MONTE LA REINA (TORO, ZAMORA)
Inaraja, el impulso de Toro
Carolina Inaraja, directora general de Bodegas Monte la Reina, lidera una corriente innovadora en vinos complejos, diferentes y arriesgados

Carolina Inaraja, directora general de Monte La Reina, es la bodeguera más joven de la DO Toro.
Es uno de los rostros femeninos que dirige los derroteros de una bodega emblemática de la DO Toro, Monte La Reina. Carolina Inaraja es la mujer más joven que está al frente de una de las bodegas que jalonan el terroir zamorano. Su carácter y espíritu marcan la impronta de los vinos de esta familia que lleva casi 40 años de historia en esta finca. El castillo neogótico, una joya arquitectónica del s.XIX que fue residencia familiar hasta que se destinó a hotel boutique, ejerce de anfitrión desde que se vislumbra imponente al llegar por la N-122. Hace poco más de dos décadas, en 2004, la bodega creada por el agricultor vallisoletano José Manuel Inaraja, sacó al mercado su primera vendimia. Sin embargo, la historia de Monte La Reina comenzó durante los primeros años como finca agrícola, siendo una de las más grandes en superficie de Castilla y León –cuenta con una extensión de 1.400 hectáreas de cultivo – . Las plantaciones de maíz, las patatas o la remolacha convivían con el cuidado del viñedo, destinado a vender uvas a las bodegas de la zona, siendo su principal actividad, hasta que en 2004 dio un giro al proyecto, levantando su bodega propia. «Mi padre era un hombre de campo, agricultor. Se percató del potencial que tenía la uva de la zona para emprender su propio vino. Yo soy la primera bodeguera de la familia», sostiene Carolina. Aunque desde siempre ha estado ligada al campo, donde ha transcurrido parte de su infancia, forma parte de la conocida como ‘generación cero del vino’ —es la primera de su familia enfocada profesionalmente a este sector—. Empezó a trabajar en la bodega en 2010, pero no fue hasta 2012 cuando tomó las riendas como directora. Hasta entonces se dedicó a conocer los distintos estratos de la empresa, desde la contabilidad hasta el proceso de embotellado del vino pasando por el puesto de comercial, y a formar su propio equipo de trabajo.
Inaraja cuenta con una sólida formación. Se licenció en Administración y Dirección de Empresas e Investigación en Técnicas de Mercado por la universidad San Pablo-CEU, además ostenta el nivel 3 WSET (Wine & Spirit Education Trust) y es experta en Gestión de Empresas Vitivinícolas por la Cámara de Comercio de Valladolid. Su know how le ha aportado un nuevo enfoque a la bodega, abriéndose a nuevos mercados y saliéndose del guión para elaborar vinos diferentes, alejados de cánones y formalismos.
«Gracias al vino he aprendido a ser más feliz, a vivir con pasión, a entender mejor quién soy y hasta dónde puedo llegar. El vino es más que un alimento, es un producto que traspasa fronteras para estar siempre en los mejores momentos de la vida de las personas. El vino genera sensaciones, despierta sentimientos. Te enseña los valores de una tierra, te traslada a un país, te deja saborear un clima. Es el tema de muchas conversaciones. Llena fotos y suscita seguidores. Se mimetiza con las modas, pero nunca pierde su tradición», afirma la bodeguera.
Innovación en cada botella
Conocedora de las bondades del clima y suelo de Toro, Carolina se ha propuesto ahondar en las múltiples posibilidades de la uva, impulsando una estrategia continua de innovación en Monte la Reina, donde se dedica constantemente a optimizar procesos y explorar las novedades del mundo vitivinícola. Juega con lo establecido y busca nuevos horizontes vinícolas, pero sin dejar de lado el respeto por las raíces y la tradición. Su propuesta es una de las más rompedoras. Como si de un soplo de aire fresco se tratara, la experimentación se ha convertido en la seña de identidad de este proyecto, que es todo un referente en el ámbito nacional. Esta visión empresarial dinámica no solo ha establecido a la bodega como líder en ventas de vinos blancos en la región de Toro —reconocida tradicionalmente por sus tintos—, sino que también ha facilitado su expansión global.
