PERFIL
Carlos Martínez Mínguez, municipalista convencido e inconformista
El alcalde soriano, capaz de encadenar cuatro mayorías absolutas consecutivas, ha sabido crecer desde la pequeña capital de provincia, a la que modernizó, combinando la habilidad política y la capacidad de gestión con la cercanía con los vecinos, muchos convertidos al ‘carlismo’. Sin abandonar el municipio, ahora su reto es Castilla y León
El 29 de mayo de 2023, los socialistas de la capital soriana estaban exultantes celebrando una nueva mayoría absoluta de Carlos Martínez Mínguez en las municipales. Él, sin embargo, estaba descontento. Había calculado que sacaba 13 concejales y se había quedado en 12 (la mayoría absoluta son 11) y lo que le importaba era saber qué se había hecho mal para ‘perder’ ese edil. El hombre que va a liderar el PSOE de Castilla y León es un ‘animal’ político acostumbrado a ganar, pero que siempre ambiciona dar un paso más.
Esa anécdota muestra el inconformismo de un político al que su apuesta, por convencimiento, municipalista, no le ha impedido traspasar fronteras para llegar al Comité Europeo de las Regiones o a convertirse en Enviado Especial para la Nueva Agenda Urbana ante la ONU. Lo eligieron para ello en el Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) celebrado en 2022 en Daejeon (Corea del Sur). Previamente, como presidente de ese organismo se convirtió en el segundo alcalde español, después de Pascual Maragall, en pronunciar un discurso ante el Plenario de Naciones Unidas en Nueva York. Todo ese camino, desde la pequeña ciudad de Soria.
Ahora da un nuevo paso que es complejo, pues su meta es intentar desbancar a un Alfonso Fernández Mañueco que parece más asentado que nunca en la Junta de Castilla y León. Mínguez ha aceptado el reto y pondrá al servicio del partido toda su experiencia política y el don de gentes que ha conseguido que la ciudad de Soria sea ‘carlista’, porque es capaz de conseguir que le voten ciudadanos que en otros comicios optan por otros partidos.
No lo tiene fácil, pero tampoco nadie daba un duro por él en sus comienzos en la política municipal en 1999, cuando fue elegido concejal en Soria y formó parte del equipo de gobierno de Eloísa Álvarez, aliada con otros dos partidos. La siguiente legislatura lideró la oposición al PP en el Ayuntamiento y en 2007, con 34 años, se convirtió en el alcalde más joven de una capital de Castilla y León. A la siguiente, mayoría absoluta hasta encadenar cuatro consecutivas hasta hoy.
Fue infravalorado por sus rivales del Partido Popular en la capital soriana y ahora le ven como imbatible, hasta el punto de que sus mayores esperanzas de recuperar el ayuntamiento pasan por que él deje de ser alcalde.
Martínez Mínguez es un ‘chaval’ de la Barriada, el popular barrio soriano, entonces humilde, que jamás ha abandonado, pues el centro social de la asociación de vecinos sigue siendo un refugio para él, donde cultiva lo que mejor se le da, el trato directo con los vecinos, lo mismo que hace por toda la ciudad. Nació el 28 de junio de 1973, justo el día de La Saca, todo un símbolo de las fiestas de la ciudad, parte del ADN de muchos sorianos.
Ha ido siempre a La Saca y como alcalde ha protagonizado escenas que parecen increíbles para quienes no conocen Soria e incluso para muchos sorianos. Ese día se mezcla entre la multitud que espera la salida de los toros en Valonsadero y es jaleado por jóvenes y no tan jóvenes, que lo mantean, como se puede ver en muchos vídeos en internet. Lo que a muchos les parece inapropiado para un alcalde, a él le hace fidelizar votantes y ganar nuevos.
Si uno de los aspectos valorados para que el alcalde soriano sea el secretario general de los socialistas de Castilla y León es que gane elecciones, supera el requisito con nota. En la última etapa democrática hubo tres mayorías absolutas antes que la suya, pero ninguna consecutiva. Él lleva cuatro seguidas, con 12 concejales obtenidos en los comicios de 2011, 2019 y 2023, y 11 en los de 2015.
Empezó en 1999 como concejal de Medio Ambiente, Cultura y Festejos, su siguiente cargo fue el de alcalde en 2007 y está en su quinto mandato al frente del Ayuntamiento. En todos ellos ha mantenido bajo su responsabilidad los festejos, no porque naciera el día de La Saca, sino porque sabe que si los sanjuanes funcionan adecuadamente se ganan votos, y más si se baja a la arena para ser uno más dejando a un lado la solemnidad del cargo.
