar solucionar el sector más perjudicado ahora mismo por los temas de mercado, que es el sector cerealista, en los costes y, sobre todo, ya metimos también el otro día en la reivindicación un acuerdo de Mercosur que no perjudique a nuestros agricultores y ganaderos. Y eso lo mantendremos en Castilla y León, en unidad de acción, porque teníamos un plan de ir a todos los operadores de mercado a hacer actos de protesta», concluye Aurelio González.
Balanza
También aporta sus matices el coordinador de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín: «Lo de Mercosur todavía es, digamos, un preacuerdo. Eso tiene que ser ratificado después por el Parlamento Europeo y por los parlamentos de los Estados Miembro, porque afecta después a cada uno de ellos», puntualiza. «Es decir, que hay todavía mucha partida que jugar. Pero en principio es, digamos, un mal comienzo. Y es nefasto para los intereses de Castilla y León porque aquí hay productos muy sensibles. El primero, evidentemente, son los cereales, que ya de por sí están en un precio por debajo del coste de producción».
Aunque haya sido un «año bueno» en producción de cereales, en términos generales, «con estos precios, apenas se cubren los costes de producción», remarca Palacín. En segundo lugar, en cuanto a la carne de vacuno, «somos un potencial en vacuno de carne, Castilla y León. Evidentemente, vamos a luchar contra países como Uruguay, como Argentina, que son grandes exportadores de vacuno de carne y que no cumplen ni de lejos todo el tema de sanidad animal que cumplimos aquí. Y que tienen que pasar estrictos controles de sanidad animal, de pruebas de tuberculosis, y sin embargo, en esos países, no tienen ninguna campaña de saneamiento ni nada por el estilo».
«Es más, es posible que utilicen productos que aquí están prohibidos, pero es que no hay ningún control en frontera para detectar esos posibles residuos que pueda tener. Y, evidentemente, no hay ningún control de certificación de origen para verificar que cumplen los mismos estándares de calidad que aquí, los saneamientos tan estrictos que hacemos aquí. Por tanto, vamos a competir en desigualdad de condiciones. Una competencia absolutamente desleal», subraya.
«Si sale al final de acuerdo, hay que luchar con uñas y dientes por las cláusulas espejo. Que cumplan estrictamente los mismos estándares de calidad que aquí. Al final no nos podemos negar a que haya libre mercado, porque también a nosotros en algunos productos nos interesa poder exportar, pero lo que sí tenemos que exigir es que cumplan estrictamente los mismos requisitos que cumplimos aquí», señala.
«Pero no vale ponerlo en un papel. Después hay que tener herramientas para verificar esto», advierte el coordinador de UCCL. «Nosotros proponemos dos. La primera y la que más apostamos por ella es la certificación en origen. Es decir, que funcionarios de la Unión Europea vayan al país de origen y certifiquen que realmente cumplen los estándares de producción que tenemos aquí. Y el segundo control es el control en frontera. Pero sabemos que el control en frontera es muy complicado de llevar a la práctica por el volumen de contenedores y mercancías que se mueven». Por ello, el preferible para la Opa es la certificación en origen.
«Cuando realmente verifiquemos que cumplen los mismos requisitos de aquí, certificamos que pueden exportar a la Unión Europea. Mientras tanto, evidentemente no. Es lo que hacen en muchos países como Estados Unidos con nuestros productos. Esto no es nuevo. Esto ya está funcionando», remarca.
En cuanto a si beneficiará a algunos productos como el vino, «también puede perjudicarlo», apunta. «Chile es un gran exportador de vino. Y no hay que olvidar el azúcar. Brasil es un gran productor de azúcar, también de carne. Ya están metiendo mucho azúcar. British Sugar está refinando mucho azúcar de Brasil en España. Con este acuerdo, va a refinar mucho más. A British Sugar le interesa eso, no hacer azúcar de la remolacha de aquí, le va a venir muy bien este acuerdo», concluye.
Las medidas
> Protección de las normas europeas. Es el aspecto que más preocupa a agricultores y ganaderos, que no se fían del cumplimiento de lo que dice el acuerdo. Según el texto del tratado, las normas sanitarias y fitosanitarias de la UE no son negociables y no se ven afectadas por el acuerdo de asociación ni por ningún otro acuerdo comercial. Las decisiones que toma la UE para proteger su producción y a sus consumidores de los productos importados se basan en evaluaciones de riesgo realizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Así, las estrictas normas sanitarias y fitosanitarias de la UE no cambiarán. La UE se reserva el derecho a fijar niveles máximos de residuos para los plaguicidas, los medicamentos veterinarios o los contaminantes.
> Protección de las normas europeas de seguridad alimentaria. Según el acuerdo, la UE sigue siendo libre para regular la seguridad alimentaria, y plenamente independiente a la hora de regular las nuevas normas sanitarias y fitosanitarias en interés de la salud de su ciudadanía. El acuerdo contempla el «principio de precaución», que permite tomar medidas para proteger la salud de la ciudadanía de la UE cuando las pruebas científicas sobre la seguridad de los alimentos importados no son concluyentes. Todos los alimentos importados deben cumplir las normas sanitarias y fitosanitarias de la UE que se aplican a todos los productos que se venden en la UE, ya sean de producción interna o importados. La duda de agricultores y ganaderos de Castilla y León es si se establecerá un sistema de controles eficiente que permita garantizar el respeto de las normas de la UE que ellos sí deben cumplir.