Diario de Castilla y León

ESPÍRITUS LIBRES | FLORENCIO MAÍLLO, ARTISTA 

«El arte es conectar con lo divino, buscar lo transcendental en lo cotidiano»

Ocho metros de alto y 800 kilos. Su gran obra en la catedral. De la añada de 1962. Artista y docente a partes iguales. Profesor titular en la Universidad de Salamanca. La inspiración le viene de la niñez, cuando veía a los pintores en su pueblo, al que llenó de esculturas y retratos. Creativo, directo apasionado. Un salmantino imparable que rescató la relación de Lorca con Salamanca y el romancero. Defensor del legado unamuniano y de la esencia popular de la cultura salmantina

Maíllo delante de su obra en la catedral de Salamanca

Maíllo delante de su obra en la catedral de SalamancaArgiComunicación

Javier Pérez Andrés
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El anterior entrevistado, Miguel Ángel García, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:

P.- ¿Qué hecho histórico de nuestro país te llama más la atención?

Respuesta. El empobrecimiento que supuso la expulsión de los judíos y de los árabes de España. Nos hizo peores.

P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?

R.- Vivir guiado por tus propios valores, explorando el mundo con curiosidad.

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Como profesor de educación artística, compartiendo mi pasión con mis alumnos.

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R.- De que mi trabajo haya inspirado a alguien.

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Crear una obra que transcienda el tiempo. Porque nunca tengo una perspectiva más allá del horizonte.

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- Es la fuerza creativa que da sentido a la vida. Es una infinita inspiración que te impulsa desde la generosidad.

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- El arte es una forma de conectar con lo divino, de buscar lo transcendental en lo cotidiano. Conecta con la dimensión espiritual del hombre.

P.- Un espíritu libre al que admire

R.- El antropólogo Antonio Cea.

P.- ¿Cuándo supo que tenía alma de artista?

R.- Fue cuando el agustino Teófilo Galende llegó a la pensión de mi madre en Mogarraz. Y él vio que a mí me gustaba verlo pintar y me invitó a hacerlo con él.

P.- ¿Cómo ha marcado Mogarraz su obra artística?

R.- Muchísimo, pero también lo ha hecho mi familia. Mi padre, la fragua, todos mis antepasados Maíllos, que fueron guerreros. El trabajar con la transformación de la materia, con el hierro, con lo incandescente, con el agua, todo ello está presente en mi vida y está presente en mi obra. Y los bordados de mi madre, que era una magnífica bordadora, y me traspasó una parte de ese arte popular.

P.- ¿Qué es el arte para usted?

R.- Es conectar con lo divino, buscar lo transcendental en lo cotidiano.

P.- ¿Su obra en la catedral de Salamanca es el cénit de su carrera?

R.- Sobre todo es un punto de inflexión por poder alojar una de mis obras en un lugar con esas raíces, que mi obra forme parte de algo tan grande.

P.- ¿Cómo fue el proceso de creación?

R.- Estuve trabajando en la obra más de un año y pico. Y luego tuve una crisis muy profunda porque me estaban pidiendo una obra de corte más clásico y yo quería dotarla de ese sentimiento para conmover a todos los que visitaran la catedral.

P.- Una obra contemporánea, pero con una iconografía religiosa

R.- Delacroix, uno de los pintores que más admiro, ya nos decía que una obra debe ser “una fiesta para el ojo”. Pero para que transcendiese tuve que alejarme de la realidad dolorosa en relación con la crucifixión.

P.- ¿Ha charlado con Dios durante el proceso creativo?

R.- Ha sido muy fácil plasmarlo por el bagaje artístico que tenemos en estos más de 2.000 años de cristianismo. Solo tenía que transmitir ese sentimiento desde una perspectiva contemporánea, pero sin dejar de mirar hacia atrás.

P.- ¿Es cierto que en su familia se refleja en los personajes de la obra?

R.- Sí, porque lo que no puede hacer uno es complicarse la vida y por eso te fijas en la gente más cercana. La figura del Padre Eterno para mí siempre será un reflejo de Royo-Villanova, que fue el que organizó mi primera exposición. María es mi mujer, San Juan es mi cuñado y María Magdalena es mi cuñada.

P.- ¿Por qué insiste en la parte que une a García Lorca con Salamanca?

R.- Porque me pereció maravilloso descubrir que en 1935 vino al sur de la provincia de Salamanca buscando un retiro. Se detiene en La Alberca y llega hasta Ciudad Rodrigo porque quiere estar en el claustro en el que creció musicalmente Dámaso Ledesma, que fue una figura fundamental en la vida y obra de Lorca.

P.- ¿Y su ADN que conecta con Unamuno?

R.- Es que también es un referente en Ciudad Rodrigo. Además, Unamuno y Lorca eran dos genios que se admiraban mutuamente.

P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.

R.- ¿El arte tiene algo de sagrado?

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