Un viaje al pasado del oro negro

Todo parece de película. Una de esas en blanco y negro protagonizada por Elizabeth Taylor y James Dean en Gigante ( 1956) con el telón de fondo de la extracción de petróleo; pero aquí, en Castilla y León, más concretamente en la localidad de Sargentes de la Lora (Burgos) encontramos otro pequeño ‘Texas’ a pequeña escala. Se trata del único campo petrolífero terrestre que albergó nuestro país, el de Ayoluengo, que permaneció abierto hasta enero de 2017. La historia de esta explotación burgalesa arranca en blanco y negro, con el telón de fondo del NO-DO un 6 de junio de 1964 a las 11:45 horas, cuando la tierra ‘escupió’ 5.000 litros de petróleo, dejando una mancha en una tierra de cultivo. Era la primera vez que se veía crudo en nuestro país tras años de prospecciones en las inmediaciones de la Paramera de la Lora, por lo que se desató entonces una especie de fiebre del oro negro. El hallazgo llenó de esperanza a la España de la época que dejaba atrás las heridas de la Guerra Civil e iniciaba el camino del desarrollo económico.

Los periódicos de la época (que se pueden contemplar en el interior del Museo) se hicieron eco de la gran noticia. ‘El Oklahoma Español’ llegaron a titular algunas cabeceras de tirada nacional como El Alcázar. Otros, como La Voz de Castilla o el semanario Sábado Gráfico se hicieron también eco del hallazgo. Los entonces Príncipes de Asturias, Don Juan Carlos y Doña Sofía, viajaron hasta la zona para ser testigos de este milagro de la naturaleza. Sargentes de la Lora se convirtió entonces en foco de atención del país. El municipio pasó de contar con dos tabernas a albergar 5 restaurantes para atender el trasiego diario de trabajadores de la explotación y otras personas que, de forma indirecta, acudían cada día a las inmediaciones de Ayoluengo.

Se calcula que cada día pasaban por allí 500 personas. Pero en su época de mayor esplendor –a mediados del siglo XX– se llegó a contabilizar hasta 1.500. En la década de los años 60 la extracción en el campo petrolífero de Ayoluengo llegó a ser de más de 4.000 barriles diarios. Sus pozos extraían el crudo con la técnica del bombeo para transportarlo a los tanques de almacenamiento. El campo cuenta con 52 pozos perforados de los cuales solo se mantienen en perfecto estado de uso 14.

Hoy, ese trozo manchado de crudo que abarcó 50 años de la historia de España, es un Museo que pretende documentar y mostrar cómo se extrae el hidrocarburo que está presente en nuestra vida diaria. El lugar hace un recorrido por la historia de este hallazgo, desde el estudio hasta la extracción y tratamiento, pasando por las visitas de distintas personalidades a este espacio museístico.

Además, se relata la historia geológica de la comarca de las Loras, catalogado como Geoparque Mundial por la Unesco, y sus características, que la hicieron apta para la búsqueda de petróleo, así como la de las instalaciones del campo petrolífero. También se muestra en su estancia cómo es el proceso de refinamiento del crudo, método a través del cual se obtienen los diversos derivados que utilizamos en nuestra vida diaria.

Para todos los públicos

El Museo del Petróleo es un lugar de visita obligada para familias y todo tipo de público que quieran documentarse sobre la radiografía del subsuelo, la extracción de hidrocarburo o sobre la historia económica y social que alberga. En nuestra visita descubriremos cómo fue en su época dorada el sueño por el oro negro. En una de las salas del museo, se reproduce el sonido de los pozos trabajando. El pasado 15 de marzo tuvo la apertura de esta nueva temporada. Como novedad han incorporado nuevas herramientas utilizadas en el campo petrolífero durante los 50 años de explotación.

El municipio burgalés atesora múltiples atractivos en la comarca, incluida su gastronomía con platos fuertes como el ‘Cocido Loriego’, un plato típico de Las Loras cuyos ingredientes principales son los garbanzos y el repollo.