AEROPUERTOS
La ruina de los cuatro aeropuertos de Castilla y León
Los aeródromos de la Comunidad pierden un 7,9% de viajeros durante el año pasado y se sitúan de nuevo por debajo de la barrera de los 300.000 / Ni siquiera León remonta el vuelo pese inyectar 2,4 millones a Air Nostrum

Primer vuelo de Ryanair en el aeropuerto de Villanubla de Valladolid
La espantada (o enésimo órdago) anunciada esta semana por Ryanair, con su adiós a Villanubla, vuelve a poner sobre el tapete la viabilidad de los aeropuertos de Castilla y León a la vista de unas cifras de pasajeros que no acaban de remontar el vuelo; ni siquiera, cuando sus rutas compiten ‘dopadas’ con incentivos públicos o ayudas inyectadas desde las administraciones locales para amarrar ‘su’ aeropuerto. Los últimos datos de Aena revelan que en 2024 los cuatro aeródromos de la Comunidad perdieron viajeros. De media, se dejaron el 7,9% de su pasaje respecto a 2023. En total, 276.863 personas despegaron o aterrizaron en las pistas de Valladolid, León, Salamanca y Burgos, un balance supone apearse de la simbólica cifra de los 300.000 pasajeros conquistada el ejercicio previo, poniendo fin a tres años en ascenso.
Se trata, en todo caso, de volúmenes muy reducidos. Por poner el dato a escala, los cuatro aeropuertos de Castilla y León movieron juntos el año pasado un tráfico similar al de aeropuertos regionales como los de Vitoria (263.328, un -15% en el último año) o Pamplona (220.423, que crece un 11,5%). Cifras que están muy lejos de competidores como los aeropuertos de Asturias (que roza los dos millones de viajeros tras arañar casi un punto en 2024) o de Cantabria (casi 1,1 millones, tras dejarse cerca del 12% el pasado ejercicio).
En Castilla y León, el grueso de su ‘fila de embarque’ corresponde a Villanubla:192.038 viajeros el año pasado (un 9,4% menos que el anterior y un 23% menos que antes de la pandemia en 2019). Más de la mitad de esa tarta de Valladolid el año pasado (el 51%) corresponde a la irlandesa Ryanair, que facturó el año pasado 97.863 billetes con sus rutas a Barcelona y Palma de Mallorca. El retroceso es del 6% frente a los 103.573 del año anterior (una pérdida de 5.710 pasajeros).
Esa caída de viajeros, sin embargo, no es el argumento usado por la aerolínea low cost para justificar su salida del aeropuerto vallisoletano. El consejero delegado de la compañía, Eddie Wilson, cargó esta semana contra Aena al considerar que las «excesivas» tasas de Aena y la falta de incentivos «viables» están perjudicando los aeropuertos regionales, limitando su crecimiento y desaprovechando zonas de capacidad aeroportuaria. La réplica no tardó en llegar desde la empresa pública, dependiente del Ministerio de Fomento, que acusa a la aerolínea de un nuevo intento de presionar a las administraciones públicas. En un comunicado enviado horas después, Aena recordó que la tarifa media que abonan las aerolíneas por los servicios aeroportuarios es «de las más bajas de Europa» y se mantendrá congelada este año en 10,35 euros por pasajero.
Fuentes consultadas por este periódico apuntan, además, a la alta rentabilidad de los vuelos operados por Ryanair a tenor a de la ocupación de cada enlace: los pasajeros de Ryanair de Valladolid representan el 90% de los asientos ofertados en esas rutas.
Esa ocupación es superior a la registrada por la compañía irlandesa en el conjunto de España, con unos aviones que vuelan al 88,7% de su capacidad.
Añaden fuentes de Aena que el coste de rotación para Ryanair en Valladolid es de cerca de cinco euros por pasajero, frente a los 8,1 en Alicante y 11,7 en Barcelona. Y que con la aplicación de incentivos a cada nuevo pasajero el coste es de dos euros. «La cancelación de los vuelos de Valladolid es un chantaje puro y duro. No se justifica desde el punto de vista económico para Ryanair, porque se lleva los vuelos de Valladolid que son rentables y en un aeropuerto de costes muy bajos, y se lo lleva a otros con costes mucho más altos», apostillan las mismas fuentes.
De materializar Ryanair su fuga, el tráfico en Villanubla quedaría reducido a la mitad. En la estadística del año pasado, como segunda compañía figura Binter con sus rutas a Canarias (20.028 pasajeros el año pasado), seguida de Air Nostrum (la operadora regional de Iberia acomodó a 17.708 personas en Valladolid el año pasado) y Vueling (17.184 pasajeros, buena parte antes de cancelar su conexión regular con Barcelona el año pasado).