Las fiestas también le han acarreado algún problema, porque para un defensor del feminismo estar en una peña sanjuanera, la de Los Que Faltaban, de la Barriada, que no admitía mujeres era bastante incómodo. Fue la última en permitir que se integraran mujeres, en el año 2017.
Pero solo con fiestas no se ganan elecciones. Su etapa de alcalde ha sido la de la modernización de la ciudad, con una política, no exenta de riesgos, de peatonalización del centro. Las críticas de quienes le acusaban de partir la ciudad en dos para el tráfico rodado por hacer peatonal El Espolón y la plaza Mariano Granados son contestadas por las urnas.
Ahora, está en marcha la transformación de las travesías que cruzan la ciudad, que estaban en un estado penoso a pesar de ser arterias principales, con cargo al Estado antes de cederlas al municipio. Aunque el resultado no vaya a ser del gusto de todos, las mejoras serán evidentes y esa es la principal baza de la legislatura actual de los socialistas.
Es uno de los políticos más valorados de la provincia, por lo que dicen las encuestas, pero sobre todo por lo que explican los resultados electorales, con mucho votante que se define como ‘carlista’ pero no socialista.
Y eso es un mérito en una ciudad calificada siempre como conservadora (él dice que así está «mal etiquetada») de donde han salido figuras políticas tan relevantes del PP de Castilla y León y de España como Juan José Lucas o Jesús Posada. Además, no disimula un ápice sus convicciones, hasta el punto de que en su despacho hay una fotografía bien visible del Che Guevara.
Cuando le han criticado por la foto, que es de un calendario, y la oposición le ha pedido que la retire de un despacho público, ha respondido que él se encontró un retrato del general Yagüe en el despacho y que lo quitó para guardarlo en el depósito municipal. Emplaza a retirar el del Che a los que ocupen su despacho cuando él se vaya. «Mientras sea alcalde, va a seguir ahí», sentenció en un pleno.
Su vida ha sido la política. Decidió afiliarse al PSOE el día que José María Aznar ganó las elecciones en España, destacó por su juventud como alcalde una capital y hoy es una maquina de encadenar mayorías absolutas. Cursó estudios de Ingeniería Técnica Agrícola, pero su experiencia profesional fuera de la política es muy limitada. Trabajaba en una superficie comercial antes de entrar en el Ayuntamiento de Soria.
Como político sí tenía más experiencia antes de ser alcalde. Fue procurador en las Cortes de Castilla y León entre 2003 y 2007, la misma legislatura que lideraba la oposición en el Ayuntamiento de Soria. En el parlamento castellano y leonés destacó en su cruzada contra la fallida Ciudad del Medio Ambiente, con destacados enfrentamientos dialécticos con otros dos sorianos, la entonces vicepresidenta de la Junta María Jesús Ruiz y con el procurador José Antonio de Miguel, ex alcalde de Almazán.
Hoy la fracasada CMA, que murió en los juzgados, es un floreciente Parque Empresarial del Medio Ambiente en el municipio vecino de Garray, que supone también un quebradero de cabeza para el alcalde soriano, pues su apuesta es el polígono de Valcorba, en la capital, con serias dificultades para despegar y que ahora tiene una mayor competencia.
Pero las bazas electorales del PSOE soriano en la actual legislatura están también en la rehabilitación de las murallas, la nueva depuradora, el convento de Santa Clara, que en la mayoría de los casos se consiguen con aportaciones de otras administraciones. El alcalde sabe aprovechar como nadie los fondos europeos y las ayudas de otras administraciones. Consigue caer bien en general y cuando da el salto a los medios nacionales, como hizo en la pandemia lanzando un SOS por Soria, suele obtener buenos resultados.
Es un hábil negociador y sabe ganarse el favor de otras administraciones, no solo cuando están dirigidas por socialistas. Con Juan Vicente Herrera, que dijo de él que si gana elecciones por algo será, tuvo una buena interlocución y el soriano todavía agradece acuerdos alcanzados. Con la Junta de Mañueco, pese a las tensiones, sabe mantener el diálogo y la colaboración en beneficio de Soria.
Quizá es porque, como dijo en su última toma de posesión como alcalde, cree en la política, «ni la vieja política, ni la nueva política, la buena política, la de las buenas costumbres, la del sentido común, la de la responsabilidad y la obligación de tomar decisiones desde la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, la que entiende y comprende que la política no es mera gestión, ni administración, ni ladrillos, ni asfalto, luces de Navidad o verbenas…»
Ha sabido superar todas la polémicas en las que ha estado inmerso, incluida la que provocó al subirse en un ‘papamovil’ y bendecir con una escobilla de baño en las fiestas de Tardelcuende, y ahora acaba de ganar la partida a Luis Tudanca para hacer crecer al partido desde los municipios y las provincias.