La nieta de Ursicino

Tiene uno la sensación de comprobar cómo pasan los años, tan callando. Al mismo tiempo, es un regalo que nos permite rebuscar en el recuerdo. En mi caso, en el archivo profesional, secuencias de un pasado no muy lejano, apenas 25 vendimias, que reavivan de nuevo la noticia del vino. Y este es el caso de Paloma -una adolescente que aparecía fugazmente al lado de su hermana en la foto familiar- cuando por motivos de trabajo visitaba a Carlos Moro, su padre, que durante décadas no ha dejado de crear, innovar y producir vinos de calidad. Con lo que son innumerables los contactos habidos con el hijo de Ursicino, que hoy encuentra el relevo en su hija Paloma al frente de la nave nodriza que pilota el mayor grupo empresarial vitivinícola de Castilla y León.

En plena vendimia se celebró el 30 aniversario de Emina, buque insignia de ese grupo empresarial. Hay efemérides y eventos que están más que justificados. Uno de ellos el que nos congregó al lado de Carlos Moro y de los suyos el pasado 24 de septiembre en las instalaciones de Emina. Paloma toma las riendas y rompe, por el momento, con cierta mala fortuna en las sagas familiares del Duero que en los últimos años han deshilachado iniciativas de bodegas de origen y corte familiar. En este caso la continuidad está garantizada.

Solo el escenario y lo que rodea a Emina -sin contar el resto- es de vértigo: patentes, innovaciones, enoturismo y un arco de creatividad y gestión empresarial inusitado. Toda una alianza entre la vieja espadaña del monasterio anejo, la autovía inconclusa, el turismo cada vez más en auge y el verdadero motor de su economía: el sector del vino. Que, desde hace décadas, ha seguido creciendo, innovando, generando empleo y apostando por el fenómeno cultural del vino en todas sus direcciones.

Hoy me toca escribir sobre la joven Paloma Moro, la presidenta de Emina desde hace dos años. Emina es la matriz de un grupo vitivinícola de once bodegas presentes en los mercados del vino y en distintos frentes tecnológicos e innovadores dentro del sector. El germen tiene su origen en Valbuena allá por la vendimia del 86. Hoy Paloma deberá gestionar casi un millar de hectáreas, unos 15 centros de producción, más de cinco millones de botellas, que se exportan a decenas de países.

Sin duda la responsabilidad adquirida deberá afianzar los proyectos que hoy permiten mantener muchos empleos, más de un centenar en todas las zonas donde se producen vinos. No es muy habitual que un mismo grupo tenga una relación estrecha con viña y bodega en denominaciones de origen como Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro, Rioja y las tres últimas incorporaciones de Ribeiro y Rías Baixas entre otras iniciativas que entran el sector del olivo y el aceite con almazara propia. Sin olvidar esa apuesta pionera en la región que fue la elaboración y comercialización del vino sin alcohol.

Centenares de etiquetas, vinos elaborados con un arco de cepajes impresionante que demuestra la capacidad para de diversificar su imagen en los mercados del vino. Paloma es licenciada en administración y Dirección de empresas y ha trabajado en España, Francia Inglaterra y Dinamarca, país en el que ha ocupado puestos de dirección en multinacionales danesas durante varios años. Entre otras actividades desarrolladas por Paloma, está la de su trabajo pedagógico y didáctico con clases de liderazgo y emprendimiento en la universidad de Copenhague. Paloma se enfrenta a los retos de crecimiento e internacionalización de su empresa, incrementando su presencia en los mercados internacionales sin abandonar otros campos de gestión vinculados al medio agrario y al cultural. Algo que hace por medio de una eficiente agenda cultural enoturística en casi todas las bodegas del grupo familiar, que un día abriera las puertas de la fama con la marca Matarromera. Formación, raíces familiares y motivación empresarial no le faltan a la nieta de Ursicino, presidenta de Emina. Suerte en esta andadura.