Diario de Castilla y León

COCINA

Ricardo Temiño, la nueva estrella Michelin de Burgos

El chef amplía el brillante firmamento culinario de Castilla y León con un menú evocador repleto de versiones de vanguardia del recetario tradicional de su tierra

Ricardo Temiño en su cocina.

Ricardo Temiño en su cocina.SANTI OTERO

Publicado por
Laura Briones
Burgos

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A gloria le sabe a Ricardo Temiño el reconocimiento que hace apenas diez días colocaba su propuesta más personal en el selecto listado de recomendaciones de la Guía Michelin. El burgalés cosechaba en Murcia una nueva estrella para el cada vez más cuajado firmamento gastronómico de la provincia y de Castilla y León y aún le dura la emoción. Tras unos días intensos y la avalancha de felicitaciones de rigor, que el chef, abrumado, agradece de corazón, toca asimilar el sueño cumplido. Y disfrutarlo, que es lo que se marcan como meta a corto plazo tanto él como Cristina Lázaro, su pareja, socia y, según Temiño, responsable de «más de la mitad» del galardón recibido por, además de hacer su parte del trabajo, servir de sostén emocional.

«Queremos saborearlo», insiste, convencido de la necesidad de reposar lo vivido en el último año, desde que, asentada La Fábrica en su nueva ubicación, se lanzaron a dar forma a esa bifurcación hoy laureada: Ricardo Temiño Restaurante. «Fue cuando empezamos a creer que la estrella podía llegar. Crear este espacio exclusivo para el menú degustación implica ya empezar a cumplir con los requisitos exigidos. Además, por supuesto, hay que cocinar rico, tener buen servicio y trabajar mucho. Sabíamos que había posibilidades, pero no esperábamos que ocurriera tan pronto», confiesa el cocinero burgalés, para subrayar, una vez más, que todo el equipo -con el que se deshace en elogios- «está supercontento».

Así lucía él, de hecho, sobre el escenario del Auditorio Víctor Villegas el pasado 26 de noviembre mientras se colocaba la chaquetilla que materializaba su deseo y una locución destacaba la capacidad que emana de su menú ‘estrellado’ para demostrar «que siempre se puede ir más allá». Y es que ese es precisamente el objetivo de ‘Camino’ la propuesta única con la que Ricardo Temiño Restaurante da la vuelta al recetario tradicional. «Lo que hacemos son versiones más conceptuales, adaptadas a la cocina de vanguardia actual, de platos arraigados en nuestra tierra. Ir más allá es que en este menú gastronómico tenga cabida una sopa castellana, una olla podrida o un lechazo asado», relata el artífice de unos bocados que, en esencia, buscan activar la memoria. «Queremos evocar recuerdos, sorprender. Lo que más nos gusta es que el comensal nos diga que la sopa castellana sabe a la que le hacía su abuela», añade.

A este fin se suma la encarnación en 16 pases -4 aperitivos, 3 preludios, 5 platos, 3 postres y petit fours- del singular papel de cruce de caminos que a lo largo de su historia ha tenido la provincia de Burgos: la ruta jacobea, las de la lana y el pescado, el trazado ferroviario... «Es algo que nos ha enriquecido, que nos llevó a ser considerados el mar de Castilla, porque los carros del Cantábrico pasaban cargados por aquí e intercambiábamos peces por lana. Hemos recibido peregrinos de todo el mundo, que nos acercaban visiones distintas, del mundo y de la cocina. Es esa la herencia que reivindicamos», señala Temiño.

Y todo, con el producto de calidad por bandera, claro. Venga de donde venga, precisa, pues su cocina «diversa» se ha de alimentar de materia prima de rincones dispares. «No voy a privarme de trabajar gamba de Huelva porque no sea de proximidad», precisa. La clave, añade, es emplear técnicas que impriman ese sello local y, por ejemplo, hacer un escabeche castellano con el crustáceo de la costa andaluza.

Entraña este caso, sin ir más lejos, el espíritu de las creaciones de un Ricardo Temiño que añadía la citada estrella a un universo ya alumbrado por un Sol Repsol. Refulge, pues, el presente del chef, que elude hablar de un futuro que no sea inmediato: «Tenemos que madurar lo que nos ha pasado. Si ya era para nosotros un acto de responsabilidad que un cliente que paga 90 euros por el menú cumpla sus expectativas y se marche satisfecho, ahora lo es todavía más».

LOGRO COMPARTIDO

Más allá del éxito personal, el burgalés interpreta la proliferación de reconocimientos de la Guía Michelin a propuestas de la provincia como un logro compartido de toda la sociedad, una llamada a «creérnoslo» y la consolidación de un camino iniciado por los pioneros de la cocina de vanguardia «hace décadas, cuando quizá ni el sector ni los comensales estábamos preparados», que sentaron las bases para el triunfo actual. La Capitalidad Española de la Gastronomía, lograda en 2013, fue a juicio de Temiño el «punto de inflexión» que «nos convenció de que podíamos hacer algo distinto». Los frutos, relucen.

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