SALAMANCA
Un sistema para salvar tu corazón
El IBSAL desarrolla una herramienta para identificar a los pacientes que han sufrido un infarto y presentan un riesgo elevado de sufrir un trombo, una complicación que puede ser mortal

El equipo del Servicio de Cardiología del CAUSA.
La aparición de un trombo en el interior del ventrículo izquierdo es una complicación relativamente frecuente, dándose en entre un 7% y un 20% de los pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio. Estos trombos a su vez conllevan un riesgo elevado de otras complicaciones como el embolismo y de ictus cardioembólico, que cuenta con una elevada mortalidad y se sitúa como una de las principales causas de discapacidad en los pacientes que sufren esta complicación. Es por ello que su detección mediante el seguimiento es fundamental para que las personas afectadas puedan iniciar terapias anticoagulantes y resolverlo. En este marco un estudio coordinado por el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha desarrollado un modelo innovador para predecir el trombo ventricular izquierdo.
Es por ello que su detección mediante el seguimiento es fundamental para que las personas afectadas iniciar terapias anticoagulantes y resolverlo. En este marco un estudio coordinado por el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha desarrollado un modelo innovador para predecir el trombo ventricular izquierdo.
En la mayoría de los casos, estos trombos son de pequeño tamaño por lo que pueden pasar desapercibidos al realizar una ecografía de corazón, siendo la resonancia magnética cardíaca la técnica de elección para confirmar su presencia dentro del ventrículo izquierdo.
Desgraciadamente, esta es una técnica con un elevado coste y disponibilidad reducida en la mayoría de los centros, por lo que son necesarios algoritmos de estratificación de riesgo que nos permitan no dejar de hacer un estudio de resonancia magnética cardíaca a un paciente que realmente lo necesita.
Es por ello que el objetivo de este proyecto es identificar variables fácilmente accesibles que permitan valorar qué pacientes tienen mayor riesgo de sufrir un trombo intraventricular tras sufrir un infarto agudo de miocardio y que estos puedan ser priorizados para la realización de una resonancia.
La iniciativa ha estado liderada por el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, el Hospital Clínico Universitario de València y el área Enfermedades Cardiovasculares del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERCV), grupo con una experiencia larga en la caracterización del infarto agudo de miocardio por resonancia magnética cardíaca.
Estos han contado con la colaboración del Servicio de Cardiología del Complejo Asistencial de Salamanca, un grupo consolidado en el CIBERCV, que cuenta con la mayor experiencia en el país de la incorporación de un equipo de resonancia magnética cardíaca a la gestión de pacientes con enfermedades del corazón. Además, han contribuido también el IBSAL, el Hospital Clínico Universitario de Salamanca y los Hospitales Clínic y Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.
Candelas Pérez del Villar Moro, cardióloga especialista en imagen cardíaca del Servicio de Cardiología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, ha colaborado en la iniciativa que aporta una solución prometedora para optimizar la detección de estos trombos y avanzar hacia una medicina de precisión al haber identificado 5 variables en la historia clínica al alta de los pacientes.
La concurrencia de dos de estas variables de riesgo alto y al menos una de menor riesgo identifican a un conjunto de pacientes con una prevalencia de sufrir este tipo de trombos de casi un 20%, un19,6%.
Además, el estudio dirigido por el doctor Víctor Marcos Garcés, investigador del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de INCLIVA, concluye que el trombo ventricular izquierdo puede predecirse en los primeros 6 meses tras el infarto a partir de variables fácilmente accesibles antes del alta hospitalaria.
En un principio, el modelo predictivo inicial se formuló a partir del conjunto de pacientes reunidos por parte del Hospital Clínico Universitario de València y el resto de colaboradores. Más tarde se empleó a los pacientes de Salamanca que habían sufrido un infarto y se les había hecho una resonancia magnética cardíaca para valorar si el modelo era aplicable a pacientes con infarto agudo de miocardio y así validar los resultados.
Así, durante la investigación un total de 590 pacientes con infarto agudo de miocardio fueron evaluados durante su ingreso hospitalario mediante historia clínica, electrocardiogramas y ecografías cardíacas. Y, posteriormente, se les realizó una resonancia magnética cardíaca para analizar de forma exhaustiva la estructura y función del corazón, logrando detectar el trombo ventricular con mayor fiabilidad.
«Actualmente, nuestro grupo está valorando si técnicas más accesibles y más rápidas como la realización de una tomografía computarizada con tecnología espectral puede ayudar en este contexto», apunta la profesora asociada de la Universidad de Salamanca (USAL) y secretaría científica del IBSAL.
De cara al futuro tienen como objetivo final la implementación de los hallazgos a la práctica clínica, puesto que «este modelo se puede aplicar a modo de calculadora de riesgo de cara a priorizar la realización de ese tipo de resonancia en estos pacientes».
Una complicación grave
El trombo ventricular izquierdo aumenta significativamente el riesgo de ictus y mortalidad, incluso años después de haber sufrido el infarto por lo que su identificación a tiempo es fundamental. La complicación surge, ya que la mitad de los trombos pueden pasar desapercibidos en las ecografías cardíacas, una herramienta utilizada más comúnmente que las resonancias magnéticas cardíacas debido a su alto coste y limitada disponibilidad.
«Tras la generalización de la terapia de reperfusión en el infarto agudo de miocardio, el desarrollo de trombo intraventricular es la complicación más frecuente en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio».
«Este tipo de infarto se produce por oclusión trombótica de una arteria coronaria que condiciona la necrosis del músculo distal a la oclusión de forma proporcional al tiempo de isquemia. Aquellos infartos con mayor territorio afecto desarrollan a medio plazo esta complicación que puede ser mortal o muy invalidante por lo que su manejo es una prioridad a atajar en estos pacientes», explica.
Es por ello que Villar Moro considera que «los resultados de este proyecto ponen en manos de los cardiólogos clínicos una herramienta para identificar a aquellos pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio con un riesgo elevado de presentar un trombo intraventricular, y priorizar la realización de las pruebas de imagen apropiadas, que en este caso es la resonancia magnética cardíaca, para identificarlo y tratarlo de forma adecuada».