Diario de Castilla y León

SANIDAD

Sanidad gasta 44.000 euros en traducir a los pacientes extranjeros

La Consejería constata que las llamadas de médicos al servicio de interpretación telefónica se han triplicado en el último lustro / En 2023 se registraron 1.508 peticiones en 48 idiomas

Acceso a un centro de  salud de Valladolid

Acceso a un centro de salud de ValladolidPHOTOGENIC

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Valladolid

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Los médicos reciben a diario en sus consultas, o atienden en el servicio de urgencias, a pacientes que no hablan castellano y, con el objetivo de garantizar la correcta atención de estos casos, la Consejería de Sanidad ha elevado hasta los 44.000 euros la partida reservada para contar en 2025 con un servicio de traducción simultánea en Castilla y León, que también incluye la traducción de documentos escritos. Se trata de una cuantía que supera a la de los contratos realizados en anualidades precedentes debido al «significativo incremento numérico» de peticiones.

Tanto, que «el aumento de las solicitudes de interpretación telefónica se ha triplicado en los últimos cincos años», según constata la Gerencia Regional de Salud en un informe donde evidencia que «los problemas de comunicación» en la atención sanitaria de personas que hablan otros idiomas, ya sean residentes o viajeros ocasionales, «dificultan» la adecuada prestación sanitaria.

¿Cómo atender a un enfermo que sólo sabe wolof, un idioma hablado sobre todo en Senegal? ¿Y a uno de Malí que se expresa en bambara? ¿Y a un japonés? En total, en 2023 se realizaron 1.508 llamadas y en lo que va de 2024 (hasta el día 11 de noviembre) se han contabilizado 1.369, según datos facilitados esta semana por el área de Alejandro Vázquez.

El listado de idiomas con los que se toparon los médicos a lo largo del año pasado es tan extenso que abarca 48 lenguas, con un podio de tres hegemónicas por su destacada frecuencia, y una ristra de otros de procedencias más o menos alejadas, repartidas por todo el globo. En estos casos, para «facilitar el entendimiento», al médico le toca descolgar el teléfono, marcar el del servicio de interpretación y pulsar la extensión del idioma que corresponda.

En la actualidad es Interpret Solutions –con sede en Toledo– la que se encarga de prestar en la Comunidad esta cobertura, contratada por Sacyl desde 2016 porque «es preciso garantizar una asistencia sanitaria de calidad a todos los usuarios del servicio público de salud, aunque no hablen castellano». Según explica la empresa en su web (precisamente con un ejemplo médico), el facultativo llama por teléfono y, al otro lado de la línea, un intérprete va traduciendo la conversación en tiempo real. Es decir, el ‘mediador’ «participa en la conversación entre profesional y paciente para ir reproduciendo el diálogo entre ellos».

Los tres idiomas más demandados en la actualidad por el servicio de Salud de Castilla y León son el árabe estándar, el árabe magrebí y el ucraniano, en un orden que continúa el ruso. Se trata de un ranking que ha variado en los últimos años a causa de la llegada de refugiados por la guerra en Ucrania, tal y como constata la documentación elaborada por la Gerencia Regional de Salud.

En uno de los informes referidos a la ampliación de crédito del contrato actual porque la «consignación» no cubría la «demanda», Sanidad deja claro que antes de la ofensiva las llamadas en ucraniano y en ruso apenas suponían el 1% del total del servicio y, a partir del inicio de la invasión, se dispararon hasta llegar a representar el 50%.

Para afrontar el nuevo escenario, a finales de 2022 se realizó un «reajuste» en el contrato vigente y, más adelante, en agosto de 2023, se aprobó un incremento presupuestario, a fin de atender esa avalancha de interpretaciones telefónicas vinculadas a la llegada de refugiados.