Monte la Reina comercializa cerca de un millón y medio de botellas al año, de las cuales exporta más de un millón a 38 países, llevando los distintos sabores de Toro a consumidores de todo el mundo. Inaraja traslada una visión vanguardista a cada una de las ocho referencias (seis tintos y dos blancos) que tiene en el mercado. Y en esa estrategia se apoya en José Nuño, enólogo de la bodega. Aunque es originario de Moral de Calatrava (Ciudad Real), este manchego se ha fraguado en el Duero y lleva casi diez vendimias en la casa.
Cuenta con una dilatada experiencia de más de 30 años entre viñedos de las zonas más importantes de España, como Alicante, Ribera, Rueda y, ahora, Toro. En un mano a mano, Nuño y Carolina son los artífices de unos vinos con carisma y carácter. Las referencias de Monte la Reina son variadas: desde vinos de la DO Toro con premios internacionales, como su reserva Inaraja, buque insignia de la casa que en 2020 se alzó con el premio al mejor vino de España en la Champions Wine 2020, hasta otros más enfocados a winelovers o sangrías y tintos de verano frescos y desenfadados.
Verdejo y Chardonnay
La estrategia impulsada por Carolina ha llevado a la bodega a liderar nuevos proyectos marcados por la diversificación y el estudio de nuevas variedades. La innovación ha sido el cimiento sobre el que se ha asentado la empresa. Basta decir que fue pionera en la elaboración de vino verdejo amparado bajo la DO Toro. También le ha llevado a ser una de las primeras en elaborar blancos con uva chardonnay. Así nació ‘Salvaje’, un vino diferente que se sale de la norma, el primer chardonnay de la comarca de Toro. Está elaborado al 100% con uva chardonnay procedente de un viñedo plantado hace ocho años y fermentado en barrica, con crianza de tres meses en barrica, ‘Salvaje’ resulta fresco y cítrico en nariz, ya en boca tiene una buena acidez y frescura, aporta untuosidad y nervio.
Durante el proceso de vinificación emplean en su mayoría barricas de roble francés, aunque también hay algunas de roble del Cáucaso para la elaboración de algunos vinos especiales como su Cuvée Privée, el vino más premiado de la bodega. Elaborado con uvas sobremaduradas, cuenta con un complejo potencial aromático de frutas maduras, tostados y dulces, con mineralidad presente.
Su última novedad ha llegado de la mano de Jade, nombre del monovarietal elaborado con uva tinta de toro, cuya particularidad es que se cría durante 12 meses en barricas de roble francés tostadas con jade volcánico, aportando mineralidad, toques ahumados y frescura únicos. Perteneciente a la añada de 2021, es un vino elegante, intenso y equilibrado, con aromas minerales y nota particulares en un vino en el que ha colaborado con una tonelería portuguesa. Se trata de un vino sorprendente que ha sido bien acogido por la crítica, con 91 puntos en Decanter y 95 puntos en la Guía Verema.
Primer espumoso
Los espumosos marcan una nueva línea en la inspiración de los vinos Monte La Reina como refleja Claudia Moreno, nombre que lleva el nuevo espumoso de Monte La Reina, inspirado en el vínculo especial entre Carolina Inaraja y su sobrina Claudia. Un exclusivo brut que combina 50 % de chardonnay y 50 % de verdejo, fresco, equilibrado y con abundante presencia de su burbuja natural.
Carolina lidera una nueva gama de vinos de Toro diferentes y diferenciadores: explora variedades de uva, investiga con nuevas formas de vinificación y rastrea nuevas posibilidades. Como si de un artista se tratara, dibuja un nuevo terroir, da pinceladas de color a la comarca de Toro con el arraigo y la tradición de la mano.