CIELITO LINDO (MANCERA DE ABAJO, SALAMANCA)
Isabel, entre el Carmelo y México

En la foto, Isabel, con una fuente de asado en el interior del comedor del Cielito Lindo en Manceras de Abajo.
Dicen que es el mejor arroz con bogavante de la ruta teresiana. Uno de los últimos hornos de leña, siempre cochinillo y lechazo, el mostrador con mejores tapas de la comarca. Carrilleras, estofados de alubias, carnes rojas, menestra, platos modernos y jamón en la mesa. Los padres de Isabel López volvieron de EE. UU., allá por los 70 tras una estancia en México. Y les encantó. Por eso hace 40 años pusieron al bar del pueblo Cielito Lindo. No hay tacos, ni mariachis, ni chiles, solo una cocina bien planteada que satisface los gustos de la comarca y de los numerosos forasteros que frecuentan a diario y llenan todos los fines de semana su comedor.
Comensales, lugareños, peregrinos y cada día más buscadores de sitios para comer muy bien en el medio rural. Isabel logra con oficio, serenidad y media sonrisa crear el mejor clima en el pequeño restaurante situado en la plaza mayor de Manceras de Abajo. Abierto todos los días y garantizando el café pronto. Menús del día entre 12 y 15 euros. A la carta, por unos 35-40 euros. Asados en horno de leña, raciones, de pulpo, gambas y paté con pan de nueces, entre otros aperitivos. Cocidos, guisos y postres de elaboración propia.
El negocio que dirige Isabel cuenta con respaldo familiar: su marido y su cuñada y dos puestos de trabajo. También cocina para llevar a los domicilios y en verano encargan arroces y asados desde los pueblos próximos. El restaurante de Isabel está bien planteado, atendido, decorado y defiende una comanda impecable dentro de la cocina rural salmantina sin recurrir a los tópicos provinciales. Nos hemos pasado la vida en la cocina mezclando y fundiendo personajes y periodos históricos, la mayor parte de las veces sin fundamento, pero este restaurante de Manceras de Abajo logra esa fusión con notoriedad.
Está situado en una población salmantina ligada a San Juan y Santa Teresa, es un enclave teresiano en la ruta de la ‘cuna al sepulcro’ y con convento de clausura de carmelitas descalzas. Isabel no recurre a pucheros celestiales ni a ‘tacos padrísimos’. Cocina rural de la buena. Merece la pena sentarse en su mesa. Chapeau por Isabel.