Ahora que hay que renovar el servicio de interpretación telefónica simultánea y traducción de documentos, toca actualizar los términos, con cifras que se alejan de los pliegos anteriores. Baste comprobar que en la licitación de noviembre de 2019 se preveía un consumo de 9.700 minutos y la partida reservada era de 24.200 euros para un año (más la prórroga). Luego, la licitación de junio de 2021 rebajó las estimaciones a 7.068 minutos y cifró la inversión en cerca de 15.000 euros (también para un año más prórroga), aunque los cálculos se quedaron cortos, a tenor de las modificaciones referidas anteriormente.

La recién lanzada estima «una necesidad anual aproximada de 24.600 minutos», no sólo porque pueda haber más pacientes que no tengan un nivel suficiente de castellano como para comunicarse con su médico, sino porque uno de los objetivos que se incluyen como novedad es «dar difusión al servicio, por considerar que facilita la atención al paciente». Es decir, Sacyl estima «un incremento general de las necesidades» porque va a promocionar la disponibilidad de esta herramienta entre la comunidad médica, por ejemplo mediante la difusión de un vídeo informativo en el que se explicará su funcionamiento.

Ahora lo que evidencian las cifras facilitadas por el departamento de Alejandro Vázquez es un uso desigual entre las distintas provincias de Castilla y León, y que la prevalencia de utilización en centros de salud u hospitales también depende de cada territorio.

Tomando como referencia las 1.369 llamadas al servicio de interpretación telefónica registradas a lo largo de este año se observa que 423 se produjeron desde Atención Primaria y 593 desde Especializada, lo que refleja un equilibrio, si bien hay que tener en cuenta que hay 339 de origen ‘indeterminado’ y otras 14 procedentes de Emergencias o de la Unidad de Atención a la Mujer.

Sin embargo, al poner el foco en cada provincia queda patente que en algunos casos el punto de partida de las llamadas prácticamente es siempre el mismo. Por ejemplo en Salamanca, 68 de las 71 solicitudes contabilizadas este año corresponden con Primaria (96%), lo que supone que son los médicos de cabecera los que más usan esta herramienta. Algo similar a lo que sucede en Ávila, con una proporción de 48 sobre 58 (83%).

Mientras, en el área de Salud del Bierzo (León), ocurre todo lo contrario y, del total de 36 expedientes de interpretación, 34 provienen de Especializada (94%). En Segovia, con 167 sobre 215 (78%), y en León, con 40 sobre 52 (77%), se repite el mismo escenario.

En el cómputo global, Valladolid es la provincia que más ha usado el servicio de interpretación en lo que va de año, al sumar 358 llamadas, y las que menos son Zamora y Soria, con 18 y 21 casos respectivamente. En lo que se refiere a la traducción de documentación clínica, la Consejería de Sanidad no ha proporcionado datos debido a que se trata de una opción que sólo se ha solicitado de manera ocasional, explicaron. En todo caso, se trata de un recurso incluido también en el servicio, que funciona mediante el envío por correo electrónico de un archivo que precise traducción porque «contenga información necesaria para la prestación de la asistencia sanitaria».

La entrega del documento traducido tiene un plazo máximo de respuesta de tres días, no como la interpretación telefónica, que se realiza en tiempo real. Por eso la alternativa telefónica es un servicio que está disponible todos los días del año, las 24 horas del día, si bien la horquilla en cuanto a tiempo de recepción de la llamada es más amplia los fines de semana, los festivos y en horario nocturno. Pero entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde, que es cuando se concentra el 93% de la actividad, el contacto con el intérprete debería estar «por debajo de 30 segundos y, como máximo, en un minuto».

Al otro lado de la línea tiene que haber un traductor nativo del país de origen o un intérprete que acredite un nivel B2 del idioma correspondiente. Según lo que exige Castilla y León, la empresa que contrate debe garantizar 30 idiomas: ucraniano, árabe estándar, árabe magrebí, ruso, rumano, búlgaro, persa, wolof, inglés, alemán, francés, chino mandarín, urdú, francés africano, portugués, árabe, bambara, georgiano, griego, italiano, inglés africano, polaco, bengalí, turco, dariya, pular, mandinga, letón, soninké y somalí.

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