Diario de Castilla y León

ELECTRICIDAD

El ‘boom’ del autoconsumo de energía solar dispara la producción en 5 años en Castilla y León

La Comunidad registra un aumento exponencial de la electricidad generada mediante paneles fotovoltaicos para uso propio de hogares y empresas, que pasa de los 8,5 megavatios de 2019 a los más de 390 del último año

Instalación de paneles fotovoltaicos en una imagen de archivo.

Instalación de paneles fotovoltaicos en una imagen de archivo.Ical

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Valladolid

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Disponer de energía eléctrica sin depender exclusivamente de la red y, por lo tanto, sin pagar elevadas facturas a ninguna compañía. Es el sueño de muchos consumidores que solo unos pocos pueden cumplir, aquellos que han dado el paso y se han sumado a la tendencia del autoconsumo. Esta modalidad vive un auténtico ‘boom’ en Castilla y León en los últimos años, ya que las instalaciones crecen de manera exponencial año a año y la potencia que estas generan multiplica por 45 la que se producía solo cinco años atrás.

Son datos del Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), dependiente de la Junta, y que confirma que cada vez son más los usuarios que apuestan por instalar en sus viviendas o empresas paneles fotovoltaicos con los que generar su propia energía. Al cierre del pasado año 2024 eran 20.560 las instalaciones de este tipo repartidas a lo largo y ancho de la Comunidad tras un incremento constante desde 2019 que, eso sí, sufrió un leve frenado en este último ejercicio.

Las cifras que maneja el EREN y consultadas por este periódico arrancan cinco años atrás, en 2019, cuando en el conjunto de Castilla y León se alcanzaban los 8.527 kilovatios de potencia fotovoltaica destinada al autoconsumo. Desde ese periodo, las cifras se han venido incrementando cada año y siempre más que el anterior con la única excepción de 2024, cuando la nueva potencia fue menor que el anterior.

Así, y frente a esos más de 8.500 kilovatios contabilizados en 2019, en 2020 se instalaron 20.666 más, lo cual llama la atención porque al menos sobre el papel no parece que la crisis del coronavirus tuviera efectos negativos en este contexto. En 2021 la potencia instalada superó los 30.500 kilovatios, pero fue en 2022 cuando se empezó a acentuarse ese ‘boom’, ya que fueron 74.228 los kilovatios instalados a lo largo de esos doce meses.

A partir de ahí, los 130.612 kilovatios de 2023 marcaron un récord absoluto en la Comunidad, toda vez que en 2024 la tendencia se invirtió y las cifras, en lugar de continuar al alza, descendieron hasta los 125.671 kilovatios procedentes de nuevas instalaciones.

No obstante, el ‘pinchazo’ del último ejercicio se presenta como algo más bien anecdótico dentro de ese marco temporal de cinco años. Y es que, si en lugar de a la nueva potencia instalada se atiende al acumulado, se puede comprobar como esos 8.527 kilovatios de 2019 se han convertido ahora en más de 390.000, lo que supone 45 veces más.

Queda patente, a la vista de las cifras, que existe una tendencia clara de la población de buscar nuevas opciones para abastecerse de energía eléctrica. En el caso de Castilla y León, además, existe la ventaja de que la Comunidad, por su situación geográfica, dispone de muchos días de sol al año que convencen a la población para decantarse por este tipo de alternativas.

Dentro de los datos del EREN y más allá de los que tienen que ver con la potencia instalada, también se ofrecen cifras precisas de cuántas son las instalaciones registradas. Esto quiere decir que se contabilizan las viviendas o industrias con autoconsumo, independientemente de si cuentan con un panel fotovoltaico o una veintena, por ejemplo.

En este caso, la provincia que se sitúa a la cabeza de la tabla autonómica es Valladolid, donde al cierre de 2024 la Junta contabilizaba 5.068 instalaciones fotovoltaicas destinadas al autoconsumo. Por su parte León, con 3.928, ocupa el segundo lugar de la lista. Entre ambos territorios, además, suman cerca de la mitad de estas instalaciones para todo el conjunto de Castilla y León, lo que indica el interés creciente por esta fórmula.

El tercer lugar de la tabla autonómica lo ocupa Salamanca, con 2.912 instalaciones fotovoltaicas destinadas al autoconsumo; y seguida por Ávila, en la cuarta posición con 2.087. Para el resto de provincias, las cifras que recoge el EREN son bastante similares y que sitúa en orden decreciente a Segovia (1.610), Palencia (1.349), Burgos (1.302), Zamora (1.166) y Soria (1.138).

Más allá del autoconsumo, lo que es también una realidad desde hace tiempo atrás es que Castilla y León se ha convertido en una región puntera en la producción de energías renovables, tanto dentro del contexto nacional como en el marco de la Unión Europea. En términos de producción general, la energía eólica es la reina indiscutible, ya que en 2024 se produjeron en la Comunidad más de 12,8 millones de megavatios mediante esta vía, aunque la solar fotovoltaica escala hasta una segunda posición con casi tres millones y medio de megavatios.

En este caso se trata de la energía que producen los diferentes parques fotovoltaicos ubicados en varios puntos de Castilla y León y cuya producción representó el año pasado el 7,7% del total nacional. En este caso, Valladolid es la provincia la que vuelve a destacar por encima del resto con una producción total de 1,2 millones de megavatios, es decir, un tercio del total autonómico.

Asimismo, en este punto hay que destacar también el papel protagonista de Zamora, que con algo más de 900.000 megavatios producidos se situó en segundo lugar de la tabla y con una importante brecha sobre el resto de provincias, ninguna de las cuales supera los 308.000 megavatios, que es el dato que corresponde a Salamanca como tercer territorio de Castilla y León con mayor producción de energía fotovoltaica.

A diferencia de los que ocurre con las instalaciones de autoconsumo, esta energía proviene de plantas que suministran a la red eléctrica pública de la que se suministran todos los hogares y empresas. En todo caso, y como ha destacado la Administración autonómica en muchas ocasiones, Castilla y León es una comunidad predominantemente exportadora en materia de energía renovable, puesto que produce mucha más de la que consume y puede permitirse derivar el excedente a otros territorios.

A modo de ejemplo, en el año 2024 Castilla y León produjo casi 29 millones de megavatios de energía a través de todas las fuentes que explota, tanto renovables como no renovables. Por contra, en el mismo periodo de tiempo, el consumo se mantuvo por debajo de los 12 millones de megavatios, lo que deja un excedente aproximado de 17 que son los que se destinan a la exportación.

Con todo, hay que hacer también una mención a que la producción y el consumo de energía en Castilla y León evolucionan a ritmos diferentes. Siempre según datos del EREN, en 2024 la producción aumentó un 10,8% con respecto al año anterior, mientras que el consumo, que también creció, lo hizo solo en un 2,8%, es decir, ocho puntos porcentuales menos.

Así, este análisis permite anticipar que el potencial energético de Castilla y León continuará durante varios años más de mantenerse esta tendencia. Al fin y al cabo, si la producción aumenta en mayor medida de la que lo hace el consumo en un territorio con un superávit energético tan evidente, las previsiones no pueden ser más que positivas en este sentido.

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