VALLADOLID
Bancos más accesibles
Un proyecto realizado por graduados de la UVa y premiado por el programa Prometeo facilita la comprensión de las operaciones bancarias a las personas mayores mediante el uso de la realidad virtual

Javier Garcia, Noelia de Prado y Khadija Belaouja que han participado en el proyecto ‘VR Banking Senior’
El rápido avance de las nuevas tecnologías se ha extendido a multitud de aspectos de nuestra vida cotidiana como es el ámbito bancario, facilitando su uso para muchos pero, a su vez, dificultando su acceso para otros. Un grupo de egresados de la Universidad de Valladolid (UVa) ha querido aportar su grano de arena a esta problemática que afecta en gran medida a las personas mayores, facilitando la comprensión de las operaciones bancarias mediante el uso de sistemas de realidad virtual.
‘VR Banking Senior’ nace de la mano de tres recién graduadas en Trabajo Social, dos doctores en esta misma área y una doctora licenciada en Arquitectura bajo la dirección del profesor Juan María Prieto Lobato, del Departamento de Sociología y Trabajo Social. Una «diversidad de áreas de conocimiento y de experiencias profesionales que ha sido, sin duda, un factor clave en el desarrollo del prototipo», según explica Javier García García, el egresado que ha estado a cargo de la coordinación del proyecto.
Este simulador de operaciones bancarias nace dentro de los Proyectos de Innovación Docente que impulsa la UVa, dentro de los que Prieto Lobato lleva tiempo coordinando iniciativas de aprendizaje-servicio con personas mayores de la ciudad.
«Hace un par de años, en una edición centrada en imaginar la ‘ciudad soñada’ por las personas mayores, organizamos unas sesiones en las que aparecieron muchos temas sobre las dificultades del día a día, pero hubo uno en el que todo el mundo coincidía, lo complicado que resultaba manejar los cajeros automáticos. Desde entonces tuvimos claro que había que hacer algo y nos pusimos a trabajar en ello», remarca García García.
Su iniciativa parte de la premisa de ofrecer una opción a las personas mayores para poder interactuar «de forma sencilla y segura» con los cajeros, permitiéndoles familiarizarse con su uso «de forma amigable».
«Utilizar este simulador es bastante sencillo», remarca. Su sistema parte de una situación en la que la persona usuaria está sentado en una silla con las gafas de realidad virtual. Una vez lanzado el sistema a su derecha aparece una tarjeta de crédito virtual y, gracias a los controladores que simulan las manos, puede cogerla e introducirla en la ranura o pasarla por el contactless. «A partir de ahí puede practicar las operaciones más comunes, retirar o ingresar dinero, consultar el saldo, ver los movimientos de la cuenta e incluso probar otras funciones como pagar recibos o impuestos. Todo ello en un entorno muy realista, lo que hace que la experiencia sea bastante intuitiva y fácil de seguir». Así, quieren cumplir dos objetivos, por un lado, «fomentar la independencia financiera de las personas mayores», y, por otro, «reducir la exclusión digital que sufren».
«Creemos firmemente que VR Banking puede contribuir verdaderamente a conseguir estos objetivos. Además, el potencial de adaptación de esta herramienta puede incluso plantearnos lograr otros objetivos en un futuro», remarca.
Para su diseño el primer paso que dieron fue el diagnóstico participativo de la situación, que dio paso al diseño de la interfaz y la estructura del primer prototipo del simulador de realidad virtual. Más tarde pasaron al desarrollo técnico, algo para lo que contaron con la colaboración de personas expertas en desarrollo 3D. «Entre todos se elaboró un prototipo funcional que probamos en diferentes localidades mediante pruebas en las que pedimos a las personas mayores que probaran las gafas y nos dieran su opinión, algo que nos sirvió para ajustar diferentes detalles».
Sus siguientes pasos son «seguir trabajando en el desarrollo y la difusión del proyecto con el objetivo de llevar el simulador al mayor número de personas posible». El hecho de haber sido premiados por el Programa Prometeo asegura el egresado que supone «un verdadero impulso» en este sentido para poder acercar la tecnología a las personas mayores. «Nos encantaría que esta herramienta fuese empleada en los diferentes recursos que existen actualmente como por ejemplo en los Centros de Vida Activa del Ayuntamiento de Valladolid».
«Estamos convencidos de que la tecnología tiene que estar al servicio de las personas, y no al revés. Sin embargo, sabemos que los cajeros automáticos pueden generar miedo o inseguridad en las personas mayores. Pensamos en varias opciones, pero queríamos algo lo más realista posible y que además pudiéramos ir adaptando y mejorando a partir de las pruebas que hiciéramos. Por eso nos decidimos por la realidad virtual, porque permite recrear situaciones muy parecidas a la vida real y, al mismo tiempo, es una herramienta flexible para enseñar de forma práctica y segura».
Llevar su proyecto a este grupo de personas apunta que puede ayudar a «incrementar su autonomía», algo que considera esencial «para una vida en plenitud y para mejorar su calidad de vida».
«Entendemos este proyecto como un deber. Las personas mayores son las que nos han ayudado a adquirir nuestras capacidades cuando éramos pequeños. Ahora toca devolverles todos esos aprendizajes en forma de cariño y respeto, tratando por supuesto de frenar todos los cambios sociales y tecnológicos que, de una u otra forma, provocan o sustentan la exclusión digital de las personas mayores. Si gracias a esta idea logramos que al menos una persona mayor pierda el miedo de utilizar un cajero automático, para nosotros el esfuerzo habrá merecido la pena», incide el egresado de la UVa.