Por otro lado, el aeropuerto leonés de La Virgen del Camino redujo su cifra de pasajeros un 2,2% el año pasado, cuando cruzaron el arco de seguridad 62.115 personas. El descenso en este caso resulta chocante si se tiene en cuenta que León mantiene las ayudas públicas para seducir a las aerolíneas (un reducto de las inyecciones de dinero público que fueron frecuentes hasta hace unos años, desde las corporaciones locales y desde la propia Junta). Pues bien, el Consorcio del Aeropuerto de León (formado por ayuntamiento y Diputación) firmaron el año pasado un contrato con Air Nostrum por 2,4 millones de euros para garantizar 746 vuelos en la temporada 2024-2025.
Parte de esas conexiones debían comenzar a mediados del año pasado, según el citado contrato con la compañía de Iberia. No es de extrañar, pues, que Air Nostrum concentre el 86% de los pasajeros registrados el año pasado en León, con un total de 53.445 en esta compañía, según la estadística que publica Aena.
En concreto, con esa adjudicación la aerolínea comprometió 500 vuelos con Barcelona, 124 con Palma de Mallorca, 34 con Canarias, 24 con Málaga y 22 con Ibiza y Menorca. Y justamente esos destinos encabezan, practicamente en el mismo orden, la lista de conexiones con más pasajeros en León. Más de la mitad de los viajeros ocupó un vuelo con El Prat (28.146 personas, un 6,1% más), seguido de Palma de Mallorca (con otros 16.460, un 24,2% de subida).
Sin vuelos león-oporto
Lo que no aparece en el balance de Aena son viajeros entre León y Oporto, que figuraba como la gran novedad del último contrato de Air Nostrum con el objetivo de atraer al turista luso, en particular aficionados al esquí del norte del país vecino, a los que intentarán captar para sus pistas de San Isidro y Leitariegos. La empresa tiene a la venta billetes para esta ruta, para las próximas semanas, pero en diciembre no constan ni vuelos ni pasajeros con Oporto en el aeropuerto de León en el balance de Aena.
El contrato contemplaba 20 enlaces entre el 1 de diciembre de 2024 y el 31 de marzo de 2025, aunque dejaba margen para modificar las conexiones en caso de que el viento no soplara a favor (o no hubiera nieve, como ha sido el caso). «Una vez haya comenzado la programación, si las tendencias del mercado o la aparición de circunstancias sobrevenidas aconsejasen el cambio de alguno de los destinos, a petición del adjudicatario y previa autorización por el Consorcio, los iniciales podrán ser sustituidos por otros», sin coste adicional.
La concesión de subvenciones a una aerolínea a cambio de operaciones está fuera de la normativa, pero las administraciones públicas han usado en los últimos años la ‘promoción’ de un destino turístico como excusa para estimular a las compañías para que aterricen con alguna rutas en los pequeños aeropuertos de Castilla y León. En el caso del Consorcio para la gestión de la promoción del Aeropuerto de León, el objeto del contrato es impulsar una oferta «que fomente los vuelos con origen y destino León, mejorando las alternativas de movilidad, que puedan ser comercializados en todo el territorio nacional y, por otra, la difusión y promoción del Aeropuerto de León como lugar de llegada a León como destino turístico». «Al mismo tiempo, en su cumplimiento, procurará conseguir para el usuario la mejor relación precio/calidad», justifican los pliegos del último contrato. Así se entiende que, entre los requisitos establecidos por la entidad leonesa figure la obligación del adjudicatario de «colocar en 48 plazas de cada servicio un cabezal con la imagen o imágenes que indique el consorcio», así como «entregar una toallita unipersonal limpiamanos a cada una de las 48 plazas indicadas» en cuyo envoltorio figure «la imagen que decida el Consorcio».
Si dividimos los más de 2,4 millones de euros del contrato entre los 746 vuelos incluidos, resulta que, de media, Diputación y Ayuntamiento de León inyectarán 3.249 euros cada vez que un avión aterrice o despegue en León. Y si dividimos esa cantidad entre las 48 plazas mencionadas para la promoción en cada vuelo, resulta que los leoneses pagarán 68 euros ‘por cada cabezal y toallita’.
Más testimoniales resultan los pasajes de las bases de Salamanca y Burgos, con escasa actividad comercial. Por un lado, Matacán contabilizó 20.215 pasajeros el año pasado, tras reducir un 4,2% el dato respecto a 2023.
Y en la burgalesa Villafría, los 2.495 suponen una pérdida del 38,5% de los viajeros en el último año.